Feijoo exige a Sánchez que retire unos Presupuestos «con pies de barro»

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su escaño, escuchando la intervención del líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, este martes, en el Senado
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su escaño, escuchando la intervención del líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, este martes, en el Senado Alejandro Martínez Vélez | EUROPAPRESS

El presidente del Gobierno promete que usará «todos los recursos del Estado» para hacer frente a la actual crisis y acusa al líder de la oposición de carecer de propuestas. El jefe de filas del PP asegura que el Ejecutivo se equivoca en todas sus previsiones económicas y devuelve el dardo del anterior debate en el Senado: «¿Será insolvencia o mala fe?»

18 oct 2022 . Actualizado a las 20:38 h.

«Todo el mundo tiene un plan hasta que le cae el primer guantazo». Mike Tyson, campeón del mundo de los pesos pesados y autoridad académica máxima en el arte de dar y recibir mamporros resumió así, con años de antelación, el cara a cara de este martes entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo en el Senado. El presidente del Gobierno y el líder del PP llegaban a este debate en la Cámara Alta, en el que el programa de mano anunciaba que se iban a confrontar los modelos económicos y fiscales del Gobierno y la oposición, con sus dosieres y argumentarios recién planchados por los gurús de la Moncloa y Génova 13. Los asesores no auguraban un duelo de guante blanco —de eso ya no queda—, pero sí al menos de cierta elegancia entre los contendientes, aplacado su ardor guerrero por la necesidad de no volar los puentes entre el PSOE y el PP en plena negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Pero la teórica tregua se esfumó y los planes quedaron desarbolados en cuanto empezó el intercambio de golpes desde la tribuna. Tyson tenía razón.

El segundo cara a cara en apenas un mes entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo en el Senado deparó en esta ocasión un debate con más intensidad ideológica respecto al crudo combate de septiembre. Durante las casi dos horas que sumaron su intervención inicial y la posterior réplica a Feijoo, Sánchez insistió en que el Gobierno usará «todos los recursos del Estado» para combatir los efectos de la actual crisis, a lo que el presidente del PP respondió exigiendo al Ejecutivo que retire unos Presupuestos «con pies de barro», que tildó de «hipotecas generales del Estado», y se abra a pactar unas nuevas cuentas con los conservadores.

El presidente del Gobierno dedicó su intervención inicial a reivindicar su plan de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la que definió reiteradamente como «la maldita guerra de Putin». Sánchez sacó pecho por la llamada excepción ibérica, que permitió a España y Portugal desvincular los precios de la electricidad y del gas y que, según el jefe del Ejecutivo, ha supuesto ya un ahorro de 2.900 millones de euros para los consumidores españoles.

Impuestos al sol y tiros en el pie

El líder socialista contrapuso su política energética con la decisión del Gobierno del conservador Mariano Rajoy de limitar el desarrollo de las renovables, que calificó de «tiro en el pie». «Hay que recordar que en el país del sol, se gravó al sol y se penalizó el autoconsumo», recalcó Sánchez en alusión al llamado impuesto al sol diseñado por Rajoy.

El jefe del Ejecutivo puso como modelo la gestión de la pandemia, cuando en España se movilizaron hasta 240.000 millones de euros, y avanzó que para hacer frente a la actual crisis se pondrán sobre la mesa 35.000 millones «para proteger a las familias, a los ciudadanos y a las empresas». El objetivo, insistió Sánchez, es «doblegar la curva de los precios» y mitigar el impacto de la inflación desatada por la invasión rusa de Ucrania y el uso que Moscú hace del suministro energético en su pulso con Occidente para quebrar el apoyo de los aliados a Kiev.

«Extrema incertidumbre»

Frente a ese escenario de «extrema incertidumbre», Sánchez detalló su propuesta con tres ejes de actuación principales: la reforma del sistema energético, la aceleración de la transición ecológica y el impulso de energías limpias como el hidrógeno y la remodelación del mercado eléctrico europeo para obtener una regulación más justa de los precios y librarse de la dependencia de los combustibles fósiles rusos.

«Pese a todas estas incertezas, el Gobierno pondrá todos los recursos para proteger a la mayoría social, tal y como hicimos durante la pandemia», prometió Sánchez. A la hora de marcar distancias entre el modelo socialdemócrata y la que calificó como «ortodoxia neoliberal» del PP, el presidente insistió en que durante la crisis financiera «la gente de a pie soportó el peso de los recortes y de los ajustes», un peso que el Gobierno de coalición quiere que ahora recaiga en «las grandes fortunas y las grandes corporaciones». «En esta ocasión, a diferencia de lo que ocurrió hace una década, trabajamos para que las clases medias y trabajadoras no paguen las consecuencias de la crisis» , remachó.

