Cómo y por qué se forma una bola de granizo de 10 centímetros

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SICUS CARBONELL | REUTERS

Gerona registró en la tormenta de este martes las piedras más grandes desde hace 20 años. Una niña de 20 meses falleció tras recibir un impacto en la cabeza

01 sep 2022 . Actualizado a las 09:19 h.

Cuando hace mucho calor y el ambiente se carga de humedad, el aire suele elevarse en forma de espiral hasta formar cumulonimbos, grandes nubes de tormenta de desarrollo vertical que pueden llegar a alcanzar los 15 kilómetros de altitud. Densas y con grandes diferencias de temperatura entre base y cima, están atravesadas por potentes corrientes ascendentes y descendentes. Cuando las minúsculas gotitas de agua que forman las nubes se ven inmersas en alguno de los flujos que suben, acaban en lo más alto y se congelan; una vez convertidas en hielo, vuelven a caer. «A veces sucede que, al bajar, se encuentra con otra gota de agua que está subiendo y que la atrapa —explican desde MeteoGalicia—. Ambas, la gota y el trozo congelado vuelven entonces a subir y se convierten en una piedra de hielo más grande, y así sucesivamente».

Si una de estas bolas de granizo se observa a través de un microscopio, se puede ver que está formada por diferentes capas, como una cebolla. «En el caso de la tormenta de la Costa Brava, lo que sucedió es que este proceso se repitió muchas veces, porque las corrientes de aire eran muy intensas —apunta Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET)—. Ese cumulonimbo alcanzó 20 kilómetros de alto, fue una nube muy densa, con mucho vapor de agua, lo que propició que las gotas chocasen con más partículas hasta formar bolas cada vez más grandes». Además, a veces se producen también asociaciones de piedras, como si se soldasen. «Lo que pasa con los cubitos de hielo, que suelen pegarse», ilustra el experto.

Llega un momento en el que la bola alcanza tales dimensiones que las corrientes ascendentes ya no son capaces de volver a llevarla hacia arriba, ya no tienen suficiente fuerza, y la piedra de granizo cae al suelo. «¿Por qué cae con tanta fuerza? Al efecto de la gravedad se suma el impulso de las corrientes descendentes de aire, resuelven los profesionales de MeteoGalicia. «Es como si desde lo alto de la nube se lanzasen bolas de hielo con fuerza contra el suelo», señalan. Del Campo hace memoria y recuerda una granizada similar en Vic en los años sesenta: «Dejó varios heridos y las piedras de granizo, parecidas a las de La Bisbal, llegaron a pesar entonces hasta medio kilo. Y hay que tener en cuenta que caen a velocidades que pueden superar los 150 kilómetros por hora».

¿Qué condiciones atmosféricas había el martes en Cataluña para que se produjese este fenómeno? «Inestabilidad atmosférica y una pequeña vaguada, que es una especie de lengua de aire frío en las capas más altas de la atmósfera que, además, tiene una circulación de vientos que favorece la succión de aire de la superficie, hace un poco de aspirador, absorbiendo aire cálido de abajo y llevándolo hacia arriba —desarrolla el de la AEMET—. Al subir de manera vigorosa, ese aire cálido y húmedo condensa toda su humedad y forma un cumulonimbo muy potente. A esto se sumó, probablemente, algún efecto local de disparo: las montañas del Pirineo ayudaron a que la tormenta comenzase a formarse y el mar mediterráneo, que está más caliente de lo normal, aportó energía en forma de vapor de agua, que luego se condensó». Aunque la tormenta tuvo una vida relativamente larga, porque fue casi desde el Pirineo hasta la Costa Brava, el fenómeno de la granizada fue local, «con la mala suerte de que cayó en una zona muy poblada», lamenta el experto.