China inicia su gran migración con el mundo en vilo ante una posible nueva ola de covid

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

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TYRONE SIU | REUTERS

El desplazamiento de 2.000 millones de viajeros alimenta el temor ante nuevas variantes del virus, lo que ha movido a otros países a requerir test negativos a todas las personas procedentes del gigante asiático

08 ene 2023 . Actualizado a las 18:04 h.

Por aire, por tierra y por mar. Y tanto dentro de sus propias fronteras como hacia el exterior. China ha comenzado este domingo el gran éxodo, el período de 40 días de viajes del Año Nuevo Lunar que antes de la pandemia era conocido como la gran migración anual de personas en todo el mundo y que en esta ocasión lo será aún más, porque coincide con la apertura de las fronteras del país tras dejar atrás la política de cero covid y porque es la primera vez en tres años que los ciudadanos chinos tienen la oportunidad de desplazarse a gran escala.

El Ministerio de Transportes de China avanzó que a lo largo de los próximos 40 días espera el movimiento de más de 2.000 millones de pasajeros. Muchos desplazamientos serán en el interior del país y hacia Hong Kong, donde la apertura del puesto de control quedó este domingo colapsado, pero también hacia el exterior. Y es precisamente este último hecho en el que ha hecho resurgir el temor mundial ante una hipotética ola planetaria de covid-19 auspiciada por el éxodo masivo de chinos en un momento en el que el coronavirus en expansión está en expansión, aunque la versión oficial asegure que la situación está controlada.

Miedo puede que no sea la palabra, pero sí precaución. Lo primero porque se desconoce realmente si en el gigante asiático se está gestando una nueva mutación del virus. Con los datos en la mano, todas las variantes identificadas en China están asociadas a linajes conocidos de ómicron, por lo que no supondría un gran problema. Pero los expertos apelan a la prudencia porque en el país asiático no se hace un número suficiente de secuenciaciones genéticas de los positivos, por lo que es posible que haya podido surgir una variante distinta que todavía no haya sido descrita. Y lo segundo, porque a mayor número de desplazamientos, más riesgo de contagios, sobre todo si se tiene en cuenta que China está viviendo una explosión del virus.

Es solo una posibilidad, pero suficiente para que el resto de los países, especialmente los europeos, Japón, Estados Unidos, India o Australia, hayan decidido reforzar los controles fronterizos con la exigencia de la presentación de test negativos de coronavirus a los viajeros procedentes de China. Esta medida de prevención se verá acompañada con la secuenciación genética de todas las muestras de personas que hayan dado positivo y con el control de las aguas residuales de los aeropuertos, con el objeto de detectar cualquier nueva variante del SARS-CoV-2.

ALEX PLAVEVSKI | EFE

En este sentido, España podrá denegar —una medida aplicada ya desde la semana pasada— hasta el próximo 15 de febrero la entrada a nacionales de terceros países llegados en vuelos directos desde cualquier aeropuerto situado en China si no aportan un certificado covid digital de la UE o equivalente o pruebas diagnósticas negativas. Una medida similar es la que han seguido otros países comunitarios siguiendo la recomendación, que no obligación, de Bruselas.

Son medidas que Pekín calificó hace unos días de «desproporcionadas». Sin embargo, aunque el Gobierno chino haya eliminado la cuarentena para acceder al país, sí exige un test negativo de covid.

La queja de los científicos: «Sin datos es difícil hacer una evaluación sobre lo qué pasará»

No hay suficiente información de China, con lo cual es difícil predecir qué va a ocurrir. Es la queja reiterada de los científicos consultados en los últimos días para conocer si el gran éxodo de ciudadanos asiáticos acabará o no generando una nueva gran ola de covid a nivel mundial.

«En primer lugar, hay que decir que es importante poder tener información fidedigna de cuál es la situación real en China y en otros países limítrofes que puedan verse afectados de una manera más directa. Y no solo de las cifras de incidencia y fallecimientos, sino también de qué variantes están circulando en la actualidad en China. Es difícil poder hacer una evaluación correcta para poder tomar las medidas más adecuadas sin el conocimiento fiable de la situación actual», se lamenta Óscar Zurriaga, de la Sociedad Española de Epidemiología y profesor de Medicina Preventiva en la Universidad de Valencia, en una reacción recogida por SMC España.

Con los pocos datos que hay sobre la mesa los científicos no se atreven a pronosticar si surgirá una nueva mutación o no. Algunos no lo creen, porque estiman que el virus ya ha tenido oportunidad de cambiar y no lo ha hecho. Todo lo que se ha visto este año son subvariantes de ómicron, incluida la kraken identificada en Estados Unidos, que es ahora la que más preocupa. Pero no es una cepa nueva. Sí es más contagiosa, pero no más grave.

En cambio, Fernando González Candelas, catedrático de Genética en la Universidad de Valencia y especialista en epidemiología y evolución de virus y bacterias, no es algo que descarte del todo. «El aumento de casos de covid-19 que se está experimentando estas semanas en China —dice— conlleva un incremento de la probabilidad de que aparezcan nuevas variantes con características indeseables, como mayor transmisibilidad, escape a las defensas inmunitarias obtenidas por infecciones previas o vacunación, o gravedad de la propia infección».