Europa avanza lenta para topar el gas

F. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

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JULIEN WARNAND | EFE

La Comisión Europea insiste en imponer un límite al precio de mercado, pero tendrá que vencer la resistencia de países como Alemania

19 oct 2022 . Actualizado a las 09:41 h.

Las cosas de palacio van despacio. Sobre todo, en Bruselas, donde llevan meses dando vueltas a varias propuestas de calado para tratar de frenar la crisis de precios de la energía. Sobre todo, del gas, que, a su vez, determina el coste de la electricidad por el particular modo de funcionar de los mercados eléctricos mayoristas. Tantas vueltas para intentar derribar las resistencias de países que mandan mucho en la cúpula de la Unión Europea —como Alemania— a propuestas intervencionistas como la de imponer un tope al precio del hidrocarburo. Pero la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, sigue erre que erre con implantar esa medida. Eso sí, necesita el visto bueno del Consejo Europeo, esto es, de los jefes de Gobierno de los Estados.

El Ejecutivo comunitario que preside la alemana ha presentado una última propuesta con el objetivo de que el Consejo que se celebrará mañana y el viernes en Bruselas le dé luz verde. El paquete de medidas incluye la implantación de un mecanismo «flexible y dinámico» que limite el precio del índice de referencia del mercado europeo del gas, el TTF holandés, al que están vinculados los contratos de suministro del hidrocarburo que llega a Europa. «Poco a poco las posturas se van acercando» para que esa propuesta sea una realidad este mismo invierno, reconoció Von der Leyen en rueda de prensa. «Si el Consejo acepta, diseñaremos los detalles», añadió.

 

Ese mecanismo será temporal. Al menos hasta marzo del año que viene, para cuando la Comisión propondría la creación de un nuevo índice de precios diferente al TTF. Porque esa referencia, explicó la presidenta de la Comisión, ya no vale para el mercado actual del gas. Así, el corte casi total de los envíos de gas ruso por gasoducto hacia Europa —que ahora solo suponen el 9 % del total— ha llevado a los países a buscar aprovisionamientos alternativos y buena parte del hidrocarburo llega ya por barco en forma de gas natural licuado (GNL). El TTF es históricamente una referencia del mercado de la materia prima que circula por tubo, así que el índice holandés ya no vale, hay que buscar otro, resumió Von der Leyen.

La propuesta de la Comisión Europea al Consejo incluye también la opción de extender el tope al gas para generación eléctrica que se está aplicando de forma temporal en España y Portugal. Pero hay que vencer las reticencias de países como Alemania. Y es que ese mecanismo ibérico ha logrado reducir los precios eléctricos, pero a costa de aumentar el consumo de gas, justo lo contrario de lo que quiere hacer Europa. «Tenemos el proyecto piloto en la Península para diseñar un modelo europeo, pero hay que resolver detalles», reconoció Von der Leyen. Detalles también como de qué manera se repartiría la compensación a las centrales de generación por ofertar el gas por debajo de su precio de mercado entre tantos países en los que el peso del hidrocarburo para la producción de electricidad es de lo más dispar.

Fondos de cohesión

La Comisión Europea también ha puesto sobre la mesa la posibilidad de dedicar 40.000 millones de euros que han quedado sin gastar de los fondos de cohesión del período 2014-2020 a políticas de reducción de precios energéticos.

Las cotizaciones caen a su nivel más bajo en un año

25 de agosto. La cotización del gas con entrega al día siguiente en el mercado holandés cotizaba a 312,35 euros el megavatio hora. En España, a 218. Fueron los valores diarios más elevados del último año. El lunes pasado, el TTF estaba a 64,53; el Mibgás, a 34,3. Son los niveles más bajos en doce meses. Y es que la mera amenaza de intervención de Bruselas parece haber surtido el efecto deseado de enfriar los precios. Gracias a esto, el precio mayorista de la electricidad en España estará hoy a 81 euros por megavatio hora, el precio más bajo en un año. La compensación a las centrales será negativa (-1,27 euros) porque el precio del gas en el mercado es casi el mismo que el que están obligadas a ofertar como máximo (40 euros).

