Las manchas en los expedientes de la familia de Abe: crímenes de guerra, fiestas y la Yakuza

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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El ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe, en una sesión parlamentaria en Tokio.
El ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe, en una sesión parlamentaria en Tokio. KIMIMASA MAYAMA | EFE

El padre del ex primer ministro asesinado, Shintaro Abe, intentó abandonar la estela criminal de su suegro

16 jul 2022 . Actualizado a las 18:59 h.

El asesinato del ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe, conmocionó a todo el país. Un país acostumbrado a la paz y con un régimen estricto en cuanto a posesión de armas. El asesino, Tetsuya Yamagami, confesó que su madre donó todo su dinero a la Iglesia de la Unificación coreana, con la que Abe mantenía vínculos, y acabó arruinada. Tetsuya decidió vengarse por ello. Así, puso fin a una saga de políticos dentro de la familia Abe.

El historial de la familia baila entre las luces y las sombras. El abuelo materno de Shinzo, Nobusuke Kishi, fue arrestado tras la Segunda Guerra Mundial como criminal de guerra de clase A, los más destacados. Sin embargo, Estados Unidos decidió, por su carácter nacionalista, que sería un aliado útil contra la Unión Soviética y China, por lo que fue puesto en libertad y, posteriormente, elegido como primer ministro, puesto que ocupó entre 1957 y 1960, según detalla su necrológica en The New York Times. «Curiosamente, todos sus amigos fueron ahorcados y él fue responsable de la muerte de miles de obreros chinos cuando era jefe de la red ferroviaria de Manchuria durante su ocupación», explica Nagayo Taniguchi, un periodista muy cercano a la familia Abe.

Remanso de paz

Tras la muerte de Kishi, su yerno, Shintaro Abe se lanzó a la política militando en el mismo partido, el Partido Liberal Democrático (PLD). Llegó a ciertos cargos de poder pero, consciente del legado de su pariente, que había mantenido relaciones estrechas con el líder de la Yakuza Kodama Yoshio para quitarse de en medio a sus opositores, comenzó a alejarse de las polémicas. «Conocí a su padre porque fue amigo mío y compañero de redacción. Fue un buen hombre. Kishi era un criminal de guerra y tuvo lazos con la mafia. Si tu abuelo tiene lazos estructurales con la mafia, es probable que te involucres en ella, a pesar de que su padre no quiso hacerlo», aclara Nagayo en relación a la vinculación de Shinzo Abe con la mafia y el buen hacer de Shintaro.

Fiestas y yakuzas

Shinzo Abe era, en palabras de Nagayo, un playboy desinteresado de las responsabilidades. «En Japón, cubrimos la política pegados a las figuras que nos piden. Shinzo Abe siempre llegaba tarde a casa, en coches lujosos y con mujeres después de asistir a fiestas», asegura. El exmandatario japonés aseguró en un libro titulado Hacia un país hermoso que quería alejarse de la herencia de su abuelo, a quien consideraba un fascista. Sin embargo, varios medios japoneses inciden en que los contactos de Kishi con la Yakuza fueron reales y que el propio Shinzo Abe continuó con esos lazos.

El japonés Shukan Post pudo recoger una fotografía de Shinzo Abe con Icchu Nagamoto, conocido en Japón como el Rey del Mercado Negro por sus negocios mafiosos. Según Nagayo, Abe habría intentado la misma estrategia de su abuelo para ganar elecciones. «La mafia quemó la casa de Shinzo porque no le pagó lo suficiente para sabotear a sus rivales políticos», dice.