¿Qué hay detrás del crac de las criptomonedas?

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

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Binance retoma las retiradas de bitcóin tras un lunes negro con corralito incluido

14 jun 2022 . Actualizado a las 19:44 h.

El bitcóin se ha hundido un 25 % en solo cinco días. Ya ha perdido la mitad de su valor en el último medio año y este martes todavía sigue cayendo (-1 %), peleando por no bajar de la barrera de los 20.000 euros. Lejos, claro, de los 58.300 que se llegaron a pagar en noviembre del 2021, cuando se propagaba la idea de que ganar dinero rápido era muy fácil con cualquier proyecto que sonara innovador. 

Este lunes se produjo una enorme estampida de inversores, desesperados por salir del mundo cripto, y hemos asistido a los primeros corralitos en el sector, protagonizados por Celsius y Binance. Sin respaldo ni supervisión de un organismo gubernamental, estos negocios, que han proliferado al calor de las criptomonedas, pueden acabar devorando los ahorros de sus clientes. 

Solo Binance, la mayor casa de cambios del mundo, gestiona los depósitos de 120 millones de personas. Aunque la compañía ha retomado las operaciones de retirada de bitcóins, paralizadas este lunes durante tres horas supuestamente para «reparar varios fallos menores en el hardware de los monederos», lo cierto es que persisten las dudas sobre su solvencia y su nivel de apalancamiento. Más si cabe después de que la prestamista haya publicitado este martes entre sus clientes tokens (cupones) de un fondo de liquidez para volver a capitalizar la compañía. También ha publicado una lista con las operaciones de retirada de depósitos en la que advierte de que «la comercialización de criptomonedas está expuesta a un alto riesgo de mercado [...] Te advertimos de que Binance no es responsable de tus pérdidas».

Este tipo de empresas de intercambio y préstamo utilizan las criptomonedas que depositan sus clientes, atraídos por jugosos tipos de interés, para seguir inflando el negocio y el valor de sus activos. El problema llega cuando hay un desplome y todos intentan recuperar sus inversiones. No hay para todos. Algo similar a las crisis de liquidez que han sufrido algunos bancos tradicionales al prestar dinero por encima de los umbrales de seguridad de retorno, solo que en este caso, no hay ningún organismo gubernamental que pueda garantizar los fondos de los depositantes o que pueda rescatar a la empresa en caso de quiebra.

Los problemas se le acumulan a la compañía de Changpeng Zhao, a la que una investigación de Reuters apuntó como responsable de facilitar el blanqueo de 2.200 millones de euros procedentes de piratería, estafas y ventas de drogas.  

No solo eso. También podría enfrentarse en breve a una demanda colectiva por parte de un grupo de inversores que acusan a la empresa de publicidad engañosa y de no dar información exacta sobre la estabilidad de la stablecoin de Terra (UST), a la que se referían como una inversión «segura», al estar respaldada por el dólar. 

La que no ha vuelto a levantar la persiana es Celsius. Los depósitos de sus clientes siguen bloqueados este martes. La compañía justificó el corralito amparándose en las «condiciones extremas» del mercado, que no impidieron el trasvase irregular de más de 300 millones de dólares en reservas virtuales hacia el mercado de derivados FTX, con sede en las Bahamas.

Causas de la debacle

El ecosistema cripto que rodea al bitcóin y otros activos se derrumba. Ahora las sospechas se ciernen sobre el estado de salud de la casa de cambio Coinbase,  muy tocada tras la debacle de Luna-Terra, que dejó un agujero de 77.000 millones de euros. Pero no es la única. El negocio de las finanzas supuestamente descentralizadas (DeFi) está haciendo aguas. ¿Qué hay detrás de este crac masivo?

