Johnson, ante un futuro incierto tras la debacle electoral sufrida en dos comicios parciales en Inglaterra

Viviana García EFE

ACTUALIDAD

Boris Johnson, en su residencia de Downing Street
Boris Johnson, en su residencia de Downing Street

Los votantes castigaron a los conservadores en las circunscripciones de Wakefield y Tiverton & Honiton

24 jun 2022 . Actualizado a las 19:39 h.

El futuro político del primer ministro británico, Boris Johnson, se presenta este viernes incierto tras la debacle electoral sufrida por los conservadores en dos comicios parciales celebrados el jueves en Inglaterra, que reflejan el claro descontento del electorado con la formación en el poder.

Los votantes castigaron a los tories en las circunscripciones de Wakefield y Tiverton & Honiton, que habían quedado vacantes después de que sus respectivos diputados conservadores -Imrad Ahmad Khan y Neil Parish- presentasen sus dimisiones. El primero por un delito de agresión sexual y el segundo por mirar vídeos pornográficos en las sesiones parlamentarias.

El alcance del varapalo se evidenció en Tiverton & Honiton, un escaño del condado de Devon que durante un siglo había estado en manos de los conservadores y que ahora ha pasado a los liberaldemócratas, en tanto que Wakefield regresó a los laboristas.

Dimite el presidente de los conservadores

Además de la pérdida de estos dos escaños, Johnson recibió otro mazazo al conocerse la dimisión con efecto inmediato de uno de los dos presidentes del Partido Conservador, Oliver Dowden, quien dijo en su carta de renuncia que «alguien tiene que asumir la responsabilidad».

En su misiva al premier, Dowden señaló que los simpatizantes tories están «decepcionados» por los últimos acontecimientos y «yo comparto ese sentimiento», en clara referencia al escándalo por las fiestas en la residencia de Downing Street durante la pandemia. «No podemos seguir como si nada pasara. Alguien tiene que asumir la responsabilidad y yo he concluido que, en estas circunstancias, no sería adecuado que continúe en el puesto», agregó.

El primer ministro, muy debilitado

Debilitado por una reciente moción de censura interna de su formación, que consiguió superar por poco margen, el primer ministro se limitó a decir hoy desde Ruanda, donde asiste a una conferencia de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth, excolonias), que tiene que «escuchar» al electorado, a pesar de las fuertes críticas de distintos sectores políticos por su gestión en el Gobierno.

«Es absolutamente cierto que hemos tenido algunos resultados difíciles en las elecciones parciales. Han sido, creo, un reflejo de muchas cosas, pero tenemos que reconocer que los votantes están pasando por un momento difícil en la actualidad», afirmó.

Por su parte, el líder laborista, Keir Starmer, declaró a los medios que su buen resultado en Wakefield «juzga» al Partido Conservador, que «se ha quedado sin energía y sin ideas», y anticipó que su formación se perfila como ganadora en las generales del 2024.

De cara a esos comicios, el Partido Laborista busca recuperar el llamado «muro rojo» del norte, las circunscripciones inglesas que tradicionalmente han estado en manos de esa formación pero que Johnson las consiguió arrebatar en las generales del  2019, gracias a su impulso al brexit.

Para el líder liberaldemócrata, Ed Davey, el resultado en Tiverton & Honiton «debería ser una llamada de atención» que los diputados conservadores «no deberían ignorar».

El liberaldemócrata Richard Foord ganó ese escaño al obtener el respaldo del 52,9 % de los votantes, seguido de los conservadores, con el 38,5 %, mientras en Wakefield, el laborista Simon Lightwood obtuvo el 47,9 % de respaldo seguido de los «tories», con el 30 %.

Crisis por el coste de la vida

Además del varapalo electoral, el primer ministro afronta unos meses complicados por la crisis derivada del elevado coste de la vida en el Reino Unido, con una inflación interanual que ha trepado ya al 9,1 %, debido al incremento de los precios de la energía y de la canasta familiar.

A esto se suman las huelgas esta semana que han secundado los trabajadores ferroviarios y el Metro de Londres, en reclamo de mejoras salariales, considerados los mayores paros que vive el país desde 1989, cuando estaba en el poder Margaret Thatcher.

Cada vez son más los políticos que ya no creen que Johnson sea capaz de mantener a los tories en el poder y algunos se plantean reformar las reglas internas del partido para que el primer ministro se someta a una segunda moción de censura, en vez de esperar un año, como estipulan los actuales reglamentos.