La Ertzaintza busca en atestados de hace tres años nuevas víctimas del asesino de Bilbao

M. C. C. REDACCIÓN / LA VOZ

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Traslado del detenido acusado de los crímenes gais de Bilbao
Traslado del detenido acusado de los crímenes gais de Bilbao Juan Herrero | EFE

Inspecciona casos de fallecimiento súbito en homosexuales de entre 40 y 70 años

23 may 2022 . Actualizado a las 13:29 h.

La Ertzaintza no da por cerrado el caso del presunto asesino de Bilbao. Nelson David M.B., colombiano de 25 años, permanece ingresado en la cárcel de Basauri en régimen de prisión provisional desde hace semanas. Se le atribuyen al menos la comisión de cuatro crímenes y dos intentos de homicidio. Pero puede haber más. La policía autonómica vasca continúa rastreando atestados de los últimos tres años, tiempo que se calcula que el joven ha permanecido en el País Vasco, por si alguno pudiera tener nexos de unión con la trama. Buscan muertes naturales, en las que no se hubiera violentado el acceso al domicilio, entre otras coincidencias. La investigación se centra en Bilbao, pero la Policía Nacional colabora en este caso ya que Nelson David residió en la comunidad valenciana y en Madrid desde que llegó a España el 2 de febrero del 2019. Esta semana también se ha conocido la presentación de dos denuncias por agresiones en Barcelona que seguían el mismo patrón que el conocido hasta ahora, lo que situaría por primera vez a Nelson David en Cataluña. Se trata de una investigación laboriosa, bajo secreto sumarial y que «va para largo», según reconoció Josu Erkoreka, el consejero de Interior del País Vasco el pasado 5 de mayo, el día en que Nelson se entregaba en una comisaria de la policía autonómica vasca en Irún.

los casos

Perfiles semejantes. Nelson David M.B. es el principal sospechoso de un homicidio, de otros dos en grado de tentativa y de tres muertes bajo investigación de hombres entre septiembre y octubre del 2021 en Bilbao.Todas las víctimas eran homosexuales, de entre 40 y 70 años, y utilizaban webs de contactos para quedar con Nelson, que utilizaba el seudónimo de Carlos en las redes sociales. Todas residían en el Casco Viejo de Bilbao y usaban la misma aplicación, Wapo y Grindr, para buscar relaciones sexuales. Y todas tenían cierto poder adquisitivo. El presunto asesino siempre actuaba de la misma forma. Se ganaba la confianza de sus víctimas y más adelante, en sucesivas citas, las drogaba y aprovechaba esa situación de vulnerabilidad a la que llegaban para obtener sus claves bancarias antes de acabar con sus vidas. Los cuatro fallecidos fueron localizados sin vida en los sofás de sus casas, dos de ellos cuando ya presentaban signos de descomposición por el paso de los días.

el móvil

Más de 20.000 euros sustraídos. Todo apunta a que detrás de esta sucesión de crímenes está el dinero. El sospechoso presuntamente robó a sus víctimas cerca de 20.000 euros. Esta es la cantidad que han denunciado a la Ertzaintza los familiares de los cuatros fallecidos. A una de ellas le sustrajo 8.000 euros. En otros casos fueron 6.000 o cantidades más pequeñas. En ocasiones, apuraba hasta el límite de la tarjeta para retirar dinero y repetía la operación en días sucesivos. Además de efectivo, el sospechoso también se llevó de los domicilios de sus víctimas un ordenador portátil y algún teléfono móvil. También utilizó las tarjetas para realizar compras. 

el gran error

La mochila con éxtasis líquido. Las cuatro muertes que se relacionan con este caso se registraron en apenas dos meses, entre septiembre y octubre del 2021. En un primer momento, fueron consideradas como naturales porque los forenses no encontraron una causa clara que las uniera. Pero en todos los casos había una extraña coincidencia. El vaciado de las cuentas de las víctimas cuando ya habían fallecido. Esto llevó a los investigadores a empezar a atar cabos y a sospechar que había una trama detrás de unos óbitos aparentemente naturales. Pero el 17 de diciembre del 2021 se produjo el hecho que finalmente derivó en la detención de Nelson David. De nuevo contactó con un hombre y se vieron en la casa de este, también situada, como la de las otras víctimas, en el Casco Viejo de Bilbao. Se sentaron en un sofá. Tomaron café, comenzaron a besarse y, sorpresivamente, el supuesto asesino intentó estrangular al hombre. Este logró evitar el primer ataque. Forcejearon durante largos minutos. Los gritos y los golpes alertaron a los vecinos. La víctima tuvo suerte y pudo contarlo. Nelson logró huir, pero se dejó en la casa una mochila con su documentación y con éxtasis líquido. Más tarde, en comisaría, la víctima lo identificó y activó su búsqueda. 

Nelson estuvo en paradero desconocido durante cuatro meses, hasta que optó por entregarse. Esta semana la policía encontró su huella en la taza de café que utilizó en la casa de la víctima que lo denunció.

Nelson, un joven colombiano con una doble vida

M. C. C.

Nelson David M.B. el sospechoso de los asesinatos de Bilbao por los que está en prisión provisional sin fianza en la cárcel de Basauri , nació en el Valle del Cauca (Colombia) en 1996. El primer registro oficial sobre su presencia en España se remonta al 2 de febrero del 2019 cuando llegó a Madrid en un vuelo de Iberia procedente de Panamá. Se tiene constancia de que antes de instalarse definitivamente en País Vasco pasó un tiempo indeterminado en Madrid, donde fue interceptado por la policía comprando droga a algún camello, en la Comunidad Valencia y puede que en Cataluña. En octubre de ese mismo año, pidió asilo político en la comisaría de Indautxu, en Bilbao, que le fue denegado tras los trámites ordinarios. Volvió a solicitarlo por segunda vez en junio del 2020. Se le rechazó de nuevo y, a principios de septiembre, se abrió contra él lo que se denomina una salida obligatoria, un trámite previo a la orden de expulsión, situación en la que se encontraba cuando fue detenido. En Bilbao trabajaba como recadero en un negocio de comida para llevar regentado por la madre de su novia. Nelson aparentemente era una persona normal y querida. «Es bueno, callado y trabajador», señaló la madre de la chica cuando conoció que Nelson se había entregado a la policía.

Carlos era el alter ego de Nelson, el perfil que utilizada en las páginas de contactos gais para seleccionar a sus supuestas víctimas. Eran dos personas distintas. Carlos era frío y calculador. Había planificado con detalle lo que iba a hacer. También demostró tener capacidad de conexión con sus víctimas, con las que entablaba una relación que acabada siempre en las casas del Casco Viejo bilbaíno, donde se produjeron los crímenes. Buscaba dinero y conseguirlo de una manera discreta. No quería protagonismo y por ello simulaba la muerte natural de sus víctimas utilizando éxtasis líquido para evitar que mostrasen signos de resistencia.