Zhong Shanshan, cuando el agua sabe a gloria

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Zhong Shanshan, que atesora una fortuna de 70.000 millones de dólares y que, entre otras cosas, es el mayor productor de agua embotellada de China, es el empresario más rico de su país. Es el fundador de Nongfu Spring

11 oct 2022 . Actualizado a las 16:23 h.

Si hay algo que no le faltan a China son multimillonarios. Hay más que en ningún otro país del mundo. Claro que allí todo es a lo grande, dirán ustedes. Que para algo acoge ese vasto territorio a la quinta parte de todos los habitantes del planeta.

Pues bien, hay uno de esos potentados que destaca entre los demás. Y no solo ya porque sea el más rico de todos (le ha arrebatado el cetro al fundador de Alibaba, Jack Ma), sino también, y sobre todo, porque, al contrario que otros muchos nombres que pueblan esa lista de las mayores fortunas del gigante asiático, nada tiene que ver su negocio con la tecnología. También, y no es cuestión menor tratándose de China, porque no goza del favor de las élites empresariales del país. Lo que tiene, se lo ha ganado a pulso. Entre eso, y que lo suyo es la discreción, se ha granjeado Zhong Shanshan el sobrenombre de lobo solitario. Hasta él lo reconoce. «Soy una persona solitaria. No me importa lo que hagan o piensen otros empresarios. No tengo por costumbre halagar a los demás», confesó en una de las escasísimas entrevistas que ha concedido en su vida. Cualquiera diría que ejerció en su día como periodista.

Pero, por partes. Les cuento que es Zhong el fundador y propietario de una empresa de agua embotellada que se llama Nongfu Spring. Y que su vida no ha sido fácil. Para llegar a donde está, ha tenido que picar piedra. Incluso literalmente.

Nacido en 1954 en Hangzhou, la capital de la provincia china de Zhejiang, Zhong se vio pronto obligado a abandonar los estudios. Todavía estaba en primaria. Solo tenía diez años cuando tuvo que dejarlo. La muerte de sus padres a manos de la policía durante la Revolución Cultural lo cambió todo.

Había que buscarse las habichuelas trabajando en lo que se podía. Lo hizo como albañil, como carpintero, como reportero en un periódico local y hasta como vendedor de licores. Hasta que emprendió su propio negocio.

Fue en 1996 cuando fundó Nongfu Spring. Poco tiempo después, y tras haber ido adquiriendo poco a poco pequeñas firmas del sector, era ya el mayor productor de agua embotellada de China. Sus botellas, coronadas con un tapón de color rojo, están por todas partes. Se venden en cualquier rincón del país. Desde los puestos ambulantes que salpican las abarrotadas calles chinas, hasta los hoteles de lujo. Lo mismo ocurre con sus zumos y, sobre todo, con sus tés, omnipresentes en China.

Pero, no solo de agua y bebidas azucaradas vive Zhong. También es dueño el empresario de un grupo médico. Yangshengtang, se llama. Y Wantai es su filial biofarmacéutica. Bueno, pues resulta que la pandemia y la férrea política anticovid del Gobierno chino han catapultado sus beneficios. Un dato: diez millones de test rápidos de detección del covid había vendido solo hasta marzo del 2021. Y ya está haciendo pruebas con una vacuna intranasal contra el virus.

Con esos mimbres, no es extraño que el empresario atesore una fortuna de más de 70.000 millones de dólares. La mayor de China, como ya hemos contado, pero no la más abultada de Asia. Esa la tiene el multimillonario indio Mukesh Ambani, el dueño de Reliance Industries. 

Pues eso, que cualquiera le dice a Zhong que el agua no sabe a nada. A él, desde luego, tiene que saberle a gloria.

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