Fallece James Lovelock, el científico que aprendió el idioma de la Tierra

Xavier Fonseca Blanco
Xavier Fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

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James Lovelock durante su visita a Galicia en el 2009 para recoger el premio Fonseca
James Lovelock durante su visita a Galicia en el 2009 para recoger el premio Fonseca SANDRA ALONSO

Fue el padre del ecologismo y el primero en llamar la atención sobre una anomalía que acabaría siendo una gran amenaza para la humanidad

28 jul 2022 . Actualizado a las 09:17 h.

La Tierra está de luto. Ha muerto uno de los pocos seres humanos que supo hablar su idioma. James Lovelock era probablemente el científico más influyente hasta hace unas horas. Falleció el mismo día de su cumpleaños a los 103 años. El valor de su obra resulta incalculable. Fue el padre del ecologismo y el primero en llamar la atención sobre una anomalía que acabaría siendo una gran amenaza para la humanidad. «Era creativo, brillante e sobre todo moi independente», asegura Jorge Mira, catedrático de Física de la USC.

Lovelock era un hombre curioso y polivalente que ejerció muchas disciplinas de la ciencia, como la medicina, la química, la meteorología, la física y la biología. Fue también ingeniero e inventor. «Traballou co pai de Stephen Hawking intentando crear un cañón de microondas para queimar aos pilotos nazis. De feito, el sempre reclamou a patente do forno microondas, aínda que non se lle concedeu», dice Mira.

En 1961 comenzó a trabajar en la NASA, donde diseñó con otros astrónomos como Carl Sagan algunos instrumentos en la misión Viking para explorar Marte. Estudiar el planeta rojo le inspiró a formular una de las ideas más revolucionarias de la historia. «Dase conta de que un planeta é un ente global no que si se move unha peza todo vese afectado e tende ao reequilibrio», apunta Mira.

Para Lovelock nuestro planeta era un complejo sistema en el intervienen y se relacionan la atmósfera, la superficie terrestre y los seres vivos. Bautizó esta hipótesis como «Gaia», en honor de la antigua diosa griega de la Tierra. «Esta idea que agora resulta tan evidente para nós, cando a propuxo no era tan obvia. El foi un dos fundadores do pensamento ecoloxista. Este movemento comezou cando Lovelock propuxo o concepto dunha Terra viva e interconectada. Ate ese momento ninguén tiña preocupación polo medio ambiente», sostiene el físico gallego.

El primero en cambiar tras descubrir y entender el lenguaje de la naturaleza fue el propio Lovelock. Comenzó a viajar por todo el mundo, al igual que otros grandes científicos ingleses habían hecho con anterioridad, como Edmund Halley y Charles Darwin. Durante una de sus expediciones y gracias a un detector de electrones que él mismo había fabricado observó la presencia de gases CFC en la Antártida. «Foi o primeiro en ver que había unha concentración moi alta na atmosfera. Durante unha charla que deu estaban presentes os químicos Mario Molina e Frank Rowland que tal e como eles admitiron cando lles concederon o Nobel en 1995 foi clave para que logo quixeran coñecer que estaban facendo eses gases. O que descubriron e que destruía a capa de ozono», subraya.

También fue uno de los primeros en alertar sobre los gases de efecto invernadero que calentaban el planeta. «Dixo que había que cambiar os combustibles fósiles por nucleares. Así gañouse moitos inimigos entre o movemento que el mesmo creara».

En Galicia alertó sobre el cambio climático

Lovelock también dedicó una parte importante de la vida a divulgar su visión de la Tierra a través de los libros. En el 2009 viajó a Galicia para recoger el Premio Fonseca de Comunicación de la Ciencia. Fue el segundo tras Stephen Hawking. «Contou que el lle deu moitos colos a Hawking», apunta Mira.

«Cando nos visitou xa tiña 90 anos. Recordo que todavía era un home moi lúcido. Tiven que dar mil voltas para dar con el ata chegar a súa casa na punta de Gales. Vivía completamente illado do mundo», añade.

Durante su conferencia confesó sentir mucha «calidez» en Galicia. Aprovechó su encuentro con los gallegos para alertar una vez más sobre el gran desafío actual, el cambio climático. «Poner freno al calentamiento global puede ser mucho más difícil de lo que la gente se imagina. La ciencia ha prestado demasiada atención a los gases de efecto invernadero que aumentan la temperatura, pero poca a la respuesta de la Tierra como un organismo».