De las 155 monedas de plata al tarado

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Eduardo Parra | Europa Press

10 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Gabriel Rufián es uno de esos personajes que no dejan indiferentes a nadie. Muchos en Cataluña no olvidan su procedencia charnega y que apenas chapurreara en catalán hasta su entrada en política. De hecho, en Esquerra lo usaban como ejemplo de la integración de los «españoles» del cinturón metropolitano de Barcelona en su proyecto separatista. Con una escueta hoja de servicios profesionales y mucho desparpajo, se convirtió en un habitual de los vídeos de las redes sociales con intervenciones incendiarias más propias de la barra de un bar que de una sede parlamentaria.

Tras la retirada de su principal valedor en ERC, Joan Tardà, quiso asumir el papel de estadista, pero la hemeroteca de Twitter es aún más dura que la de los viejos periódicos que pelean cada día por contar información rigurosa y contrastada para que el lector se haga sus propias ideas. Y en ese vertedero ideológico que dicen que vale 44.000 millones de dólares Rufián dejó perlas inolvidables que de vez en cuando resucitan para amargarle su presunto giro moderado. Uno de aquellos memorables tuits decía «155 monedas de plata» y cuestionaba la supuesta cobardía de Carles Puigdemont y sus corifeos para declarar la independencia en los turbios días del 2017 que acabaron con la escapada del de Junts a Waterloo escondido en un maletero.

Rufián, que por aquellos días era más independentista que el expresidente, por lo menos en Twitter, ha evolucionado tanto en su pensamiento que este miércoles bien temprano verbalizó lo que piensan muchos: «Es un tarado quien piense que se puede declarar la independencia de Cataluña». Dijo la verdad, pero como el Pedro del cuento, nadie quiere creerle entre la tribu que ha hecho del nacionalismo radical un confortable modo de vida.

Por eso, Rufián, acostumbrado a disparar de modo inmisericorde desde cualquier trinchera, lleva dos días pidiendo perdón a todas horas y en todos los sitios. Pero el independentismo no olvida y quizá se lo hagan pagar con su destierro a la carrera municipal en su Santa Coloma de Gramanet natal. Aunque a él le motive más ya «Madrit».