Álex Hache, socióloga: «Compartir vídeos íntimos sin consentimiento es una tendencia que impacta mucho más en mujeres»

Carmen Novo REDACCIÓN / LA VOZ

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Álex Haché y su cumpañera, la abogada Laia Serra, durante la presentación.
Álex Haché y su cumpañera, la abogada Laia Serra, durante la presentación. Fembloc

Junto a diversas organizaciones feministas ha creado FemBloc, una línea de atención a las ciberviolencias machistas pionera en España

05 dic 2022 . Actualizado a las 09:07 h.

Tres de cada cuatro mujeres con presencia en Internet han sufrido, al menos una vez, violencia machista en el ámbito digital. Estos son los datos que la ONU publicaba en el 2019 como parte de un informe sobre las formas de violencia contra las mujeres. El machismo ha encontrado en la red un lugar donde extenderse libremente y transformar sus formas tradicionales. «Hay mil formas diferentes de violencias machistas digitales y, además, estas van evolucionando a la par que los hacen las tecnologías», explica la socióloga Alex Hache. Junto a la abogada Laia Serra, la Universitat de Barcelona y las organizaciones Alia, Donestech, Calala Fondo de Mujeres y Fundació Surtcrearon FemBloc, una línea de atención a las ciberviolencias machistas pionera en España. Se trata de un servicio de asesoramiento a las víctimas que, acompañadas de profesionales, reciben apoyo psicológico, legal y digital para afrontar las situaciones. El proyecto piloto, implementado durante 14 semanas en la primavera de 2022, arroja algunos datos relevantes sobre la situación. Denuncian «un marco legal fragmentado e insuficiente» y «una clara falta de datos e investigaciones públicas que dimensionen el fenómeno».

— El pasado mes de abril el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad publicaba un informe en el que aseguraba que «el primer problema a la hora de analizar la incidencia [de la violencia machista en entornos digitales] es la escasez de estadísticas».

— Sí, es un problema endémico a nivel internacional. No creo que haya ningún país actualmente que esté compilando de manera sistemática datos sobre las violencias machistas digitales. Por lo tanto, el esfuerzo de investigar y entender qué magnitud tiene está recayendo en los colectivos feministas que trabajan sobre estos temas. Hay muy pocos estudios, pero alguno reporta que solo una de cada diez personas denuncia este tipo de violencia. Estamos en la misma situación que las violencias machistas tradicionales.

— El 75 % de participantes en el proyecto mostraba secuelas psicológicas. Por la naturaleza de los entornos digitales es más complicado que exista una violencia física, el principal motivo a la hora de denunciar violencia machista. ¿Influye en las cifras?

— La violencia física no se da, pero las afecciones psicológicas son tan reales que se pueden transformar en afecciones físicas graves. A parte, hay muchas violencias que pueden comenzar online y luego saltar a la vida real. Por ejemplo, una persona que esté buscando a su expareja y que la encuentra a través de sus dispositivos, o alguien a quien conoces por Internet y luego te encuentras en la calle

— ¿Han surgido nuevas formas de violencia machista o se han extrapolado al entorno digital las que siempre han existido?

— Algunas de las formas de violencia machista más comunes en la sociedad son los impulsos, las calumnias, el chantaje y las amenazas. Eso es lo que más hemos encontrado, pero se une a nuevas formas como puede ser compartir contenidos íntimos, publicar información personal sensible con la con la finalidad de hacer daño, instalar un software espía en un dispositivo para hacer seguimiento de una persona sin que esta lo sepa o tomar el control de sus cuentas. Hay mil diferentes formas de violencias machistas digitales y, además, evolucionan a la par que las tecnologías y las plataformas. Se han extrapolado muchos de los actos de violencia que ya existían pero también se han originado otros nuevos.

— En cuanto a los tipos nativos digitales, ¿Cuál destacaría?

— A nivel global hemos visto que el compartir contenidos íntimos como fotografías o vídeos sin el consentimiento de la persona es una tendencia que, generalmente, impacta mucho más en mujeres. También, según un estudio del 2022 elaborado por la UNESCO entre periodistas de 125 países, casi la mitad declaraban haber sido acosadas con mensajes privados no deseados, lo que pone de manifiesto que gran parte de la violencia digital ocurre en las sombras de Internet, lejos de la vista pública.

— ¿Es más probable que una mujer sufra acoso en redes por parte de un desconocido o por parte de alguien de su círculo?

—Un estudio llevado a cabo en más de cuarenta países ha informado que el 80 % de las mujeres habían reportado, sido testigos o experimentado de primera mano violencias machistas digitales. Lo que está pasando es que hay un aumento de estas violencias en varios entornos, desde el familiar, el de la pareja o expareja hasta personas desconocidas que se unen en redes para acosar, desprestigiar y difamar. Por ejemplo, hacia representantes feministas que se exponen públicamente.

— También exponen que el 51 % de las violencias contadas provienen de la pareja o expareja.

— Se puede dar por una confusión entre el amor romántico y las situaciones tóxicas. Cosas como: Si me quieres dame la contraseña del móvil, necesito acceder a la ubicación de tu móvil para saber qué estás haciendo en cada momento, tienes que mandarme mensajes para ver cómo estás... La violencia se acelera cuando hay un intento de separarse. Aunque te separes físicamente de tu pareja, si no has cerrado las cuentas compartidas o no has cambiado tu contraseña en el caso de que la supiera.

— La entrada en vigor de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual ha incluido de forma específica cuestiones relacionadas con la violencia digital.

— Si, pero primero tenemos que ver cómo va. Una cosa es que la ley salga y otra que se implemente o que haya medios para que se pueda poner en funcionamiento las medidas que está proponiendo.