Lula da Silva diseña su gabinete y busca apoyos para lograr un Gobierno estable en Brasil

Hector Estepa RÍO DE JANEIRO / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

Geraldo Alckmin se perfila como futuro vicepresidente y líder del equipo que intenta cerrar la etapa de Bolsonaro en el poder

10 nov 2022 . Actualizado a las 22:00 h.

Actividad frenética de Lula da Silva en Brasilia. El líder izquierdista se tomó un descanso de cuatro días en el nordeste, una vez se apagaron las manifestaciones que pedían una intervención militar por su victoria en las urnas, antes de aterrizar con fuerza, esta semana, en la capital del país, con el objetivo claro de apuntalar la gobernabilidad de su futura presidencia. «Si cuando yo termine este mandato, cada brasileño está desayunando, almorzando y cenando, habré cumplido la misión de mi vida», dijo ayer entre lágrimas.

En la víspera se había reunido con los jefes de la Cámara de Representantes y del Senado, Arthur Lira y Rodrigo Pacheco, claves para la gobernabilidad, porque ambos son, a su vez, ficha importante de dos formaciones del centrão, un grupo de partidos sin clara ideología política, que suelen definir sus apoyos si logran financiación presupuestaria para sus proyectos o consiguen asientos claves en las instituciones. A pesar de las advertencias de sus asesores, Lula ha suavizado su discurso con este grupo.

«No hay tiempo para la venganza, no hay tiempo para la ira, no hay tiempo para el odio», apuntó el presidente electo, que ha arrancado de Lira — que apoyó a Bolsonaro— y de Pacheco el compromiso de no ir en contra sus primeras medidas. Por su parte, el presidente electo se ha comprometido a no interferir en la elección de futuros líderes del legislativo, ante la intención de Lira de volver a presentarse.

Los partidarios de Lula han pedido tanto al Partido Social Democrático (PSD, centroderecha) de Pacheco como al Movimiento Democrático Brasileño (MDB, centroderecha) de la excandidata presidencial Simone Tebet, tercera en la primera vuelta, que integren el equipo de transición. Ambos suman 84 diputados. Tebet ha recogido ese testigo, entrando en el grupo que participa en el traspaso de poder, y su nombre suena como ministra.

Hacienda, la más codiciada

La cartera más codiciada es la de Hacienda. Sonó el nombre de Henrique Meireles, ex responsable del Banco Central de Brasil con Lula, que ya lideró el ministerio durante la presidencia de Michele Temer. Tiene el favor de los mercados, pero él mismo se descartó esta semana.

En el equipo económico de transición de Lula destaca el nombramiento de dos centroderechistas, Persio Arida y André Lara Resende, arquitectos del Plan Real de los noventa que contuvo la hiperinflación. Son nombres igualmente bien vistos por los mercados, en contraste con el de Fernando Haddad, ex candidato presidencial del PT y ex alcalde de São Paulo, que nunca ha tenido un cargo relacionado con finanzas —es abogado— pero es el preferido por un sector de la formación de Lula. Algunos banqueros, según la prensa brasileña, ya se han puesto en contacto con el equipo del futuro presidente para mostrar su oposición a este posible nombramiento.

No será ministro el centroderechista Geraldo Alckmin, futuro vicepresidente y líder del equipo de transición, según anunció Lula. No se descarta, eso sí, que pueda llegar a tener un rol de supervisor, o coordinador, de importantes carteras. Su protagonismo estos días está siendo enorme, hasta el punto que un periodista se confundió esta semana, y lo llamó «presidente».