¿Cuándo va a llegar el planeta a los 10.000 millones de habitantes y por qué es «una barbaridad»?

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

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Imagen de una congestionada calle comercial de Nueva Delhi, en India, este 15 de noviembre
Imagen de una congestionada calle comercial de Nueva Delhi, en India, este 15 de noviembre RAJAT GUPTA | EFE

La Tierra todavía tendrá que soportar otro medio siglo de crecimiento humano

16 nov 2022 . Actualizado a las 12:16 h.

Desde ayer en el mundo viven 8.000 millones de personas y la población planetaria todavía no ha alcanzado su máximo. Aunque los ritmos de crecimiento se están contrayendo, diferentes organismos calculan que la población se va a seguir incrementando hasta el tercer cuarto de este siglo para alcanzar una cifra que podría llegar a los 10.000 millones de seres humanos. Eso sí, los modelos difieren y van desde un estancamiento que se prolongaría hasta el año 2100, aproximadamente, hasta un descenso notable en el último tercio del siglo, que dejaría a la humanidad más o menos en las cifras que se dan actualmente.

Por supuesto, el comportamiento no es ni mucho menos lineal a lo largo del globo. El crecimiento se centra fundamentalmente en países asiáticos y africanos, mientras que ya hay varios territorios en el mundo, como Corea del Sur, Hong Kong y Puerto Rico que no llegan a un hijo por mujer, muy por debajo de la tasa de reemplazo generacional que se estima en 2,1 para los países desarrollados con bajos niveles de mortalidad.

El paso desde los 7.000 a los 8.000 millones se ha dado en tan solo once años, pero el ritmo de crecimiento cayó por primera vez del 1 % anual en el 2020 y ya está por debajo del que había en el 1950. Con todo, en menos de 70 años la población mundial se ha más que triplicado. Llegó a los 5.000 millones en el 1987 y a los 6.000 en el 1999. Ahora, hay dos fuentes fundamentales para la siempre difícil tarea de hacer predicciones en el terreno de la demografía: el informe «Perspectivas de la Población Mundial» de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y el artículo sobre fertilidad, mortalidad, migraciones y escenarios de población publicado en el 2020 por un grupo de investigadores en la prestigiosa revista The Lancet.

El informe de la ONU calcula que de aquí a 2030 el número de seres humanos se incrementará en otros 500 millones. Sobre el 2050 prevé una población de 9.700 millones y estima para el 2080 un máximo de 10.400 millones, que se mantendrá en esos niveles hasta finales de siglo.

La investigación de The Lancet habla de un pico de 9.700 millones en el año 2064 y un descenso a partir de ahí que dejaría en el año 2100 una cifra de entre 6.300 y 8.800 millones, con lo que cabe la posibilidad de que sean menos habitantes que los actuales.

«Una barbaridad»

Para el catedrático de Sociología de la Universidade da Coruña Antonio Izquierdo Escribano la pregunta no es si la población va a seguir aumentando o no porque «nada crece indefinidamente, ni siquiera la maldad» y hace decenios que los especialistas en demografía como él tienen claro que este siglo será el último de incremento. La cuestión, a su juicio, se centra en «¿por qué 8.000 millones es una barbaridad?» o por que, como dice Stephen Emmott en su tan controvertida como aclamada obra Ten Billion, estamos ya en «una emergencia planetaria sin precedentes», que directamente se traduciría en una catástrofe en caso de llegar a los 10.000 millones.

Izquierdo Escribano cita una publicación que hizo junto a otros científicos hace más de treinta años en la que apuntaban que si 1.400 millones de chinos viviesen como californianos los recursos del mundo durarían una semana. En cualquier caso, el catedrático apuesta por «no ser alarmista por un lado ni por el otro», porque defiende que «la demografía es de las más avanzadas de las ciencias sociales» y tanto los desiertos demográficos como los problemas de superpoblación hay que mirarlos en el contexto de cada país. El concepto de «eficiencia demográfica» es el que explica que el número de seres humanos siga creciendo pese a la reducción de las tasas de fecundidad. Hay «más gente que vive más años» gracias a la mejora de la calidad de vida. Las clases medidas, que se están contrayendo, son las que, por su representatividad sobre el total, aportan el mayor número de niños, aunque son las mujeres de las clases bajas las que tenían mayor cantidad de hijos y ahora se está instalando, según Izquierdo, un «maltusianismo de la pobreza», en el que estas mujeres también están reduciendo la fecundidad.

La población de India superará a la de China el año que viene 

La ONU calcula que la diferencia entre los 1.452 millones de habitantes que tiene actualmente China y los 1.412 de India se va a ir limando en los próximos meses hasta el punto de que India se convertirá el año que viene en el país más poblado del mundo.

El panorama es de enormes desigualdades. Más de la mitad del crecimiento previsto de aquí a 2050 lo concentran solo ocho países: Egipto, Etiopía, India, Filipinas, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo y Tanzania. Son, por tanto, los países asiáticos y del África subsahariana los que van a protagonizar el incremento. De ahí que ayer el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, valorase este hito de los 8.000 millones de seres humanos con cierta ambivalencia. Lo ve como «una ocasión para celebrar la diversidad y reconocer nuestra humanidad común mientras nos maravillamos con los avances en materia de salud, que han reducido drásticamente las tasas de mortalidad materna e infantil». Pero al mismo tiempo incide en que debe servir como «un recordatorio de la responsabilidad compartida de cuidar el planeta». «Todavía vivimos en un mundo con desigualdad de género, donde se vulneran los derechos de las mujeres y se les niegan servicios básicos. Las complicaciones durante los embarazos y partos siguen siendo la principal causa de muerte de mujeres de entre los 15 y los 19 años», recalca Guterres, para quien «los hechos hablan por sí mismos» en un planeta en el que «el 1 % más pudiente del mundo se embolsa una quinta parte de la renta mundial y los habitantes de los países más ricos tienen una esperanza de vida de hasta 30 años mayor que los pobres».