La UE quiere obligar a los Estados a comprar el 15 % del gas de forma conjunta

La Unión Europea se prepara para afrontar un invierno difícil. Sin embargo, con la reducción de suministro de gas por parte de Rusia, todo indica que la próxima temporada de calefacción, la del 2023, será aún más complicada. Con esto en mente, la Comisión Europea planteaba este martes nuevas medidas para frenar el precio del gas y quiere obligar a los Estados miembro a comprar el 15 % del gas necesario para rellenar sus reservas de forma conjunta. Esta iniciativa quiere agregar la demanda de los países europeos para reducir el elevado precio de la energía y evitar la competencia entre ellos, favoreciendo a los más pequeños. La idea es establecer un mínimo del un 15 % —que supone unos 13.500 millones de metros cúbicos de gas—, «una cantidad suficiente para afianzar el suministro y, a la vez, asegurarnos de que no ponemos todos los huevos en la misma cesta», explicó una fuente oficial europea.

En paralelo, el bloque se prepara para una situación de emergencia. Llegado el caso, de existir un desabastecimiento de gas o de producirse graves disrupciones del suministro, dos Estados miembro podrían activar el estado de emergencia europeo. «Ahí entrarían en funcionamiento los mecanismos de solidaridad, que repartirían el gas almacenado entre los países».

La Comisión Europea da por hecho que, en caso de cortes de suministro, los países del este y Europa central serían los más afectados, por no contar con vías alternativas de suministro.

José María Yusta: «Europa lo va a pasar mal durante dos o tres años más»

José María Yusta (Logroño, 1969) es profesor de Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Zaragoza y experto en mercados energéticos e infraestructuras críticas.

—¿Entiende lo que está pasando en los mercados energéticos o ya no?

—Tienen cierta lógica, se mueven por la oferta y la demanda. Las restricciones de gas desde Rusia han hecho que se remuevan los cimientos y que se disparen los precios. Aunque los mercados son también especulativos y el TTF holandés se ha comportado de una manera muy volátil. Hay que entender cómo nació ese indicador. La referencia de mercado del gas de Holanda se extendió a toda Europa porque el yacimiento de Groninga era el principal suministrador de hidrocarburo, no el único, pero sí el más grande. Eso hizo que hubiera un respaldo físico a una cotización de mercado, hasta que hace cuatro o cinco años, los Países Bajos decidieron ir cerrando la capacidad de producción por el aumento de la frecuencia de microterremotos. Pero el TTF se convirtió en una referencia europea, con mucha liquidez, mucho volumen de negociación. El precio se podía controlar simplemente inyectando más o menos gas en el mercado, pero dejó de ser así y se convirtió en una commodity que no responde a un suministro físico. Por eso se hizo más volátil, más especulativa. Pero de eso nos hemos dado cuenta hace un año. Rusia utilizó esto como un arma para hacer subir los precios lo máximo posible y presionar a Europa, pero esa capacidad de hacer daño se agota en el momento en que ya casi no le queda suministro por cortar. Eso se suma al anuncio de la Comisión Europea de interferir en la forma en que se calcula el TTF y el precio empieza a desplomarse. ¿Por qué? Porque empiezan a salir los especuladores.

—¿Qué le parece la propuesta de cambiar el TTF? ¿Va a resolver el problema?

—Es delicado porque el gas se produce en unos países que lo van a vender al mejor postor. Se pueden buscar otros índices para intentar reducir el coste, pero no hay garantía de que eso suceda ni de que funcione.

—¿Cuándo volverá a costar la electricidad 50 euros por megavatio hora, como solía?

—Cuando saquemos al gas de la ecuación, pero a corto plazo no. Nos quedan un par de años más. Aunque España tiene el trabajo mejor hecho que otros países porque tiene unas infraestructuras muy bien diversificadas para abastecernos por metaneros, pero la coyuntura internacional nos va seguir afectando a nivel de precio, que no va a bajar hasta que reduzcamos la dependencia del gas. Yo creo que Europa lo va a pasar mal durante dos o tres años más.

—¿Habrá racionamiento o cortes de suministro?

—Ya se está produciendo destrucción de la demanda. Los precios tan elevados han hecho que muchísimas industrias tengan que parar.