La indecisión y la desconfianza en los partidos marcan las elecciones en Italia

valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

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Un agente electoral revisa la documentación para la votación de este domingo en Italia
Un agente electoral revisa la documentación para la votación de este domingo en Italia ETTORE FERRARI | EFE

Los italianos acuden hoy a votar con la ultraderechista Meloni como favorita

25 sep 2022 . Actualizado a las 09:25 h.

Ha llegado el día de las elecciones generales en Italia. Desde las 7 de la mañana hasta las 11 de la noche de hoy, casi 51 millones de italianos están llamados a elegir las dos Cámaras del Parlamento: la Cámara de Diputados y el Senado. Por primera vez en la historia de la Italia republicana, los jóvenes de 18 años también podrán votar a los candidatos al Senado, por efecto de una ley constitucional del 2021 que abolió el umbral de 25 años de edad previsto en la Constitución de 1948.

Sin embargo, es seguro que solo una parte de las personas con derecho a votar acudirán a las urnas: el abstencionismo crece con cada votación. En las elecciones generales del 2013 solamente votaron el 75 % de quienes tenían derecho a hacerlo, y casi el 73 % en las del 2018; la abstención pasó del 7,8 % en 1948 al 27 % hace cinco años, e históricamente hay una tendencia ascendente. Es suficiente hablar con personas por la calle para darse cuenta de que cada vez más italianos confían muy poco en su clase política. «No hacen más que robar», dicen muchos; otros afirman que no votan «porque, total, no cambia nada».

También hay muchos italianos que no saben qué votar. Ayer, el diario La Repubblica informó de que casi uno de cada diez votantes decidió qué votar entre el viernes y el sábado, y que el 3 % solo tomará una decisión en el último momento, en la cabina electoral. Por eso, en los últimos días de la campaña los líderes de los principales partidos, como el de la Liga, Matteo Salvini (extrema derecha); el secretario del Partido Demócrata (PD, centroizquierda), Enrico Letta; y la líder de Hermanos de Italia (HI, ultraderecha) Giorgia Meloni, recorrieron miles de kilómetros y se dejaron la voz en muchas plazas del país. Claro que cada uno eligió un vehículo diferente: Letta hizo campaña en un autobús eléctrico, Matteo Renzi usó incluso el avión.

Fallos en las encuestas

Según los analistas y los últimos sondeos disponibles, el resultado de las elecciones está cantado y es una victoria de la coalición de centro y derecha, con HI, la Liga, los centristas y Forza Italia, liderado por Silvio Berlusconi. Pero las predicciones de las encuestas no siempre se han cumplido en el pasado; en el 2018 no pronosticaron el éxito extraordinario del Movimiento 5 Estrellas (M5E) ni de la Liga. Como dice un refrán muy recurrido entre los periodistas del país transalpino, en la política italiana «quien entra como papa, sale como cardenal».

Esta campaña electoral ha sido corta, pero intensa y extraña. Comenzó tras la caída del Gobierno de Mario Draghi en julio, que el mundo empresarial italiano vio con indignación. Estuvo marcada, ante todo, por el protagonismo de Meloni, que en pocas horas podría convertirse en la mujer más poderosa de Italia, como dijo a La Voz un eurodiputado centrista el viernes; Salvini y Berlusconi hicieron de comprimarios, aunque Salvini consiguió que se hablara de él y de la Liga gracias a algunas propuestas sensacionalistas, como el flat tax (un impuesto fijo para todos los contribuyentes).

Durante gran parte de la campaña, Letta pareció estar a la defensiva, aunque la izquierda consiguió atacar a Meloni y a Hermanos de Italia por su incapacidad para aclarar su postura sobre el fascismo. A diferencia de su mentor y antiguo líder conservador Gianfranco Fini, Meloni nunca definió el fascismo como «el mal absoluto». Giuseppe Conte, líder del M5E, ha llevado una buena campaña electoral y gracias a él, la formación podría resultar el tercer partido más votado. Y eso que, en verano, los medios de comunicación italianos vaticinaban su extinción.