Antonino Comesaña: «Prácticamente el 95 % de lo que hay en el ecosistema cripto no tiene sentido ninguno»

Primero habría que apuntar a la gran fuente del pánico: el cambio en la política monetaria de los bancos centrales. Tanto la Reserva Federal estadounidense como el Banco Central Europeo (BCE) han decidido acelerar sus planes para subir los tipos de interés y dejar de imprimir tanto dinero para embridar la inflación. Eso solo significa una cosa: que habrá menos liquidez en el mercado. Con menos dólares o euros circulando, los inversores tomarán posiciones más conservadoras, huyendo de ecosistemas como el cripto, mucho más voluble, arriesgado y expuesto a muchas pérdidas. 

Esa subida de los tipos de interés también hace más atractivas otras inversiones porque el equilibrio entre riesgo y rentabilidad es mayor. Un ejemplo de ello es la deuda de los Estados, que ha empezado a despuntar. 

Otra de las causas que explican este crac es el celo con el que la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) está vigilando cada paso que dan estas plataformas. Binance está siendo investigada y los vientos de regulación -poniendo límites a la voracidad de los especualdores- anticipan un invierno en el mercado de las criptomonedas. 

No es menos cierto que la enorme cantidad de proyectos que venden humo también han contribuido a la debacle. «Prácticamente, el 95 % de lo que hay en el ecosistema cripto no tiene sentido ninguno. Pero que caiga el valor, no significa que desaparezcan», señala el vicepresidente de la Asociación Galega de Blockchain (Agalbit), Antonino Comesaña, quien cree que el sector tardará bastante tiempo en depurarse y recuperarse. Calcula que entre el 70 y el 80 % de la gente a la que orientaron el año pasado para invertir en criptomonedas acudieron a la organización con mero afán especulativo, para hacer dinero fácil y rápido. Llegaron en pleno apogeo, en un momento alcista, instigados por conocidos y por la publicidad en redes sociales y medios de comunicación. Ahora asumen las pérdidas. «Nos cansamos de apagar fuegos porque muchos tienen mentalidad cortoplacista», apunta. 

Desde la asociación también recomiendan huir de las plataformas de depósito o intermediarios y tener un monedero virtual propio: «Es mejor que las utilicen como si fuera un WC público, lo usas y te vas porque pueden pasar cosas como las que hemos visto estos días», señala Comesaña, quien alerta de que Coinbase podría ser la próxima en quebrar. Por el momento ya ha reducido un quinto de su plantilla. 

Tres grandes riesgos que desecadenarían una hecatombe

Ahora bien, ¿cuáles serían los escenarios más catastróficos que se pueden desencadenar en el mercado? El primero de ellos estaría relacionado con la eventual auditoría que podría hacer la SEC en torno a las reservas de tether (USDT), la stablecoin -se denominan así porque están respaldadas por otros activos como el dólar- más utilizada para poder adquirir criptomonedas en el mercado. Si se demuestra que son insuficientes y que el nivel de apalancamiento de las plataformas es elevado, la corrección en el mercado sería muy profunda: «Podría mandar el bitcóin a corto plazo por debajo de los 10.000 dólares», indica Comesaña. 

Ahora bien, la gran catástrofe la patrocinaría Binance: «Si Binance cae, sería una hecatombe», advierte. No por las pérdidas en sí, que afectarían a 120 millones de personas, sino porque sería un dardo en el corazón de las DeFi, que apenas echaron a rodar en los últimos cuatro años. La pérdida de confianza arrastraría a todo el sector cripto, incluido el bitcóin, que tiene una base mucho más sólida que otros criptoactivos.

El tercer escenario más terrorífico, que podría acabar con todo el laboratorio cripto es que se moviesen satoshis -porciones de bitcóin- desde las cuentas originales del fundador, Satoshi Nakamoto, quien tiene un millón de unidades de la criptomoneda más valiosa del mundo. Cualquier maniobra de esta naturaleza podría hundir el mercado. Incluso si no es deliberado, porque enviaría la señal de que la red puede ser hackeada. Y el valor de este proyecto es la seguridad que ofrece en el encriptado.