Lula y Bolsonaro, otro cara a cara de insultos sin propuestas

Héctor Estepa RÍO DE JANEIRO / E. LA VOZ

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 Jair Bolsonaro y el exgobernante Luiz Inácio Lula da Silva jugaron sucio en un durísimo debate celebrado este domingo, a dos semanas de la segunda vuelta de las elecciones de Brasil.
Jair Bolsonaro y el exgobernante Luiz Inácio Lula da Silva jugaron sucio en un durísimo debate celebrado este domingo, a dos semanas de la segunda vuelta de las elecciones de Brasil. Sebastiao Moreira | EFE

Vuelven a acusarse de mentirosos, corruptos y criminales en su primer debate de cara a la segunda vuelta de las presidenciales

18 oct 2022 . Actualizado a las 09:14 h.

En el polarizado Brasil muchos siguen los debates de cara a las elecciones presidenciales de dentro de dos semanas como si se tratase de partidos de fútbol. Cuando los dos candidatos a liderar el país, el actual mandatario ultraderechista, Jair Bolsonaro, y el expresidente izquierdista, Lula da Silva, salieron a la palestra televisiva la noche de este domingo, las pasiones estallaron.

«!Fuera Bolsonaro!», gritaban algunos por las ventanas de los edificios del centro de Río de Janeiro, arengas que eran inmediatamente respondidas por varios «¡Fuera Lula!», en una disputa callejera que se mantuvo durante toda la velada.

Ambos candidatos prorrogaron el guion de lo acontecido en los debates de la primera vuelta: se centraron en sus legados, dejando de lado los programas de Gobierno —Lula ni siquiera tiene uno, solo publicó un escueto resumen hace unas semanas— y se tildaron mutua y constantemente de mentirosos y corruptos.

«Quien defiende la democracia soy yo. Quiero gobernar al país democráticamente como ya hice en dos oportunidades», señaló Lula, que calificó a su adversario de «pequeño dictador».

El izquierdista ganó la primera vuelta de los comicios, el pasado 2 de octubre, con un 48,4 % de los votos, ante el 43,2 % registrado por Bolsonaro. Las encuestas le dan ahora una ligera ventaja de entre cuatro y cinco puntos al izquierdista. Esas cifras, sin embargo, hay que ponerlas en cuarentena. Los sondeos fallaron estrepitosamente (hasta 10 puntos) a la hora de calcular el apoyo a Bolsonaro en la primera vuelta. Lo que sí clavaron fue el resultado de Lula, y ahora pocas encuestas le dan más del 50 % de los votos, preocupando a la campaña del exmandatario.

«Quiero un país libre, donde se respete la libertad de expresión, donde se respete la propiedad privada», esgrimió Bolsonaro, que tuvo éxito a la hora de incomodar a su rival con la corrupción acaecida durante años en el partido de Lula. En una de esas interpelaciones se produjo el momento de la noche. Lula se defendía de las acusaciones de Bolsonaro, cuando el presidente se quedó sin habla, comenzó a sonreír, y puso la mano de forma condescendiente sobre el hombro del líder izquierdista, que se zafó pronto.

Debatieron sin atril, frente a frente, llegando a haber incluso contacto físico, cuando Bolsonaro puso la mano en el hombro de Lula tras una ironía del exsindicalista.
Debatieron sin atril, frente a frente, llegando a haber incluso contacto físico, cuando Bolsonaro puso la mano en el hombro de Lula tras una ironía del exsindicalista. Sebastiao Moreira | EFE

Subió también la tensión cuando Lula sugirió que el presidente era responsable de cientos de miles de muertes por covid-19 al haber, según el exmandatario, retrasado las órdenes de compra de las vacunas. «Lula, si no mintieras, no serías tú», señaló el ultraderechista. «Ya me han tildado de genocida y de caníbal», añadió.

«El que mientes eres tú, el rey de las fake news, de la estupidez, de la mentira a la sociedad brasileña», respondió Lula, que acusó a Bolsonaro de estar confabulado con las milicias armadas que controlan parte de las favelas, mientras el presidente le señalaba a él de ser aliado de los narcotraficantes.

Destacó la presencia en la sala de Sergio Moro, el juez que encarceló a Lula por corrupción -antes de que las sentencias fuesen anuladas por el Supremo- y que fue ministro de Justicia de Bolsonaro hasta que salió del Gobierno denunciando injerencias del presidente en la policía federal. De cara al segundo turno ha vuelto a apoyar de manera pública al ultraderechista.