Crisis energética y creciente malestar social, los retos del nuevo líder británico

juan francisco alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Liz Truss y Rishi Sunak, este domingo en un plató de la BBC en Londres
Liz Truss y Rishi Sunak, este domingo en un plató de la BBC en Londres Jeff OversBBC | REUTERS

El Reino Unido sabrá hoy si es Truss o Sunak quien sucede a Johnson

05 sep 2022 . Actualizado a las 13:10 h.

Tras cinco semanas de agraria y dura campaña, los británicos aguardan por su nuevo primer ministro. ¿Las encuestas acertarán y los militantes conservadores elegirán a la ministra de Asuntos Exteriores, Liz Truss, o se producirá un milagro y el exministro de Economía Rishi Sunak se impondrá, convirtiéndose en el primer descendiente de indios en dirigir el Reino Unido? Sea quien sea el ganador de las primarias conservadoras, parece que no podrá casi ni saborear su triunfo, mucho menos de celebrarlo, debido a la complicada herencia que recibirá del polémico Boris Johnson.

El nuevo mandatario no se habrá sentado en su despacho de Downing Street cuando enfrentará su primera huelga: la que los abogados penalistas iniciarán este lunes y diez días después deberá lidiar con otra encabezada por los trabajadores ferroviarios. Un recordatorio de que el malestar social provocado por la galopante inflación no ha hecho más que agravarse durante estos casi dos meses, en los que el Ejecutivo ha estado casi paralizado a la espera de su nueva cabeza.

Tanto Truss como Sunak han prometido que ayudarán a los británicos a sortear el temporal, en particular el imparable aumento de los precios de la energía, que este invierno amenazan con ser tres veces mayores que los del año pasado. Sin embargo, han diferido en las formas. Truss ha anunciado recortes de impuestos, mientras que Sunak ha dicho que buscará antes contener el alza de los precios.

No obstante, los dos parten con desventaja. ¿El motivo? Ninguno es tan valorado como Johnson por los propios votantes tories, algo que es particularmente grave con Sunak, quien es visto como un «traidor» por desencadenar la crisis que acabó forzando al primer ministro a dimitir. Es decir, cuentan aun con menos apoyo popular para emprender cualquier medida de choque que su antecesor en el cargo.

Invierno candente

Los próximos meses se antojan muy complicados para el nuevo premier, pues la inflación parece no estar dispuesta a dar tregua. En julio los precios cerraron en un 10,1 %, de acuerdo con la Oficina Nacional de Estadística (ONS, por sus siglas en inglés); mientras que el Banco de Inglaterra estima que para finales del año habrán aumentado un 13 %.

El alza de los precios de la energía es la principal razón. Semanas atrás los gestores de la sanidad pública (NHS) advirtieron que el país está a las puertas de una «crisis humanitaria», pues millones de personas se verán forzadas a escoger entre comer o calentar sus hogares en invierno.

Además, las abultadas facturas de la luz y la calefacción amenazan con poner fin al casi pleno empleo que hay en el Reino Unido (el paro cerró en julio por debajo del 4 %). Seis de cada diez fábricas están en riesgo de cerrar, debido a que no pueden hacer frente a los costes energéticos, aseguró MakeUK, asociación que agrupa a parte de los industriales del país.

Por su parte, desde UK Hospitality, que representa al sector de la hostelería y la restauración, alertaron que 500.000 empleos podrían desaparecer, porque sería más rentable echar el cierre durante el invierno que trabajar.

Otro factor para considerar es la situación del Partido Conservador y si el nuevo líder será capaz de ayudar a la formación a superar el traumático desalojo de Johnson y a sanar las heridas que ha dejado la campaña para elegir a su sucesor, para así poner en marcha las medidas con las que enfrentar la crisis.

Sunak ya ha dicho que no trabajará en un casi seguro Gobierno de Truss, lo cual indica que la reconciliación está lejos. El exministro de Economía ganó todas las votaciones que hicieron los diputados para escoger a los candidatos definitivos y buena parte de las figuras más reconocidas lo apoyan.

Asimismo, los sondeos que le auguran un batacazo en las primarias afirman que es el mejor candidato para enfrentar al laborista Keir Starmer en unas generales. Yougov, por ejemplo, lo coloca entre los 20 políticos más populares, lista en la que no está Truss. ¿Los tories elegirán al candidato equivocado? El tiempo lo dirá.