El hombre sufrió el ataque al corazón en su casa de Muxía, cuando le contaba a su mujer lo ocurrido
22 sep 2022 . Actualizado a las 20:38 h.Joaquín Vidal Lemus, de 57 años de edad, salió este jueves de su trabajo en la panadería Caión de Baio a las siete de la mañana, como era habitual. Cogió su coche y se dirigió a su casa en Vilar de Outeiro, en la parroquia muxiana de Coucieiro. Probablemente estando de camino recibió una llamada de teléfono. Su hermano le informó de que su madre, Mercedes Lemus, había fallecido. Él lo hizo apenas unos minutos después a causa, presumiblemente, de un infarto.
La relación directa entre el impacto que le causó la noticia y el inesperado óbito solo puede presuponerse, pero hay razones para pensar que así fue. La dueña de la tahona junto a la que trabajó esa noche explicó que estuvo como siempre, pero su esposa refirió a los miembros de los servicios de emergencia que cuando llegó a la vivienda familiar ya lo hizo en muy mal estado. De hecho, comentó que no comprendía cómo había logrado llegar conduciendo. El caso es que llegó a casa e informó a la familia de lo sucedido. Dijo que se encontraba muy mal y su mujer le sacó una silla al patio trasero de la vivienda para que se repusiera, pero se desplomó casi al momento. El aviso al 061 se realizó a las 9,30 horas, muy poco después del fallecimiento de la madre.
Emergencias
Acudieron la vivienda de Vilar de Outeiro dos ambulancias y un médico y una enfermera del centro sanitario de Muxía. Durante más de media hora le practicaron la reanimación cardiopulmonar, pero no hubo forma de salvar su vida.
Su madre, Mercedes Lemus, tenía 80 años y vivía con su otro hijo en la casa familiar de Tufións, Cereixo, en el municipio de Vimianzo. Al parecer la mujer había estado ingresada en el hospital, pero la habían dado de alta y se encontraba en su vivienda, por lo que el fallecimiento también fue inesperado.
El cuerpo de Joaquín Vidal fue trasladado a A Coruña para que le realizaran la autopsia, por lo que todavía no es seguro cuándo se podrá realizar el funeral y entierro. En el caso de que el trámite fuera rápido madre e hijo podrían ser velados juntos en A Ponte do Porto.
Joaquín Vidal era hijo de un tratante de ganado ya fallecido, el mismo trabajo que hacía su hermano y también él, que mantenía una pequeña cuadra en la vivienda de Muxía.
Según varias fuentes consultadas no hay constancia de que el hombre tuviera conocimiento de algún padecimiento del corazón. No era habitual que fuera al médico ni tampoco sufría ningún trastorno conocido.
Las circunstancias en las que se produjo el fallecimiento del hijo provocaron una gran consternación en la zona, sobre todo en el lugar del que procedía la familia y en donde vivía Joaquín Vidal desde hacía años. Tenía un hijo.