Jersón, entre el alivio por la retirada y la destrucción de los rusos

R. Averchuk LEÓPOLIS / EFE

ACTUALIDAD

VALENTYN OGIRENKO | REUTERS

La falta de energía y agua aquejan la ciudad mientras se espera una respuesta de las fuerzas de Putin

12 nov 2022 . Actualizado a las 21:12 h.

La sensación de alivio y la esperanza de una victoria se ven algo enturbiadas en Jersón ante la difícil situación humanitaria que han dejado las tropas rusas en su retirada, aunque la mayoría de los ucranianos celebran la recuperación del control de la ciudad.

Se palpa el alivio y la confianza en la liberación de todos los territorios ocupados. Pero muchos ucranianos son conscientes del enorme desafío que tienen por delante. Olga Afanasieva, una habitante desplazada de Jersón, explica a Efe que su principal preocupación ahora es cómo se evacuará a todas las personas que no podrán sobrevivir al duro invierno en esa ciudad tan castigada. «No hay luz, ni agua, ni combustible», añade su amiga Liudmyla.

Unos 200 policías ucranianos ya están en la ciudad, desplegados en puestos de control establecidos en todos sus accesos, afirmó la Policía Nacional. El responsable sobre el terreno del proveedor de electricidad DTEK, Dmytro Saharuk, afirma que el sistema de suministro eléctrico ha sido totalmente destruido por las tropas rusas en su retirada. Se necesitará un mes para recuperarlo completamente.

Réplica rusa y falta de agua

El asesor del alcalde de la ciudad Roman Golovnya explicó asimismo hoy en la televisión ucraniana que la situación humanitaria en la ciudad es «difícil». La falta de agua es el problema más acuciante, ya que su suministro esta totalmente interrumpido. Pese a todo, han llegado a la ciudad algunos vehículos con ayuda humanitaria.

La reconocida periodista ucraniana Olga Tokariuk explicó a través de su cuenta en Twitter que la alegría por la liberación de la ciudad se apagó al darse cuenta del alto precio pagado por ello.

Las tropas rusas también podrían lanzar un nuevo ataque masivo con misiles y drones sobre Ucrania en vísperas o durante la cumbre del G20 en Indonesia, advirtió el portavoz del Mando de la Fuerza Aérea Yuriy Ignat, que también subrayó a que Rusia se ha quedado sin misiles de largo alcance.

«Hoy es un día feliz, pero la guerra aún no ha terminado. Rusia tomará represalias contra los civiles ucranianos en los próximos días, no hay duda», insiste Tokariuk.

Retirada rusa de Nova Kajovka

En el lado ruso, el jefe de la administración militar-civil rusa de la ciudad ocupada de Nova Kajovka, en la región de Jersón, ha ordenado la evacuación inmediata de la población y de las autoridades ante la posible llegada de los militares ucranianos hacia esta ciudad, en la orilla oriental del río Dniéper, siempre y cuando consigan cruzar un puente muy deteriorado por los combates.

«Hoy, la administración es el objetivo número uno de los ataques terroristas de las Fuerzas Armadas de Ucrania», ha explicado Pavel Filipchuk en un discurso de emergencia recogido por la agencia rusa TASS, quien ha avisado de que la localidad podría ser escenario de «hostilidades o bombardeos» desde la otra orilla del río.

La localidad y sus alrededores pasan ahora a convertirse en zonas fortificadas para resistir el avance ucraniano mientras los ciudadanos comienzan un larguísimo trayecto hacia el este, en dirección a la localidad rusa de Tuapsé, en la región de Krasnodar, a 500 kilómetros al oeste de Jersón y pasando la península de Crimea.

Hasta hace un par de días, el puente de Nova Kajovka era uno de los dos que quedaban en pie a través del río, considerado el principal obstáculo a salvar por las fuerzas ucranianas para proseguir su avance hacia el este de Jersón y la frontera con Crimea.

Sin embargo, esta infraestructura ha sufrido importantes daños junto al otro puente que queda en pie, el de Antonivski, más próximo a Jersón ciudad, en la orilla occidental y ya liberada por Ucrania, pero en un estado casi insostenible.