La derecha italiana maniobra para impulsar un régimen presidencialista

Valentina Saini VENECIA / E. LA VOZ

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Los líderes de la Liga, Matteo Salvini; Hermanos de Italia, Giorgia Meloni; y Forza Italia, Silvio Berlusconi, tras una reunión en Roma en octubre del 2021
Los líderes de la Liga, Matteo Salvini; Hermanos de Italia, Giorgia Meloni; y Forza Italia, Silvio Berlusconi, tras una reunión en Roma en octubre del 2021 GUGLIELMO MANGIAPANE | REUTERS

Los partidos de izquierdas temen que una reforma constitucional lleve al país a una deriva autoritaria similar a la de Hungría

07 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Dirigiéndose a los diputados en agosto de 1994, Silvio Berlusconi, entonces nombrado por primera vez jefe del Gobierno italiano, aseguró que creía «firmemente en el programa que ganó las elecciones: liberalismo, federalismo y sistema presidencialista». Han pasado 28 años, y el sistema presidencialista vuelve a estar en el centro del debate político del país transalpino.

Es uno de los temas principales del ultranacionalista Hermanos de Italia, que las encuestas sitúan en primera posición con cerca del 25 % de intención de voto; y el programa de la coalición de centroderecha formada por Hermanos de Italia, Liga y Forza Italia, que tiene muchas posibilidades de ganar las elecciones del próximo día 25, menciona explícitamente la «elección directa del presidente de la República».

Tanto Giorgia Meloni como Silvio Berlusconi, líderes de Hermanos de Italia y del liberal Forza Italia, son partidarios del sistema presidencialista. Según Meloni, podría hacer que Italia sea «influyente, fuerte, estable y, por tanto, mucho más competitiva».

Ni Meloni ni Berlusconi han entrado en detalles sobre la reforma que quisieran promover. Según Meloni, permitir que los ciudadanos elijan directamente al presidente de la República, en lugar de que sea elegido por el Parlamento como prevé la Constitución italiana, daría más poder a la gente. «Queremos devolver fuerza a la voluntad del pueblo», escribió en un tuit.

La izquierda italiana, en cambio, se opone rotundamente a esta posibilidad. «Creo que sería un error muy grave, por eso lucharemos para evitarlo», aseguró el secretario del Partido Demócrata (PD), Enrico Letta.

Letta definió la Constitución italiana como «antipresidencialista». «Los que hoy proponen el giro [al sistema] presidencialista no proponen una modificación de la Constitución, sino su anulación para avanzar hacia un sistema equivocado que se basa en el hombre fuerte o la mujer fuerte», explicó el líder del PD.

Letta también señaló que la propuesta del sistema presidencialista no fue introducida en Italia por Meloni o Berlusconi, sino por Giorgio Almirante, líder del partido neofascista Movimiento Social Italiano, que fue fundado en 1946 y existió hasta 1995. 

«Un peligro para Italia»

El experto en derecho constitucional y exjuez Gustavo Zagrebelsky definió el sistema presidencialista como «un peligro» para Italia. El jurista llegó a señalar que podría «derivar en un régimen autoritario del estilo del de Orbán [el primer ministro húngaro]». Para Zagrebelsky, con el sistema presidencialista se correría el riesgo de ahogar al Parlamento. Pero la Cámara italiana se ha ido debilitando durante años, y en el pasado incluso el PD solicitó un fortalecimiento del Ejecutivo.

En Italia, el presidente de la República es el garante de la Constitución. El actual jefe del Estado, Sergio Mattarella, fue fundamental para traer algo de estabilidad política al país, y quizá por eso también los italianos le aprecian tanto. En las redes, los votantes moderados observan que modificar el rol de la única institución del Estado que funciona bien es una estupidez, más que un peligro.