Párrafos ya leídos

Al igual que en la cita de septiembre, Feijoo, como el resto de portavoces de los grupos del Senado, dispuso de quince minutos en su intervención inicial, en la que afiló su discurso, con una lluvia de dardos al jefe de Gobierno desde el primer instante. De entrada, le afeó a Sánchez que recitase en el Senado «copias de párrafos ya leídos en su comparecencia en el Congreso» y rebatió los datos económicos de los que había presumido el presidente. Frente a la visión relativamente optimista de Sánchez, el jefe de la oposición aseguró que España es líder en inflación subyacente y en desempleo y que, además, es el país de la UE de más lenta recuperación económica tras el golpe de la pandemia.

También echó mano del covid para replicar al presidente. Según Feijoo, el mérito de la respuesta colectiva al coronavirus se debe a las comunidades autónomas, que contrataron a miles de profesionales sanitarios y llevaron a cabo la campaña de vacunación. «El Gobierno de España ha vacunado a los ciudadanos de Ceuta y Melilla, al resto los vacunaron los servicios de salud de las comunidades autónomas», apuntó.

A lomos de una mentira

Elevó el tono por momentos Feijoo, que acusó a Sánchez de «llegar al Gobierno cabalgando a lomos de una mentira», en referencia a la interpretación de la sentencia del caso Gürtel que, a juicio de los populares, desencadenó la moción de censura a Mariano Rajoy, y de incumplir luego sus promesas de que no iba a gobernar con Podemos, de que no iba a pactar con Bildu y de que no iba a conceder indultos a los dirigentes independentistas condenados por el proceso secesionista del 2017.

Ya en materia de cuentas públicas, el líder de la oposición reprochó al Ejecutivo que «han errado en todas las previsiones económicas» desde que llegaron a la Moncloa. «¿Será insolvencia o mala fe?», apuntó, en alusión a las palabras que Sánchez le había dirigido en el anterior debate en el Senado.

Sobre la insistencia del jefe del Ejecutivo en atribuir la actual situación a la invasión rusa de Ucrania, el líder de la oposición le reprochó que «culpa de todos los males al señor Putin, pero luego dirige el Gobierno que más gas natural licuado compra a Rusia».

El jefe de las filas conservadoras auguró que las cuentas del 2023 van a ser su último presupuesto como presidente del Gobierno de España y trató de desmontar el discurso socialdemócrata de Sánchez contraponiendo sus iniciativas con las del también socialista António Costa en Portugal. «El resumen de su política económica es: menos riqueza y más impuestos, más deuda y menos clase media. Usted no cree en España y los españoles han dejado de creer en usted. La mejor decisión económica para España es cambiar de Gobierno», atacó Feijoo a la línea de flotación presupuestaria del PSOE.

Sin propuestas

Aunque el intercambio de golpes no alcanzó en ningún momento la intensidad del duelo de septiembre, en las réplicas sí creció el tono de los reproches. Sánchez aprovechó su turno de respuesta para comparar en varias ocasiones al actual presidente del PP con Pablo Casado y, sobre todo, para acusarle de carecer de propuestas. «Su única propuesta es la rebaja fiscal indiscriminada, que ya han rectificado sus colegas, los conservadores británicos, por la alarma generada en los mercados», recalcó el jefe del Ejecutivo.

El presidente del Senado, el socialista Ander Gil, permitió que Alberto Núñez Feijoo estirase su turno de réplica, que en principio era de solo cinco minutos, y que alargó hasta el cuarto de hora. En esta segunda tanda, el líder del PP prometió que, si llega a la Moncloa en las generales del próximo año, reducirá «un 30% el Gobierno y un 50% los altos cargos» de la Administración. Insistió en pedir al Gobierno de coalición que retire su proyecto de Presupuestos Generales del Estado y ofreció su colaboración al presidente «para hacer otras cuentas» pactadas entre PSOE y PP. «Yo siempre tengo interés en hablar con el señor Sánchez, otra cosa es que usted tenga más interés en hablar con Bildu y Esquerra que con el PP, pero es no es culpa mía», remató el líder de la oposición. 

Ya con los ánimos encendidos por el fuego cruzado, Pedro Sánchez terció con dureza. «Usted utiliza esta maldita guerra para tratar de derribar al Gobierno», zanjó.