Un pasajero de un vuelo a Vigo que cayó en picado unos segundos: «Dije que volvía andando, que no volaba más»

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández A CORUÑA / LA VOZ

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Selección gallega de fútbol sub-14, cuyos componentes viajaban en el vuelo que registró los incidentes
Selección gallega de fútbol sub-14, cuyos componentes viajaban en el vuelo que registró los incidentes Real Federación Galega de Fútbol

Miembros de las selecciones gallegas de fútbol sub-14 y sub-16 relatan un accidentado retorno desde Tenerife, en el que fueron desviados a Madrid tras no poder aterrizar en Peinador: «La gente salió disparada hacia el techo»; «Se marearon y alguno incluso vomitó»

21 nov 2022 . Actualizado a las 17:34 h.

«Las azafatas estaban pálidas. Una comentó que en diez años volando nunca había vivido algo así». Ese «algo así» al que se refiere Jesús López es un descenso en picado del avión que trasladaba a las selecciones gallegas sub-14 y sub-16 desde Madrid hasta Vigo. Era la penúltima etapa de un viaje que arrancó el domingo a mediodía en el sur de Tenerife y que concluyó finalmente 24 horas después. De por medio, un aterrizaje abortado en Peinador, después de un susto fenomenal. «Tuvimos turbulencias en casi todo el trayecto, pero hubo un momento, unos cinco o seis segundos, durante los que el avión cayó de golpe. Había móviles y varios objetos saltando por los aires y unos cuantos dimos con la cabeza en el techo», relata el entrenador de la sub-14 autonómica.

Todo quedó en un susto —«luego nos explicaron que la sensación es igual a la de caer a un agujero, pero que el aparato tiene unas medidas automáticas de estabilización que le ayudan a remontar el vuelo»—, aunque un par de las auxiliares, las que se encargaban de la parte de atrás de la cabina, sufrieron latigazos en el cuello que requirieron atención médica tras aterrizar.

La expedición tomó tierra finalmente en Madrid y allí comenzó otra pequeña odisea para regresar a Galicia. «Iberia no tenía opción de recolocar a todo el grupo junto, y al ser niños, no podíamos viajar separados, así que nos tocó hacerlo en autobús», detalla Jesús. El retorno se hizo eterno, pero Lucas Eiriz, prometedor portero del Arosa, lo prefirió así. «Yo les dije que no volaba más, que si hacía falta volvía andando», comenta, ya entre risas. «Como llevaba el cinturón puesto no fui de los que se golpearon —añade—, pero muchos se marearon y alguno incluso vomitó».

Su experiencia no fue muy distinta a la que vivió su compañero Antón Sánchez, jugador del Deportivo. «La verdad es que iba un poco sobado, así que solo me di cuenta de que de repente la parte de delante iba en picado y nosotros subíamos por la gravedad —detalla—. Fue un buen susto y cuando la cosa se calmó nos dijeron que tampoco era posible aterrizar en A Coruña ni en Santiago, así que nos tocaba volver a Madrid». De la capital a Peinador por carretera para recoger el equipaje. Otras ocho horas, de madrugada y con lluvia constante, que sumar a un viaje eterno. «Se ha hecho largo, veníamos cincuenta ahí metidos, durmiendo como podíamos», comparte el joven futbolista, que aún saca algo bueno de la experiencia: «A clase ya no llego».

Preocupación entre las familias

Sus padres no se enteraron del suceso en tiempo real, porque habían viajado a Tenerife a seguir el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas y regresaban después de que lo hicieran los combinados de jugadores, pero hubo otras familias que vivieron el percance desde el aeropuerto vigués. Como la de Pablo Aparicio, atacante del Celta que hizo cuatro goles en el último encuentro de la sub-14 en el torneo.

«Me estaban esperando y solo les comentaron que se desviaba el vuelo, así que se quedaron preocupados. Yo les conté el resto por teléfono al aterrizar». En su caso, lo vivió así: «Al subirnos al avión ya vimos que había mal tiempo y luego empezaron las turbulencias, pero nos las tomamos con normalidad hasta que empezamos a caer en picado y la gente salió disparada hacia el techo. Cuando acabó hubo bastante cachondeo con los que peor lo habían pasado, pero a mí esto no se me va a olvidar».

Portavoces de Iberia, por su parte, señalaron que no hay constancia en la compañía de incidencias destacables en ninguno de los vuelos de ayer a Vigo, más allá de la climatología adversa, que impidió el aterrizaje de los dos últimos vuelos del día en Peinador, obligando a volver a Madrid a sendos aviones, trasladando al pasaje por carretera al no contar tampoco con garantías de poder tomar tierra en ese momento del día en otra pista de la comunidad.