Giorgia Meloni, una líder exitosa pero contradictoria

La líder de Hermanos de Italia es la favorita para convertirse en primera ministra

Ninguna mujer ha sido jefa del Gobierno en la historia de Italia. Giorgia Meloni, líder del partido de ultraderecha Hermanos de Italia (HI), puede estar a punto de conseguirlo, lo cual puede considerarse una paradoja típicamente italiana, ya que HI tiene posiciones conservadoras en temas como el aborto y los roles de género.

Meloni nació en Roma en 1977. Como afirma ella misma, creció en una familia matriarcal y, según refieren los medios italianos, tiene una relación muy estrecha con su hermana Arianna. Empezó en política muy joven: a los 15 años se unió al Frente de la Juventud, la organización juvenil del partido neofascista Movimiento Social Italiano (MSI); cuatro años más tarde se convirtió en la líder de Acción Estudiantil, el movimiento para estudiantes de Alianza Nacional, partido democrático postfascista, heredero del MSI.

Entre el 2008 y el 2011, durante el último Gobierno de Berlusconi, fue ministra de la Juventud, un papel de mucho prestigio y poco poder, gracias al que empezó a ser conocida también fuera de Roma. Mantiene un vínculo muy fuerte con la capital italiana: habla con un acento romano muy marcado, y tanto Roma como la región del Lacio constituyen el baluarte de HI. Meloni cuenta con una autoridad absoluta en el partido, que contribuyó a fundar en el 2012. A diferencia de otras formaciones, como el Partido Demócrata o la Liga, su liderazgo nunca ha sido cuestionado.

Es una líder política contradictoria. Ni ella ni su partido son una amenaza para la democracia italiana, pero Meloni parece olvidar que la República Italiana es fruto de la lucha de los partisanos italianos contra el fascismo. Es partidaria de la OTAN, pero hasta hace poco no ocultaba su admiración por Viktor Orbán, el primer ministro húngaro pro-Putin. Se declara orgullosamente madre y cristiana, defiende la familia tradicional, pero no está casada con su pareja, y no parece ser practicante. Si de verdad se convierte en primera ministra, nadie sabe cómo gobernará.

Enrico Letta, el estratega católico que quiere frenar a la derecha

Es poco probable que el líder del Partido Demócrata se convierta en el próximo jefe de Gobierno tras estas elecciones

Además de secretario del Partido Demócrata (PD), Enrico Letta es un equivalente político italiano del conde de Montecristo. En abril del 2013 se convirtió en jefe de Gobierno, pero diez meses más tarde, por una hábil maniobra del entonces recién elegido secretario del PD, Matteo Renzi, tuvo que renunciar al cargo, que fue ocupado por el propio Renzi. Letta eligió entonces «el exilio», y se fue a Francia para ser profesor universitario. En el 2021, tras el fin del Gobierno de centroizquierda liderado por el actual líder del Movimiento 5 Estrellas (M5E) Giuseppe Conte, y la dimisión del secretario del PD, Nicola Zingaretti, muy cercano a Conte, Letta regresó a Italia y fue elegido triunfalmente para liderar el partido que le había destituido solo unos años antes.

Es poco probable que Letta se convierta en el próximo jefe de Gobierno tras estas elecciones. Sin embargo, si consigue evitar un gran éxito electoral de la derecha, ya puede considerarse satisfecho. Por otro lado, el PD ha formado parte de todos los Gobiernos desde el inaugurado en el 2011 por Mario Monti hasta el actual, con la excepción del breve Ejecutivo formado por la Liga y el M5E. Sin embargo, si el PD no consigue al menos un resultado cercano al de Hermanos de Italia, y sobre todo en caso de un triunfo electoral de la derecha, es probable que los barones del partido lo obliguen a dimitir.

