Violentas protestas en la mayor fábrica de iPhone de China, donde los trabajadores llevan confinados casi un mes

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Imagen de archivo del logo de Foxconn, empresa taiwanesa proveedora de la estadounidense Apple y una de las principales ensambladoras del iPhone.
Imagen de archivo del logo de Foxconn, empresa taiwanesa proveedora de la estadounidense Apple y una de las principales ensambladoras del iPhone. ANN WANG | REUTERS

Las grandes factorías del país responden a los rebrotes de covid aislando a los empleados en las instalaciones durante largas temporadas para evitar contagios del exterior y mantener así la producción

23 nov 2022 . Actualizado a las 14:08 h.

Trabajadores de Foxconn, la principal planta de fabricación de teléfonos iPhone en China, situada en Zhengzhou, y el personal de seguridad de la factoría han librado una auténtica batalla campal, que hicieron estallar los empleados después de casi un mes viviendo bajo duras restricciones debido a un rebrote de covid-19.

Numerosos trabajadores se levantaron este miércoles en violentas protestas por las condiciones a las que están siendo sometidos, tanto laboral como personalmente. El detonante —tal y como se deduce de los gritos que se escuchan en los vídeos que circulan por las redes sociales— habría sido los planes de la empresa para retrasar el pago de los bonos prometidos. Para defenderse, algunos de los guardias golpearon a los empleados más agresivos, que se abrieron paso a través de las barricadas clamando por los salarios, la comida durante el encierro y la acumulación de basura.

La indignación lleva cocinándose más de un mes. En octubre cientos de trabajadores abandonaron la fábrica, saltando las vallas, para volver a sus casas. Lo hicieron con sus enseres a cuestas y a pie, por las carreteras, debido a la paralización parcial del transporte público en la ciudad. Justo antes de este éxodo de empleados, la empresa había desmentido los rumores de que 20.000 de los aproximadamente 350.000 trabajadores de la planta se habían contagiado de covid y anunciaba un aumento de los sueldos diarios para atraer nuevos obreros y bonificaciones para que volvieran los que se habían marchado. Advirtió, sin embargo, que debían permanecer en cuarentena una semana en hoteles, y solo entonces, y tras obtener resultados negativos en varias pruebas PCR, entrar a las instalaciones. Para normalizar la cadena de producción, la factoría necesitaría contratar unos 10.000 trabajadores, según la prensa local.

Desde el 2020, grandes fábricas en China como la de Foxconn en Zhengzhou, han respondido a rebrotes en las áreas cercanas instaurando el «circuito cerrado», que aísla a los trabajadores durante largas temporadas en las instalaciones para evitar contagios del exterior y mantener la producción, lo que ha causado en ocasiones protestas por las malas condiciones sanitarias o por la falta de víveres.

China permanece aferrada a la política de cero covid, que consiste en el aislamiento de todos los contagiados y sus contactos cercanos, estrictos controles fronterizos, restricciones a la movilidad y campañas de pruebas PCR masivas allá donde se detecta algún caso.