La guerra en Europa reinventa a la OTAN

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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El secretario general de la OTAN, Jels Stoltenberg, durante una rueda de prensa en Bruselas con motivo de la cumbre de Madrid.
El secretario general de la OTAN, Jels Stoltenberg, durante una rueda de prensa en Bruselas con motivo de la cumbre de Madrid. OLIVIER HOSLET | EFE

La Alianza aumentará a 300.000 sus efectivos de respuesta rápida, Rusia se convierte en el enemigo número uno y Finlandia y Suecia buscan protección ante una posible amenaza

28 jun 2022 . Actualizado a las 08:28 h.

«Por primera vez en la historia, la OTAN y Rusia colaborarán para defenderse». El entonces secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, estrechaba lazos con Moscú con este discurso en la última cumbre de la OTAN, que tuvo lugar en Lisboa en el 2010. Aquel año, la Alianza Atlántica veía en el país eslavo a un socio estratégico, al que incluyeron en su visita a la vecina Portugal con la presencia del por aquel entonces presidente ruso, Dimitri Medvédev, el delfín de Vladimir Putin.

Doce años después, la postura de los aliados ha dado un giro de 180 grados. La OTAN se refundará en Madrid, donde trazará un plan estratégico para la nueva década. Y ahora Rusia es el enemigo número uno. Ese será el eje central de la cumbre de Madrid, que se inicia mañana. La invasión de Putin, el terrorismo yihadista y la migración desde el Sahel serán las piedras angulares sobre las que se cimiente el nuevo Concepto Estratégico, que actualizará la hoja de ruta de la OTAN ante los nuevos desafíos en seguridad que se le plantean. Madrid ya tiene agenda y temas cerrados para su celebración.

Rusia, en el punto de mira

Más efectivos en el este de Europa. Para el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, el diálogo con Rusia no está encima de la mesa. Ahora es «la principal amenaza» a la que la coalición militar debe hacer frente. Antes de la cumbre de Madrid y con motivo de la reunión del G7, Stoltenberg ya ha anticipado el aumento de efectivos de despliegue rápido: «Transformaremos la Fuerza de Respuesta de la OTAN y aumentaremos el número de nuestras fuerzas de alta disponibilidad. «A más de 300.000», subrayó, una capacidad que ahora es de unos 40.000 efectivos. Se trata de la «mayor revisión de nuestra defensa colectiva y disuasión desde la Guerra Fría», según el secretario general, que se produce a raíz de la invasión de Ucrania por parte de las fuerzas de Putin. Sobre la mesa también está que los Estados cumplan con el «suelo» de invertir un 2 % de su PIB en Defensa, tal como llevan reclamando desde hace años países como Estados Unidos.

Ucrania se estanca

No ingresa en la OTAN, pero hará reclamaciones. La aproximación de Ucrania a la alianza militar fue el desencadenante de una guerra que dura ya 5 meses y que ha dejado 4,7 millones de refugiados y 4.000 civiles muertos y cuya extensión en el tiempo podría hacer que murieran 125,000 personas si el conflicto se extendiese otros 7 meses, según el portal de recopilación de datos The Correlates of War. El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, pedirá previsiblemente «aumentar y acelerar el suministro de armamento pesado, continuar sancionando a quienes se confabulen con la guerra de Putin, y recortar las importaciones de energía rusa completamente», según se deduce de un artículo que publicó en The Telegraph junto a su homóloga británica, Liz Truss.

 Suecia y finlandia

Turquía obstaculiza las negociaciones por los kurdos. El ingreso en la OTAN de los dos países nórdicos es de una relevancia histórica singular. Finlandia fue parte de Suecia y luchó contra Rusia tras la Revolución de Octubre. Pasada la Guerra Fría, acogerse al estatus de neutralidad les confería seguridad. Pero vistas las políticas de Putin respecto a sus vecinos ucranianos, cambiaron de idea y pidieron su ingreso en la Alianza. Pero que ambos países sean los receptores de las grandes personalidades del movimiento pankurdo después de su huida por la guerra con Turquía, hace que Erdogan plantee su veto a dicho ingreso si no cambian su política respecto a los kurdos y al PKK, el partido kurdo cuyo brazo armado es considerado una organización terrorista en Estados Unidos, la UE y Turquía, y con el que Erdogan combate desde los años 90.

La amenaza del sahel

El terrorismo yihadista cambia el foco a África. Tras la caída del Estado Islámico (EI) en el 2019, las operaciones yihadistas en Oriente Medio no han cesado, pero los grupos terroristas han optado por potenciar su actividad en el Sahel a través de sus franquicias africanas. Así, el Global Terrorism Index de este año señala que en el período comprendido entre el 2007 y el 2021 «se han multiplicado por diez los atentados». El citado documento menciona a Burkina Faso (732 muertos en el 2021), Nigeria (488), Mali (574) y Níger (588) como los principales focos de acción del EI y otros grupos como Jamaat Nusrat Al-Islam Wal Muslimeen, coalición de Al Qaida y otros grupos locales. Entre los cuatro países protagonizaron 827 ataques terroristas que dejaron además 1.062 heridos.