Transportistas convocan una huelga indefinida desde el próximo lunes

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

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Santi M. Amil

Las principales organizaciones gallegas del sector se desmarcan del paro

07 nov 2022 . Actualizado a las 19:22 h.

Habrá huelga de transporte. Ni la subvención de 20 céntimos/litro de carburante ni la ley para evitar el trabajo a pérdida ni el paquete de ayudas directas de 450 millones de euros para el sector ni la prohibición de que los conductores hagan labores de carga y descarga o las ayudas al abandono de la profesión —20 millones, 30.000 por conductor—, satisfacen a la Plataforma Nacional en Defensa del Sector del Transporte, que este lunes convocó a todos los transportistas a sumarse a la huelga indefinida que iniciarán en la medianoche del domingo a lunes, a menos de dos semanas de la gran cita previa a Navidad: el Black Friday.

El presidente de la organización, Manuel Hernández, ha justificado la decisión señalando que «No hay alternativa [...] Los autónomos del sector han experimentado un aumento de costes del 30 %». Muchos se han quedado sin margen para poder seguir desarrollando la actividad: «Estamos pagando un 40 % menos de salario a nuestros conductores, haciendo seguros que cubran lo mínimo imprescindible por no poder costear los importes que nos exigen», subrayó, antes de cargar contra el Gobierno, por no hacer cumplir la ley, y contra los cargadores, a los que acusó de hacer «trampas».

Hernández ha reconocido que desde marzo han cambiado «para mejor» muchas cosas, pero alerta de que «ya estamos retrocediendo». Justo a las puertas de la campaña más importante del año: Navidad.

En la retina de los gallegos todavía están grabadas las imágenes de la huelga de 20 días que protagonizaron el pasado mes de marzo: ruedas pinchadas, ventanillas rotas, polígonos industriales bloqueados, pescado pudriéndose en las lonjas, ganaderos tirando leche, arterias viales colapsadas por camiones y lineales de supermercados vacíos. Solo en los cinco primeros días de parón, la industria española de la distribución ya había cuantificado pérdidas de 600 millones de euros. Y la postal podría repetirse, según alertó ayer la cadena alimentaria.

Empresas en guardia

Las principales patronales del consumo temen el daño que pueda llegar a causar esta segunda huelga del 2022. Tanto a las grandes compañías como a «las miles de pymes que atraviesan un momento delicadísimo», explican en un comunicado conjunto, en el que reclaman a los transportistas que no se repitan «los graves incidentes» del último paro, que propiciaron el bloqueo de accesos y salidas a empresas, centros logísticos y explotaciones. Además, noviembre es un pico de campaña para subsectores como el hortofrutícola, que utiliza el camión como principal medio de transporte en el 94 % de sus exportaciones.

La industria reivindica el «carácter esencial» de la cadena agroalimentaria y hostelera, que ya está muy tensionada por los cuellos de botella y el aumento de los costes de producción.

Además de las pérdidas directas que puede acarrear la huelga, también preocupa el grave perjuicio que esta situación podría llegar a suponer para los consumidores «en caso de prolongarse» el parón. Y es que, la situación hoy es mucho más crítica que en marzo, cuando apenas se empezaban a atisbar los problemas que desencadenaría la guerra en Ucrania a lo largo de todas las cadenas de suministro. Los ciudadanos llegan con sus rentas mermadas por la pérdida de poder adquisitivo que ha provocado una elevada inflación persistente en España. «Un paro en el transporte no va a hacer más que empeorar esto», ha advertido la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM).

División en el sector

Al igual que ocurrió en marzo, no todos los transportistas se sumarán a la huelga. Organizaciones que sí habían acudido entonces a la llamada de Hernández, como Apetamcor —tiene más de 1.200 socios en Galicia—, rechazan ahora esa posibilidad. Las cosas han cambiado desde entonces: «Vemos inviable una nueva paralización del sector, ya que sería insostenible una segunda acción de este tipo en un mismo año, especialmente en las fechas en las que nos encontramos», explicaron este lunes.

La Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic), también rechaza salir a las calles: «No respaldamos el paro indefinido», confirmaron, antes de exigir al Gobierno que despliegue fuerzas del orden para evitar los altercados y la violencia de la huelga pasada. Aunque el diésel es un 30 % más caro que hace un año, el gas natural ha cuadruplicado su coste, los camiones y neumáticos cuestan un 50 y 60 % más que en el 2020, su vicepresidente ejecutivo, Ramón Valdivia insiste en solucionar los problemas negociando, no a golpe de bocinazo. Y eso que estima que los costes para las empresas del sector aumentarán en el 2023 entre un 6 y un 10 %.

«En Galicia —cuenta con 21.000 vehículos y 1.700 empresas—, ahora mismo, no hay organización de transportistas que apoye el paro», asegura el secretario de la Federación Gallega de Transporte de Mercancías (Fegatramer), José Carlos García. La Federación Nacional de Transportistas (Fenadismer), se inclina por rechazar el paro, aunque convocará una asamblea extraordinaria este miércoles 9 para tomar una decisión.