Colapso en los transportes franceses por la huelga general: «Es una especie de mayo del 68»

La Voz REDACCIÓN/AGENCIAS

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Estudiantes bloquean el acceso a una escuela superior en París con motivo de la huelga de este martes.
Estudiantes bloquean el acceso a una escuela superior en París con motivo de la huelga de este martes. GONZALO FUENTES | REUTERS

El ministro de Interior francés pide a la patronal que suba los salarios a los trabajadores al inicio de la huelga general en el país

18 oct 2022 . Actualizado a las 12:19 h.

El ministro de Interior francés, Gérlad Darmanin, aseguró a la cadena RTL esta mañana, en la que se producen manifestaciones en todo el país por la escasez de carburante y la falta de subidas salariales, que «el Estado ha hecho su trabajo, ha aumentado significativamente el número de funcionarios» y  «ahora es necesario que parte de la patronal también aumente los salarios».

Una parte de los sindicatos franceses, liderados por la Confederación General del Trabajo (CGT), organizan este martes una huelga «intersectorial», lo que extiende las protestas que se prolongan desde finales de septiembre en varias refinerías del país, tal como informó Efe.

A ella acudió el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, que se refirió a las manifestaciones en todo el país como «un empate con el poder, una especie de mayo del 68» porque «la agresión es tan feroz que hasta los más indiferentes se dicen: ¿cuándo van a parar?», en alusión a la escasa subida de sueldos.

Y a ello también se refirió Philippe Martínez, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), que lidera la jornada de huelgas. El líder sindical quiere un incremento de 300 euros del sueldo mínimo, hasta 2.000 euros brutos. «El salario mínimo no ha aumentado lo suficiente», subrayó Martínez en una entrevista con la emisora RTL . Más allá del salario mínimo, lo que reclaman los huelguistas es que «haya un aumento a todos los niveles» de los salarios, indicó.

Martínez reprochó al Gobierno de Emmanuel Macron su actitud en contra de esa exigencia, que se podría haber materializado, a su parecer, con un mecanismo de revalorización automática de los salarios en una ley en favor del poder adquisitivo que se adoptó en julio. Insistió en que en julio ya lo plantearon y en que llevan avisando «desde hace mucho tiempo» de sus demandas al Gobierno, que ha hecho oídos sordos. Justificó el recurso a la huelga porque a su parecer en Francia es la única forma para que cambien las cosas.

En París, la manifestación comenzará a las 14:00 horra local desde la Plaza de Italia, en dirección a la Plaza Vauban. Pero con un detalle: según una encuesta realizada por Elabe para la cadena BFMTV, el 49 % de los franceses desaprueba la movilización de este martes.

Crisis en el transporte

Más allá de la energía, con muchas gasolineras sin carburante, los paros, que van acompañados de alrededor de 140 manifestaciones por todo el país, se van a dejar sentir también en el transporte público, en la educación y en la sanidad. En el transporte por ferrocarril, los mayores problemas van a estar en los trenes de cercanías de París y en los regionales, ya que entre estos últimos solo circulan uno de cada tres, según las previsiones de la compañía estatal SNCF.

En los servicios de largo recorrido el impacto va a ser mucho menor, sobre todo en los trenes de alta velocidad (TGV), que en su mayor parte funcionan casi normalmente, lo mismo que ocurre en las líneas internacionales. En las conexiones entre Francia y España, el tráfico estará «ligeramente perturbado», de acuerdo con la SNCF. La entidad del transporte metropolitano de París (RATP) anticipa una circulación normal en 11 de sus 14 líneas de metro y en las tres restantes (la 6, la 12 y la 13) entre un 80 % y un 90 % de los trenes.

Un tercio de los autobuses no estarán en servicio, con nueve líneas totalmente cerradas. En la educación, muchos padres no pueden llevar a sus hijos a las guarderías por falta de personal y también se espera la cancelación de clases en primaria, en secundaria y, en particular, en los liceos profesionales.

En el comunicado de la convocatoria de la huelga que firman la CGT Fuerza Obrera (FO), la Federación Sindical Unitaria (FSU), Solidarios y cuatro organizaciones juveniles se pide la movilización «para el aumento de los salarios, de las pensiones y de los subsidios sociales y la mejora de las condiciones de vida y de estudios».

«Para muchos franceses, la gasolina se ha convertido en un producto de lujo», dijo Nicolas Michaux, portavoz de la plataforma de vehículos compartidos BlaBlaCar en declaraciones a Le Monde.

Esta jornada de huelga marca un punto claro de continuidad con la que se celebró el 29 de septiembre, que no tuvo un gran seguimiento, aunque desde entonces la situación ha empeorado de forma ostensible para el Gobierno de Emmanuel Macron.

En primer lugar, porque el enquistamiento durante todo este tiempo de la protesta ha dejado sin combustible a muchas refinerías (cerca de la tercera parte, de acuerdo con el Gobierno) y lo notan todos los ciudadanos que utilizan sus vehículos. Además, la oposición de izquierdas ha puesto más presión con una manifestación que el domingo sacó a varias decenas de miles de personas a la calle para exigir medidas compensatorias por la pérdida de poder adquisitivo.

Vehículos compartidos

Dada la escasez del carburante y el colapso del transporte, miles de franceses optan por utilizar servicios de coches compartidos como BlablaCar o . No en vano, tal como señala Le Monde, la red Blablacar Daily, que ofrece viajes diarios cortos, ha visto un aumento del 30 % en las solicitudes para ser pasajero.

«Para muchos franceses, la gasolina se ha convertido en un producto de lujo», dijo Nicolas Michaux, portavoz de la plataforma.

Lo mismo sucede con el servicio Karos, que tiene 600.000 usuarios en Francia. La plataforma registró un pico de registro el fin de semana del 8 de octubre, dijo su portavoz, Tom Attias. Incluso, señaló, el 44 % de los nuevos usuarios el lunes 10 de octubre por la mañana, «personas que ya no encontraban combustible» u otros, que aún tenían «y querían compartirlo con otros por espíritu solidario».