El BCE sube de nuevo los tipos de interés hasta su nivel más alto desde la crisis del 2008

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

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El organismo encarece medio punto el precio del dinero, anticipando un nuevo repunte del euríbor

15 dic 2022 . Actualizado a las 20:42 h.

«Nos espera un largo camino». Es la advertencia que lanzó este jueves la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, tras anunciar una nueva subida —esta vez de medio punto— en los tipos de interés, situando el de referencia en el 2,5 %, el umbral más alto desde el estallido de la crisis financiera en el 2008. El tipo para los depósitos se queda en el 2 % y la facilidad de préstamos en el 2,75 %.

Ni es el primero —ha habido tres más desde julio— ni será el último alza: «Tendremos que seguir subiéndolos significativamente hasta devolver la inflación [10 % en la eurozona] hacia la senda del 2 %», admitió el organismo tras hacer pública una maniobra que el mercado ya dio por descontado en las últimas semanas. No quiso especificar, eso sí, hasta dónde llegarán. La intención de la Reserva Federal estadounidense, que también subió el tipo de referencia hasta el 4,25 % en la víspera, es alcanzar el 5 % en el 2023.

Los precios en la eurozona siguen descontrolados, causando pavor en países como Alemania, donde temen daños estructurales en la economía si no se encarrila pronto la situación. Y es ese miedo el que ha hecho que se impongan en el Consejo de Gobierno del BCE las recetas del ala más ortodoxa de quienes consideran que hay que seguir encareciendo el precio del dinero, aunque eso implique endurecer las condiciones de financiación a empresas y ciudadanos.

Más inflación y recesión

A pesar de la pequeña tregua del último mes, Lagarde reconoció ayer que «existen razones para pensar que en enero y febrero la inflación será mayor». Apuntó a dos responsables: la energía y los alimentos. El BCE proyecta un alza de los precios del 8,4 % este año y un 6,3 % para el 2023. Según sus previsiones revisadas, los precios seguirán creciendo por encima del 2 % anual hasta el 2026, como pronto.

Y no solo eso. En sus proyecciones ya da por hecho que habrá una recesión: «Será, en todo caso, corta y poco profunda», apostilló la francesa en rueda de prensa. La economía se va a contraer este último trimestre del 2022 y seguirá retrocediendo hasta marzo del 2023.

Los nuevos cálculos del eurobanco apuntan hacia un crecimiento «significativamente» menor del esperado para el año que viene. Aunque las 19 economías del euro avanzarán un 3,4 % este 2022, apenas lograrán un progreso del 0,5 % en el 2023. El dinamismo se recuperará en la segunda mitad del año. En el 2024, el producto interior bruto (PIB) —riqueza generada—, se recuperará un 1,9 %, para volver a enfriarse en el 2025 (1,8 %).

Dudas sobre la estrategia

Lagarde ha insistido en que el objetivo que persiguen con la subida de tipos de interés es domar la inflación. Sin embargo, desde que el BCE empezó a encarecer el precio del dinero —mes de julio— la inflación ha seguido subiendo como la espuma, ignorando los mensajes de Fráncfort y evidenciando que el problema de los precios no está vinculado a burbujas o excesos de demanda en exclusiva, sino a un problema estructural de la UE que la política monetaria no puede resolver: su alta dependencia energética. Los altos costes de aprovisionamiento de gas durante el verano, a raíz de los cortes del proveedor ruso Gazprom, han ido permeando a lo largo de todas las cadenas productivas, elevando los costes y los precios finales.

Lagarde ha admitido que «no todo el mundo está de acuerdo en las tácticas». Hay gobernadores que han expresado su malestar por la subida tan acusada de tipos de interés.

¿Es una estrategia eficaz? El profesor de la OBS Business School y director de Eurocofin, Carlos Balado, cree que hay que darle tiempo: «Desde que se aplica la subida hasta que se consigue el efecto deseado ha de pasar un año y medio. En Estados Unidos está pasando. Aquí vamos con cierto desfase», señala. Los datos revelan que sí existe un efecto desincentivador de la demanda, pero «tendremos que esperar dos años para controlar la inflación», augura Balado.

Repercusiones

¿En qué medida nos afectará esta nueva subida de tipos de interés? Los primeros en notar sus efectos serán los bancos, a quienes les costará más conseguir dinero. Hasta el 2022 tenían a su disposición una barra libre de liquidez que utilizaron para extender préstamos a empresas y hogares con unos intereses, eso sí, históricamente bajos. Al aumentar el coste del dinero, será más difícil conseguir financiación y eso repercutirá, en última instancia, en la disponibilidad de crédito para empresas y ciudadanos, que podría restringirse

También deberán estar atentos los hogares que suscribieron recientemente hipotecas a tipo variable. Los principales bancos de la eurozona han subido los intereses que cobran al prestarse dinero, empujando el euríbor -índice al que están referenciadas la mayoría de hipotecas en España- hasta el 2,8 %. Y algunos analistas no descartan que, con esta nueva subida de tipos del BCE, acabe el 2022 en el 3 %. Otros opinan que el mercado ya se anticipó a este nuevo repunte, así que no cabrían esperar sorpresas de última hora. 

WOLFGANG RATTAY | REUTERS

El organismo se desprenderá de los 5 billones de deuda soberana que adquirió desde el 2015

Llegó el momento de poner fin a la «magia» del Banco Central Europeo (BCE). La guerra en Ucrania ha puesto el broche a más de siete años de barra libre, en los que el precio del dinero llegó a entrar en terreno negativo.

Ese legado, el del expresidente del organismo, Mario Draghi, comenzó a desmantelarse el pasado mes de julio, con el primer alza de tipos desde la aciaga subida del 2011, que desencadenó un terremoto en los mercados de deuda.

Para afianzar ese cambio de rumbo, el BCE esbozó ayer las primeras líneas de lo que será su estrategia de retirada: a partir del mes de marzo del 2023, el organismo se desprenderá de unos 15.000 millones de euros de deuda soberana —de los Estados— que mantiene en sus balances, donde el montante supera los 5 billones de euros, casi cuatro veces la riqueza que puede producir España en un año. En junio se revisará el impacto de esta medida en el mercado y la senda más adecuada para reducir la exposición del BCE.

¿Tendrá algún impacto en el coste de financiación de países como España? «Tendrá que acudir más al mercado y ahí necesitará garantizar disciplina fiscal», explica Balado. No obstante, la situación es muy diferente a la de hace casi una década. El sistema financiero español no genera, en principio, las dudas de entonces y, aunque la deuda española es muy abultada (116 % del PIB), el Estado tiene plazos muy largos y tipos que, en algunos casos, no llegan ni al 1 %, gracias a la «magia» de Draghi y el crecimiento sostenido de la economía, a pesar del enfriamiento de los últimos meses. «La situación es más favorable», apunta el experto.