Suecia y Finlandia deportarán a 33 miembros del PKK y de Fethullah Gülen para rubricar su adhesión a la OTAN

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

ACTUALIDAD

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, junto con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, junto con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. SUSANA VERA | REUTERS

Los países firmarán el pacto de adhesión de las potencias nórdicas el próximo martes en Bruselas

29 jun 2022 . Actualizado a las 17:38 h.

La adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN ha sido una de las piezas clave en el puzle de eventos que componen la cumbre de la Alianza Atlántica para trazar su nueva estrategia. Su expansión es una mala noticia para Rusia y un cambio positivo para la coalición militar debido al estancamiento de los países nórdicos como potencias neutrales, que ahora verían reforzada su seguridad. Pero que Suecia y Finlandia reconocieran al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) como un grupo terrorista, como han hecho la UE y Estados Unidos, era una condición sine qua non para que ambos países pudieran formar parte de esta coalición militar.

Ayer, se firmó un pacto con condiciones para que Turquía levantara su veto por la connivencia que Helsinki y Estocolmo mantienen con miembros de la milicia kurda y los islamistas de Fetullah Gülen, considerados responsables del golpe de Estado del 2016, ya que hospedan en sus países a ciertas cabezas visibles de ambos movimientos. Uno de ellos era reconocer al PKK como organización terrorista, lo cual han aprobado. Se quedan fuera las YPG, las milicias kurdosirias, que Erdogan también quería designar como grupo terrorista. Más complicado, pues las YPG fueron la punta de lanza de Estados Unidos en la lucha contra Estado Islámico la pasada década.

Hoy, ya se conocen las primeras medidas adoptadas por los nórdicos para hacer cumplir este enlace trilateral. El Gobierno turco anunció hoy a través de su ministro de Justicia, Bekir Bozdag, que ya ha preparado 33 solicitudes de extradición para reclamar a miembros de ambos grupos armados. Extradiciones que, según el intermediario de las negociaciones, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se producirían «de acuerdo con la Convención Europea sobre Extradiciones».

Firmar la adhesión el martes

Con todo aprobado y los primeros pasos dados por Suecia y FInlandia en su «compromiso en la lucha contra el terrorismo», según indicaron en el pacto con Ankara, ambas potencias firmarán el pacto de adhesión el próximo martes en Bruselas, según han indicado fuentes de la OTAN. 

La firma se dará en el seno del Consejo del Atlántico Norte, el órgano ejecutivo que reúne a los 30 aliados en la sede de Bruselas, paralelamente a las negociaciones de adhesión, que serán «breves» según la misma fuente, ya que las políticas y necesidades de Suecia y Finlandia están muy «alineadas» con la coalición.

Pero el proceso de ingreso se alargará por lo menos hasta finales del 2022 o principios del 2023. Los países miembros necesitan recibir el documento de adhesión para decidir si dan su visto bueno. No todas las potencias que pertenencen a la OTAN siguen el mismo proceso de aprobación al tener diferentes estándares y criterios de evaluación y tramitación. Incluso algunas necesitan votar en su Parlamento.

Desprotección kurda

La invasió que anunció Erdogan sobre el norte de Siria podría ser más peligrosa que la última que lanzó en el 2019. Fuentes kurdas aseguran que ahora que Turquía cosecha más aliados en su causa contra la lucha por la autonomía kurda en su país, en Siria y en Irán, el ataque —aún sin fecha— podría tener consecuencias «muy graves» y provocar un desastre humanitario con numerosas víctimas.

Erdogan planea invadir el norte del país gobernado por Bachar Al Asad bajo el mismo pretexto que en su anterior operación: «limpiar la zona de terroristas» y crear un corredor «seguro» en su frontera sur. Dicha franja está dominada por miembros del PKK y las YPG, pero en el este también hay grupos como Hayat Tharir Al Sham, que mantiene el control fáctico sobre la ciudad siria de Idlib y que es una escisión de Estado Islámico.