Felipe VI abre la puerta a que el rey emérito vuelva a residir en España de modo privado

Mercedes Lodeiro REDACCIÓN / LA VOZ

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Juan Carlos I, a su salida de la Zarzuela para viajar a Abu Dabi
Juan Carlos I, a su salida de la Zarzuela para viajar a Abu Dabi Eduardo Parra | EUROPAPRESS

Juan Carlos I permaneció en la Zarzuela durante casi doce horas antes de volar de regreso a Abu Dabi

24 may 2022 . Actualizado a las 08:39 h.

Cerca de doce horas. Ese es el tiempo que Juan Carlos I estuvo ayer en la Zarzuela, donde entró a las diez de la mañana y salió poco después de las nueve de la noche para llegar al avión privado que lo trasladó de regreso a Emiratos Árabes Unidos (EAU), donde hace dos años se vio obligado a establecer su residencia dada la erosión a la que estaban sometiendo a la institución monárquica las investigaciones sobre su patrimonio y la relación con Corinna Larsen. Partió de la terminal ejecutiva del aeropuerto de Barajas hacia las 22.00 horas en el mismo Gulfstream G450 que usó el sábado para desplazarse de Abu Dabi a Vigo de la compañía Bestfly.

En la Zarzuela, la que fue la residencia oficial del emérito durante casi cinco décadas, Felipe VI mantuvo un encuentro con él, pero también estuvieron presentes otros miembros de la familia. Así, además de la reina Sofía, acudieron al palacio a visitarlo su hermana pequeña, la infanta Margarita de Borbón, su marido Carlos Zurita y su hijo Alfonso. Al igual que la infanta Elena y sus hijos Victoria Federica y Froilán.

Del encuentro, el primero que se sepa entre padre e hijo en 22 meses, la Casa del Rey informó en un comunicado que ambos conversaron «un tiempo amplio» sobre «cuestiones familiares y distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española desde que el padre del rey decidió trasladarse a Abu Dabi el 3 de agosto del año 2020».

No hubo foto de la reunión. La última oficial de padre e hijo es de mayo del 2019. Pero el texto oficial además de recordar que Juan Carlos I ha establecido su residencia «de forma permanente y estable en Abu Dabi por razones personales», recoge su decisión de «organizar su vida personal y su lugar de residencia en ámbitos de carácter privado, tanto en sus visitas como si en el futuro volviera a residir en España, para continuar disfrutando de la mayor privacidad posible». Abre así la puerta Felipe VI a que el rey emérito vuelva a vivir en España. 

Almuerzo familiar

El comunicado oficial previo a la cita entre el anterior jefe del Estado y el actual no incluía en ningún caso la presencia de la reina Letizia. Pero hubo almuerzo familiar y, según la Casa del Rey, al mismo asistieron los monarcas Felipe y Letizia, y los eméritos Juan Carlos I, Sofía —que estuvo en el comedor, pero con mascarilla por dar positivo en covid a su regreso de Estados Unidos—, la infanta Elena y sus hijos y la infanta Margarita y su marido.

La visita de Juan Carlos I no fue un regalo para Felipe VI, quien el domingo celebró su 18 aniversario de boda. Más bien todo lo contrario. Los acontecimientos de estos últimos cuatro días, en los que el emérito no se ha pronunciado sobre las sombras de su ejecutoria, han evidenciado que el protocolo pactado para el regreso llevaba consigo el germen del desencuentro. El viaje ha hecho sangrar la herida entre Juan Carlos I y su heredero, quien despojó a su padre hace dos años de su asignación como miembro de la Casa Real al tiempo que él mismo renunciaba al legado patrimonial paterno en el extranjero, informa Colpisa.

El rey emérito quería que la recepción en la Zarzuela le permitiera alojarse en la que fue su residencia. Por su parte, Felipe VI deseaba que acudiera a verlo antes de desplazarse a Sanxenxo evitando las alharacas. Ni una condición ni otra han sido posibles. De momento, el emérito se tuvo que contentar con la simpatía que le mostraron unas decenas de adeptos que ondeaban banderas españolas en los accesos al complejo de la Zarzuela.

En cualquiera de los casos, a diferencia de la expectación despertada por su presencia en Sanxenxo, el anterior jefe del Estado desembarcó en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas de manera discreta y rápida a través del pabellón del General Aviation Service S.L.FBO (terminal ejecutiva) donde le esperaba su escolta. Según fuentes de la seguridad del Estado, el emérito dispuso durante las horas que pasó en Madrid de una cápsula de seguridad propia.