Elon Musk acepta cerrar la compra de Twitter «por el futuro de la civilización»

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

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Elon Musk entrando en la sede de Twitter con un lavabo entre las manos
Elon Musk entrando en la sede de Twitter con un lavabo entre las manos

El magnate da luz verde a la operación en los términos inicialmente pactados solo 24 horas antes de que terminara el plazo que le había otorgado una jueza

27 oct 2022 . Actualizado a las 18:44 h.

El largo, tortuoso y sorprendente culebrón que han protagonizado Twitter y Elon Musk parece llegar a su fin. Al menos el de la primera temporada. Porque conociendo la trayectoria del magnate, es muy posible que el nuevo dueño de la red social provoque un auténtico terremoto en las próximas semanas. Elon Musk confirmó este mismo jueves que cerraba —por fin— la compra de Twitter. Y lo hacía a su estilo. Llegando a las oficinas con una auténtica parafernalia rodeándole (entró portando entre las manos un lavabo) y con una frase que dejó a muchos atónitos: «Lo hago [la compra] por el futuro de la civilización».

Poco después de aterrizar en las oficinas, Musk posteaba en su cuenta de la red social del pajarito un vídeo en el que se le podía ver entrando con el extraño objeto, y un mensaje en tono jocoso: «Entrando en la sede de Twitter, ¡asimílenlo!», un mensaje en el que incluía la palabra lavabo en inglés con un juego de palabras en el que intentaba cerrar este episodio con una clave de humor. 

El dueño de Tesla y SpaceX cerró la operación —por la que pagará unos 44.000 millones de dólares— con el tiempo pisándole los talones. Y lo hace por mandato judicial. Porque poco más de 24 horas tenía de margen antes de que expirara el plazo que le había otorgado una jueza para que pusiera punto y final a una de las compras que más ha dado de qué hablar en los últimos años. 

Atrás queda una historia llena de escándalos y de cambios de opinión por parte de Musk. Tras anunciar en el mes de abril que se haría con la red social, el jefe de Tesla trató de desdecirse poco tiempo después. Intentó negociar una rebaja del precio de la operación, un recorte que Twitter no aceptó y que les llevó a ambas partes a enfrentarse en los tribunales. Ganó (aparentemente) Twitter. Porque con el proceso judicial ya muy cerca, Musk se dio por vencido y anunció que aceptaba la compra en los términos inicialmente pactados. Está por ver qué sucede a partir de ahora con la red social tras la irrupción del nuevo dueño.

¿Qué pasará ahora?

Ese es el gran misterio. Nadie se atreve a vaticinar por dónde discurrirá el camino de Twitter ahora que depende de las decisiones de Musk. El primer mensaje publicado por el magnate en la propia cuenta, puede dar algunas pistas. En unas palabras claramente dirigidas «a los anunciantes» de Twitter, el multimillonario aseguró que las razones que le han llevado a comprar la red son muchas, pero la primera es «que es importante para el futuro de la civilización tener una plaza digital común donde pueda debatirse de manera sana un amplio espectro de creencias».

Los que tienen el futuro algo más difuso son los trabajadores. Si bien hace unas semanas, Musk anunciaba ante los inversores de la red social sus planes para recortar en tres cuartas partes la plantilla, las cosas no parecían tan catastróficas este jueves. Durante su visita a las oficinas de San Francisco, una vez más, Musk se desdecía y aseguraba a sus nuevos subordinados que finalmente no plantea deshacerse del 75 % de las nóminas de la compañía. Todo apunta a que algún recorte sí que tendrá que aplicar. De hecho, antes del aterrizaje de Musk, los anteriores jefes de Twitter ya esperaban despedir a parte del equipo debido a la situación económica que arrastraban desde hace ya un tiempo.