Lula da Silva tras el asalto al Congreso: «Los vándalos fascistas serán encontrados y castigados»

La Voz MADRID / EUROPA PRESS

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El presidente brasileño anunció también la intervención en materia de Seguridad del estado de Brasilia; las fuerzas del orden ya han retomado el control del Tribunal Supremo

08 ene 2023 . Actualizado a las 22:34 h.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este domingo en un pronunciamiento que los «vándalos fascistas» que invadieron las sedes del Parlamento, el Supremo y la Presidencia serán «encontrados» y «castigados», y además anunció la intervención en materia de Seguridad del estado de Brasilia, así como la destitución del secretario de Seguridad del Distrito Federal de Brasilia, Anderson Torres.

Lula da Silva, ha firmado un decreto para que el Gobierno federal asuma las competencias de seguridad en el distrito federal de Brasilia. Además, el mandatario ha condenado la violencia de las últimas horas, que «no tiene precedentes». «Nunca se ha hecho en la historia de este país», comentó. El recientemente electo presidente, además, culpó directamente a Bolsonaro de «estimular» los asaltos a los edificios institucionales.

Cientos de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro superaron este domingo las barreras policiales e invadieron la sede del Congreso brasileño, el Palacio presidencial, el Palacio de Planalto, y a la sede del Tribunal Supremo Federal en Brasilia en el marco de una manifestación contra el nuevo presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Un asalto que recuerda al perpetrado en el Capitolio de EE.UU. después de que Trump rechazara los resultados de las presidenciales del 2020, aunque el Parlamento brasileño retomará sus funciones en febrero y el Congreso estadounidense se enconctraba en aquel entonces en sesión.

Efectivos de la seguridad del Tribunal Supremo Federal y de fuerzas de choque de la Policía Militar del Distrito Federal han conseguido recuperar el control de la sede del TSF. Fuentes del mismo tribunal citadas por O Globo han afirmado que algunos de los asaltantes están retenidos en el garaje del edificio y la sede está totalmente bajo control de las autoridades, que evalúan ya los daños.

Como consecuencia de los asaltos, el secretario de Seguridad del Distrito Federal de Brasilia, Anderson Torres, aliado del expresidente Bolsonaro, fue destituido de su cargo este domingo«Determiné la destitución del secretario de Seguridad del Distrito Federal, al mismo tiempo que puse en las calles a todos los cuerpos de seguridad, con la determinación de detener y sancionar a los responsables», afirmó el gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, en sus redes sociales.

Rocha también solicitó el apoyo del Gobierno del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que asumió el poder el pasado día 1, y colocó su gabinete a disposición de los poderes federales. Torres acababa de asumir la Secretaría de Seguridad de Brasilia, tras ejercer como ministro de Justicia en los dos últimos años de mandato del Gobierno de Bolsonaro, que dejó el poder el pasado domingo, cuando Lula juró como nuevo jefe de Estado.

El grupo, que defiende tesis golpistas, superó una barrera policial y subió la rampa que da acceso al tejado de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado, y algunos entraron dentro de la sede legislativa. Los extremistas, en su mayoría con camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, también atacaron algunos vehículos de la Policía Legislativa, que brinda seguridad al Congreso.

Algunos de los asistentes accedieron al palacio presidencial, el Palacio de Planalto, y a la sede del Tribunal Supremo Federal con el objetivo declarado de derrocar a Lula y a su vicepresidente, Geraldo Alckmin. Aallí, han destrozado ventanas, sillas y otros muebles en diversos actos vandálicos.

La Policía está empleando medios antidisturbios, según informa la prensa brasileña. Los manifestantes se habían concentrado este domingo frente al Cuartel General del Ejército, en el centro administrativo de Brasilia, y han marchado hasta la Explanada de los Ministerios, donde se han producido los incidentes.

Los radicales también destruyeron barreras de protección y armados con palos se enfrentaron a los agentes que intentaron contener, sin éxito, la entrada de los manifestantes. Los campamentos de los bolsonaristas radicales, que se han multiplicado en ciudades de todo el país, comenzaron a ser desmontados el viernes en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, donde ocurrieron algunos disturbios.

Los afines a Bolsonaro exigen la intervención de las Fuerzas Armadas y la detención de Lula. Anteriormente, el ministro de Justicia, Flávio Dino, dijo haber mantenido contactos con los gobernadores para abordar «actos antidemocráticos» ocurridos recientemente en el país en referencia a las manifestaciones de rechazo a la toma de posesión de Lula.

«Queremos que la ley prevalezca y no haya crímenes. Estoy en Brasilia. Espero que no haya actos violentos y que la Policía no tenga que actuar. La 'toma del poder' solo puede suceder en el 2026, tras unas nuevas elecciones», ha argumentado Dino.

En un comunicado, Dino manifestó que el Ministerio de Justicia convocó una reunión de emergencia con los organismos de seguridad para hacer frente a las manifestaciones.

El presidente del Congreso de Brasil, el senador Rodrigo Pacheco, pidió hoy castigar de forma «urgente» y con el «rigor de la ley» a los radicales bolsonaristas. «Repudio vehementemente estos actos antidemocráticos, que deben sentir el rigor de la ley con urgencia», afirmó Pachecho, en un mensaje publicado en sus redes sociales. El senador informó de que está en «contacto permanente» con el gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, quien le aseguró que «está concentrando los esfuerzos de todo el aparato policial» para «controlar la situación».

Lula no se encuentra hoy en Brasilia, pues está de visita en el interior del estado de Sao Paulo en un viaje para visitar a los afectados por las fuertes lluvias que han golpeado el país en los últimos días. No obstante, ha mantenido este domingo una reunión de emergencia con sus ministros para evaluar la situación en la capital.