Paraguay, destino para antivacunas y conspiracionistas alemanes

héctor estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

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El alemán Andreas Rainer Egler huyó con su hija y la de su pareja a Paraguay porque no querían vacunarlas. Sus otros padres las recuperaron. En la imagen, Egler en los juzgados de Asunción.
El alemán Andreas Rainer Egler huyó con su hija y la de su pareja a Paraguay porque no querían vacunarlas. Sus otros padres las recuperaron. En la imagen, Egler en los juzgados de Asunción. Nathalia Aguilar | efe

Inmigrantes antisistema germanos se han instalado en el país sudamericano

26 jun 2022 . Actualizado a las 10:28 h.

En algunos de los rincones rurales de Paraguay se comen salchichas Fráncfort y se habla alemán. El país sudamericano, sin acceso al mar, acoge una gran comunidad germana desde hace décadas, pero el ritmo de llegada de ciudadanos del país europeo se ha incrementado drásticamente en años recientes, debido al rechazo por las directrices aprobadas para luchar contra la pandemia de covid-19 y también en oposición a la llegada de emigrantes musulmanes a Alemania.

Varias comunidades formadas mayoritariamente (o en su práctica totalidad) por alemanes, suizos y austríacos florecen gracias a los recién llegados que han vuelto a ser noticia estos días, debido al secuestro de dos niñas de diez y once años. Un padre y una madre que son pareja y tienen dos hijas por separado se llevaron de Alemania a las dos pequeñas diciendo que estaban en contra de la vacunación y cuando la patria potestad estaba en manos de los otros progenitores. Andreas Rainer y Anna María Egler enviaron una carta de despedida, antes de marchar con las menores, en la que se declararon en contra de que las niñas se vacunaran contra el covid-19, algo que es común entre los alemanes recién llegados a Paraguay. Tras más de 200 días de secuestro, las niñas regresaron con sus otros progenitores a Alemania «traumatizadas» por la ausencia, según medios germanos.

«Es un tema muy sensible, pero creo que la pandemia tuvo que ver. Muchos no están de acuerdo con la política de la pandemia en Alemania o Europa y piensan que en Paraguay es más fácil, sin tantas restricciones a la vez», dijo Frank Gauls, cónsul de Alemania en Paraguay, a medios del país sudamericano. Parte importante de los recién llegados acuden a vivir a las Colonias Unidas del sur, formada por localidades como Hohenau —fundada en 1.900 por brasileños de origen alemán— Obligado y Bella Vista, tres pueblos donde viven unas 45.000 personas, ahora en gran expansión.

Según cifras oficiales, en el 2021 ingresaron en el país 1.664 alemanes, el triple que en el 2020, aunque esa cifra es solo la oficial, y otros miles entrarían de forma ilegal, en un Estado con fronteras muy permeables para, entre otros motivos, escapar de la regulación covid que obliga a quien quiera viajar a Paraguay estar completamente vacunado.

«Calculamos que en este momento hay 22.000 y hasta 30.000 alemanes que solo tienen la nacionalidad alemana y pensamos que hay como 300.000 personas que son de origen alemán», reconocía el cónsul Gauls.

Una de las colonias que crecen es El Paraíso Verde, de nueva creación. Unas 250 personas viven, rodeadas de secretismo, en un lugar en plena construcción, que tendrá capacidad para 20.000 individuos, situado junto a Caazapá, una localidad situada cuatro horas al sur de la capital, Asunción. Fue fundada en el 2016 por Erwin y Silvia Annau como un «paraíso antisocialista» para aislarse del «5G, ensayos químicos, el agua fluorada, las vacunas obligatorias y los mandatos sanitarios», según ambos. «El islam no es parte de Alemania. Somos cristianos ilustrados y nos preocupamos por nuestras hijas. Vemos el Corán como una ideología de dominación política, que no es compatible con los valores democráticos y cristianos», señaló Erwin Annau en el 2017 ante las autoridades paraguayas.

La reciente ola de llegada de alemanes ha afectado negativamente a algunos de los migrantes más veteranos: «Tras la crisis de los refugiados en el 2015 llegaron los ciudadanos antidemocracia, extremistas de derecha, gente extremadamente ruidosa y agresiva. Y ahora están llegando un montón de médicos alternativos, curanderos y opositores a la vacunación. Y nosotros somos las figuras de odio para esta gente, solo por nuestro trabajo sobre protección del medio ambiente», dijo a la cadena alemana DW Thomas Vinke, que llegó al país hace 17 años y produce junto a su esposa Sabine el programa de TV Paraguay Salvaje, asegurando que ha recibido amenazas de los recién llegados.