Letta no tiene mucho carisma y no brilló en exceso durante la campaña, aunque ha pasado a la contraofensiva en los últimos días. Sin embargo, su punto fuerte no es la oratoria, sino la estrategia. Se debe también a él que Sergio Mattarella volviese a ser elegido presidente de la República en enero. Católico, europeísta convencido, Letta procede de una buena familia toscana y cuenta con la estima de su tío Gianni Letta, el consejero más cercano de Silvio Berlusconi. En Bruselas y Washington se le considera uno de los políticos italianos más fiables, y siempre ha defendido la amistad entre Italia y Francia.

El sistema electoral será clave en unos comicios con una drástica reducción en el número de escaños

La reducción de escaños será una de las claves de esta cita, en la que se repetirá el sistema electoral que ya se estrenó en los comicios del 2018. Un referendo avaló en septiembre del 2020 la reforma constitucional que supondrá la rebaja de 630 a 400 en la cifra de escaños en la Cámara de Diputados y de 315 a 200 en el número de senadores designados por votación popular.

El mecanismo electoral bautizado como Rosatellum, en honor al diputado del Partido Demócrata que propuso la reforma, Ettore Rosato, establece un sistema doble de reparto de escaños y, teóricamente, favorece la implantación de bloques y a los partidos con mayor expansión territorial.

El 37,5 % de los escaños se reparten mediante un sistema de circunscripciones uninominales, en el que obtiene el escaño el candidato que logre un mayor número de votos. Esta fórmula servirá para repartir 147 escaños en la Cámara de Diputados y 74 en el Senado. Otro 62,5 % de los legisladores —245 diputados y 122 senadores— serán designados a partir de un sistema proporcional de listas, con entre uno y ocho escaños por circunscripción, en función de la población que tengan.

Votantes en el extranjero

La normativa estrenada hace cuatro años reserva el 2 % de los escaños —ocho en la Cámara de Diputados y cuatro en el Senado— para los italianos que viven en el extranjero, también mediante un sistema proporcional de listas por partidos.

El reparto final de asientos tiene en cuenta una serie de umbrales mínimos, de tal manera que no obtendrán ningún escaño los partidos que se presenten en solitario y no logren al menos el 3 % de los votos a nivel nacional. En el Senado, se establece como excepción la obtención del 20 % de los sufragios en una región. Para las coaliciones, el umbral mínimo se eleva hasta el 10 %.

Trece regiones italianas, en alerta amarilla por lluvias en la jornada electoral

La zona de bajas presiones que está afectando al norte y centro de Europa ha llegado a Italia, donde trece regiones de todo el país se encontrarán en alerta amarilla por riesgo de fuertes chubascos y tormentas durante la jornada de elecciones generales de este domingo, según alertó ayer Protección Civil.

Se trata de Abruzo, Campania, Emilia-Romagna, Friuli Venecia Giulia, Lazio, Marcas, Molise, Toscana, Umbría, Liguria, Puglia, Véneto y Cerdeña, mientras que sobre Lazio, Molise, Toscana y Campania se ha emitido una alerta naranja, de menos intensidad, indicó el organismo en su última comunicación meteorológica.

El aviso preveía a partir de la tarde de este sábado precipitaciones dispersas a generalizadas, incluso en forma de chubascos o tormentas sobre el centro, especialmente en los sectores costeros y meridionales, y que se extenderá hacia el sur del país.

Además, a partir de la madrugada se esperan precipitaciones dispersas a generalizadas, incluso en forma de chubascos o tormentas, y el domingo, los fenómenos, acompañados de chubascos intensos, actividad eléctrica frecuente, granizo local y fuertes rachas de viento, persistirán también en Umbría y Las Marcas (centro), donde un aluvión causó 12 muertos y enormes daños la semana pasada.

La larguísima jornada electoral para estos comicios comenzará a las 07.00 horas locales y terminará a las 23.00, hora de cierre de los colegios electorales y cuando se conozcan los sondeos a pie de urna.