Francia rechaza el gasoducto con España

F. Fernández LA VOZ

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FILIP SINGER | EFE

Recela del proyecto por el que apuestan Bruselas y Alemania porque teme que, en el futuro, el hidrógeno verde español compita con sus nucleares

24 ago 2022 . Actualizado a las 16:50 h.

La Comisión Europea tratando de impulsar las interconexiones de gas entre países para reforzar los suministros alternativos al hidrocarburo ruso, y Francia frunciendo el ceño ante el proyecto MidCat, para construir un tercer enlace con España a través de los Pirineos. En un correo electrónico enviado a varios medios de comunicación, el ministerio galo de Transición Energética enfría las expectativas sobre la construcción de ese tubo con la Península y deja claro que no está muy por la labor de estrechar más los lazos energéticos con España. Ni aunque lo pidan la Comisión Europea o Alemania, desde donde el canciller Scholz defendió, hace una semana, esa nueva conexión gasista en el sur del continente.

Según informa El País, uno de los medios a los que les llegó ese correo electrónico, el Gobierno galo objeta que «un proyecto así requeriría numerosos años para ser operativo y no respondería a la crisis actual».

Sin embargo, la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, avanzó hace unos días que el ramal en territorio español podría estar operativo en ocho o nueve meses, pues parte de las obras se ejecutaron hace unos años. El MidCat, de hecho, es un proyecto que quedó guardado en un cajón en el 2019 porque entonces se consideró que no sería rentable. Aunque Ribera también insinuó que el rechazo de Francia había torpedeado la interconexión, extremo confirmado abiertamente por el primer ministro portugués, António Costa, quien matizó que las dudas que tiene el Ejecutivo de Emmanuel Macron sobre el impacto ambiental de ese nuevo ramal enfriaron el objetivo.

El Ejecutivo galo no ha traslado oficialmente sus nuevas reticencias contra el MidCat al ministerio español, según confirmó este juevesTransición Ecológica: «No nos consta ningún comunicado oficial del Gobierno francés. Solamente conocemos informalmente una respuesta por email que aparentemente habría dado un departamento de prensa a algunos periodistas».

El ministerio dirigido por Ribera añadió que, en todo caso, «las circunstancias han cambiado radicalmente desde que el proyecto del MidCat se planteó originalmente hasta hoy. El contexto no tiene nada que ver con el de entonces: ni respecto a la seguridad energética, ni al precio de gas. Por ello, es imprescindible que se produzca un debate político de altura, al máximo nivel».

Ribera consideró hace unos días que la presión de la Comisión Europea y de Alemania podía vencer la oposición gala. La ministra española apoya el gasoducto, aunque quiere que lo financie la UE al tratarse de un proyecto que reforzará la seguridad de suministro de toda la Unión, y también que la infraestructura esté preparada para transportar en un futuro hidrógeno renovable como sustituto del gas. Y ahí parece estar la verdadera razón de la oposición gala al proyecto. «Francia teme al hidrógeno verde del sur», resume el eurodiputado gallego Nicolás González Casares (PSOE), quien recuerda que «las interconexiones con Francia, de gas o eléctricas, siempre son motivo de conflicto, porque quieren proteger sus nucleares».

«Francia teme al hidrógeno verde del sur»

Luis Miguel Varela, gerente de la Asociación Gallega del Hidrógeno, apunta en esa misma dirección: «La capacidad de producción de hidrógeno renovable en el sur de Europa es muy importante, y será competencia para las nucleares francesas». Varela añade que ese poderío exportador dará un vuelco a los equilibrios de poder entre el sur y el norte de Europa, con el que está aliado Francia.

En el correo remitido a los medios, el Gobierno galo desecha, «en este momento», la posibilidad de adecuar gasoductos como el MidCat al transporte de hidrógeno con el argumento de que «las incertidumbres son muy elevadas sobre las capacidades de producción y de consumo».

 Feijoo pide un cambio de política energética

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijoo, insta al Gobierno a cambiar la política energética para dar «una solución específica a las distintas industrias que dependen del precio de la luz para mantener su actividad» y auguró que la crisis energética se agravará con la llegada del otoño y el invierno si persiste el conflicto en Ucrania. Feijoo propuso reducir las retenciones del IRPF para que las familias con menos ingresos hagan frente a los gastos.