Suecia y Finlandia se convierten en miembros «de facto» de la OTAN

Jesús Carballo BRUSELAS / E. LA VOZ

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El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la rueda de prensa final de la cumbre de la OTAN en Madrid
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la rueda de prensa final de la cumbre de la OTAN en Madrid E. Parra. POOL | EUROPAPRESS

Stoltenberg: «Con Finlandia y Suecia, la OTAN será incluso más fuerte»

05 jul 2022 . Actualizado a las 21:18 h.

Finlandia y Suecia dieron este martes el paso definitivo para entrar en la OTAN tras la firma por los 30 embajadores del Consejo de la Alianza Atlántica de los protocolos de adhesión de ambos países, por lo que pasan a ser miembros de facto a falta de la ratificación en cada uno de los países miembros de la organización militar. «Con 32 naciones alrededor de la mesa seremos incluso más fuertes y nuestra población estará más segura cuando afrontamos la mayor crisis de seguridad en décadas», dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en alusión a la guerra en Ucrania, tras ser testigo de la firma junto con los ministros de Exteriores finlandés, Pekka Haavisto, y sueco, Ann Linde.

El ingreso de los dos países nórdicos había recibido luz verde en la cumbre de la OTAN celebrada la semana pasada en Madrid, después del acuerdo logrado con Turquía para levantar su veto a la entrada de Estocolmo y Helsinki. A cambio, Ankara pidió a los dos países nórdicos que pusieran fin a la supuesta connivencia con los activistas kurdos exiliados —con el objetivo puesto en el grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)—, así como un acuerdo de extradición y el levantamiento del embargo de armas al país otomano.

Un acuerdo que la Alianza Atlántica apostaba por que fuera «exprés» después de que Finlandia y Suecia pusieran fin a su tradicional política de neutralidad y solicitaran la entrada en la OTAN el pasado 18 de mayo, pero que finalmente las reticencias turcas frustraron durante un mes de bloqueo.

El Gobierno de Ankara reiteró ayer la amenaza del presidente Recep Tayyip Erdogan sobre que, ante cualquier incumpliendo del pacto por parte de Helsinki o Estocolmo, volvería a bloquear su adhesión en la fase de ratificación, que debe ser también por unanimidad de todos los aliados.

Etapa de transición

Precisamente esta es la etapa más larga y durará varios meses, ya que cada aliado tiene un sistema de validación diferente para ratificar la entrada de los dos miembros y en muchos casos implica la aprobación en los respectivos Parlamentos. Dinamarca ya se ha adelantado al resto y ayer dio su visto bueno, gracias a la «gran flexibilidad» de todas las fuerzas políticas representadas en el Legislativo, en palabras de su ministro de Exteriores, Jeppe Kofod.

El ingreso como miembros de pleno derecho de Suecia y Finlandia no llegará seguramente hasta finales del 2022 o principios del 2023. Mientras, cuentan con el estatus de países observadores. Este período de transición inquieta a ambos candidatos, que quieren disponer de garantías de seguridad ante cualquier posible agresión por parte de Rusia. En esta etapa no rige el artículo 5 del tratado por el cual un ataque contra un país aliado será considerado una agresión dirigida contra todos y, por lo tanto, exigirá una respuesta conjunta.

Novena ampliación

Desde su fundación el 4 de abril de 1949, la OTAN ha vivido hasta nueve ampliaciones. A los doce miembros fundadores, se unieron en 1952 Grecia y Turquía, Alemania Occidental en 1955, y España en 1982. Después del fin de la Guerra Fría, comenzó la expansión hacia el este de Europa, con países o exrepúblicas soviéticas que hasta la caída del muro formaban parte del Pacto de Varsovia, liderado por la URSS.

Los dos países aportan fuerzas para vigilar el Báltico y la frontera rusa

La entrada de las Fuerzas Armadas de Finlandia y Suecia en la organización trasatlántica contribuirá a reforzar el dispositivo militar del sector norte de la Alianza, con unas fuerzas con una gran interoperabilidad con respecto a la de los demás socios de la OTAN, pulida a través de múltiples ejercidos bilaterales, así como una potente aviación de combate para vigilar el espacio aéreo limítrofe con Rusia y una flota de buques y submarinos para controlar el mar Báltico.

Desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero, los dos países han proporcionado al Ejército ucraniano sistemas de defensa y equipos militares y municiones para hacer frente a la agresión ordenada por Vladimir Putin, así como fondos para el reasentamiento de refugiados.

Tres días después de que estallase la guerra, la primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, estuvo entre los primeros en enviar ayuda militar a Kiev. Suecia se sitúa en el puesto 25 a nivel mundial respecto a su potencial militar y cuenta con 16.000 militares en activo, 22.000 fuerzas paramilitares y 121 tanques, según el portal especializado Global FirePower. Finlandia, gobernada por la socialdemócrata Sanna Marin, se encuentra a la vanguardia en número de aviones de combate F-35, de fabricación estadounidense y cuenta entre sus filas con 280.000 reservistas.

Los rusos efectuaron ataques con artillería en zonas de Donetsk
Los rusos efectuaron ataques con artillería en zonas de Donetsk KAZBEK BASAYEV | REUTERS

Rusia se sacude el polvo de Lisichansk y enfoca su atención en Donetsk

Rusia, que ha perdido según Kiev unos 7.000 hombres en la batalla por la toma de Lisichansk, en la región oriental de Lugansk, enfoca ahora su atención en la vecina provincia de Donetsk, donde su artillería ya castiga su próximo objetivo: Sloviansk. «Bombardeo masivo de la ciudad. El centro, el norte.¡Todos a los refugios!», escribió en su cuenta de Facebook el alcalde de la ciudad, Vadym Lyakh.

Según el estado mayor ucraniano, los rusos efectuaron ayer ataques con artillería en la dirección de Sloviansk, al igual que en la de Kramatorsk, los dos bastiones más importantes de Kiev en Donetsk. Con anterioridad al ataque, Lyakh reconoció en una entrevista al portal ucraniano Espreso que la ciudad, en la que quedarían alrededor de 30.000 habitantes, «ya está en la línea del frente». «Ahora la prioridad es evacuar a la mayor cantidad posible de civiles», alertó.

Por su parte, el líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), Denís Pushilin, declaró a Tass que las tropas que combatieron en Lugansk ya se están desplazando, junto a las milicias prorrusas de la vecina República Popular de Lugansk (RPL), a la región de Donetsk. Sin embargo, Rusia todavía no ha comenzado la ofensiva masiva contra Sloviansk y Kramatorsk, quizás las más fortificadas de la zona.

Según el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra, el presidente ruso, Vladimir Putin, podría haber ordenado a sus tropas en Ucrania que realizaran «una pausa» tras tomar Lisichansk y lograr el control de la estratégica región de Lugansk para reorganizarse. Los expertos estadounidenses consideran que «es muy probable que las tropas rusas que lucharon en Severodonetsk y Lisichansk necesiten un período significativo para descansar y reacondicionarse antes de reanudar las operaciones ofensivas a gran escala».

Sin embargo, no queda claro si el Ejército ruso aceptará los riesgos de una pausa operativa lo suficientemente larga para permitir que estas fuerzas, probablemente exhaustas, recuperen su fuerza.

Una tregua que podría ser de gran necesidad para los militares rusos, ya que según «cálculos modestos» del asesor del presidente de Ucrania, Oleksiy Arestovych, las pérdidas rusas en Lisichansk ascenderían a tres brigadas de militares rusos y varios batallones de tanques. «Es decir, alrededor de 7.000 invasores al menos, tal vez más», indicó Arestovych.