Las lesiones en el pene por viruela del mono son más comunes que la fiebre

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

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En Estados Unidos proliferan las colas, como esta de Los Ángeles, para recibir la vacuna.
En Estados Unidos proliferan las colas, como esta de Los Ángeles, para recibir la vacuna. ETIENNE LAURENT | EFE

El 40 % de los afectados necesitan atención médica al complicarse la enfermedad

09 ago 2022 . Actualizado a las 09:05 h.

La viruela del mono, aparte de extenderse bastante más de lo que cabía esperar en países occidentales como los de la Unión Europa y Estados Unidos, se está manifestando con una sintomatología específica y distinta a la anteriormente descrita, tal y como atestiguan los datos recogidos por el Ministerio de Sanidad y diferentes estudios científicos. El último, realizado por investigadores de Madrid y Cataluña y que publica The Lancet, desvela que el 40 % de los pacientes afectados están necesitando tratamiento médico por complicaciones derivadas de la enfermedad.

El informe del viernes de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave) con datos de casi 5.000 contagios confirmados en España destaca que el exantema anogenital es el síntoma con mayor prevalencia (59,4 % de los pacientes), por encima de la fiebre (55,1 %) y de otros exantemas (enrojecimiento, inflamación o irritación de la piel) en otras zonas del cuerpo.

El estudio de la  Fundación Lucha contra las Infecciones con el 12 de Octubre, el Germans Trias y el Vall d’Hebron, en colaboración con la London School for Hygiene and Tropical Medicine, concluye que «la infección presenta con frecuencia manifestaciones atípicas y complicaciones a las descritas previamente» y apunta a «el contacto piel con piel durante las relaciones sexuales» como el factor determinante en los contagios, por encima de la transmisión aérea. Los 181 casos que analizan, diagnosticados en estos tres grandes hospitales, confirman los datos de estos estudios observacionales retrospectivos y muestran complicaciones no reportadas previamente como proctitis (inflamación del recto), ulceración amigdalar o edema de pene, por lo que establece una relación clara «entre tipo de prácticas sexuales y manifestaciones clínicas». De hecho, uno de sus hallazgos más importantes es «la alta carga viral que se encontró en lesiones genitales y orales, a diferencia de valores muy bajos en el tracto respiratorio», como dicen los investigadores. Por ello inciden en que hay que seguir investigando si es viable o no el contagio respiratorio para ver qué medidas de aislamiento cabe imponerles o no a las personas contagiadas.

Sexo con otros hombres

Todas estas características, aunque los científicos no las reflejan de forma expresa, parecen influenciadas por las características concretas de los grupos de población en los que se dieron los primeros brotes. De los 181 casos, 166 se identifican como hombres que tienen sexo con otros hombres. Por eso y ya que, como dijo la semana pasada el inmunólogo Alfredo Corell en Onda Vasca, la enfermedad «no entiende de género ni de identidad sexual, sino de proximidad y contacto», cabe concluir que tanto los afectados como la característica de los síntomas vienen determinados por los ambientes concretos en los que se introdujo el virus en Europa en un primer momento.

Ese perfil, por tanto, podría cambiar a medida que la enfermedad se extiende. Por el momento, de los 4.893 primeros casos registrados en España, únicamente 79 fueron mujeres. Y de los 4.949 de los que existe información completa, 3.943 son hombres que mantienen relaciones homosexuales o bisexuales. El 80,6 % se contagiaron por un contacto sexual y otro 9,1 % por un contacto también estrecho, pero no de tipo sexual.

En base a todo ello, y a que el período de incubación de la enfermedad es muy corto, esta última investigación de la Fundación Lucha contra las Infecciones concluye que «es probable que la vacunación previa a la exposición de los grupos de alto riesgo sea más eficaz que la vacunación posterior a la exposición». Sin embargo, sobre todo por la escasez de vacunas, eso no es lo que se está haciendo en buena parte de las comunidades españolas, Galicia entre ellas.

Las conclusiones del estudio español son prácticamente calcadas al británico que salió en The BMJ hace dos semanas. También describía la hinchazón del pene y el dolor rectal como los síntomas más comunes. De los 197 pacientes estudiados, 71 refirieron dolor anal, 33 dolor de garganta, 31 edema de pene y 27 lesiones orales.