Los partidos afinan las estrategias para una cita de trascendencia nacional

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M.MORALEJO

Las autonómicas y municipales, pese a su singularidad, serán un test general

15 ene 2023 . Actualizado a las 09:14 h.

 Los partidos afinan sus estrategias a menos de cinco meses de las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Unos comicios que, a pesar de sus particularidades, serán un test de cara a las generales. Los expertos consultados por La Voz analizan el escenario. 

Test

Tendencias y expectativas. «Estos comicios siempre se intentan ver como un indicador adelantado de las generales, ya que, si bien los electores votan en clave local, indican tendencias si analizamos los datos comparados por territorio y las posibles transferencias de votos entre los principales partidos», asegura Santiago Martínez. «La cuestión será las expectativas generadas, un resultado no muy negativo podría dar aire al Gobierno, y la ausencia de una subida fuerte del PP podría poner en cuestionamiento el supuesto ‘efecto Feijoo'», explica. «Habrá que estar atentos, porque lo que parece ser un examen a Sánchez puede convertirse en un examen a Feijoo», concluye.

 «Será más importante la narrativa que impere sobre los resultados, que los propios resultados», estima Verónica Fumanal, que destaca que «las lógicas territoriales no tienen por qué ser las generales, sobre todo, en los lugares con líderes autonómicos y municipales consolidados». «La personalización de la política hace que veamos campañas muy basadas en los líderes autonómicos, pero también municipales, con alcaldes y alcaldesas emblemáticos», añade. Barrera considera que las elecciones de mayo son un test «más que desde un punto de vista cuantitativo, que también, sobre todo por el refuerzo moral que suponen las victorias y, por el otro lado, por la sensación de pesimismo ambiental que provocan las derrotas». 

PSOE

El papel de los barones. «El PSOE ha intentado adelantar todo lo posible la comunicación de propuestas, iniciativas y reformas que pudieran verse como negativas para el electorado, para así alejar el impacto de las mismas de los comicios de mayo», afirma Martínez. «Habrá que ver cómo los líderes territoriales querrán dejarse ver en campaña con el presidente, puesto que hay barones que tienen marcadas diferencias con Sánchez», señala. Cree que «al PSOE le irá mejor cuanto más deje que sus candidatos hablen en clave local y no como portavoces defensores de la gestión de Sánchez». «El PSOE ha intentado y sigue intentando dejar atrás las leyes y decisiones más polémicas del último trimestre del año pasado: le va mucho en ello por la factura que le puede pasar en ciertos sectores de su electorado habitual o, sobre todo, en los ocasionales o indecisos», sostiene Barrera. En su opinión, «los barones autonómicos con el poder en liza marcan, hasta el límite de lo que se puedan permitir, distancias con Moncloa para que no les salpiquen temas nacionales, para ellos la marca personal va a contar más que la marca PSOE». 

PARTIDO POPULAR

Examen a Sánchez. «El PP busca presentar dichos comicios como un examen al Gobierno de Sánchez, si bien echo en falta un tono más propositivo, alternativo a la mera crítica a su gestión», afirma Martínez. «Da la sensación de que Feijoo aún no acaba de encontrar un discurso propio con un eje claro con el que aprovechar el desgaste actual del Gobierno», opina. Con la recuperación de Borja Sémper e Íñigo de la Serna para su equipo electoral, «Feijoo intenta ir preparando el terreno para dar una imagen moderada, sabiendo que pronto tendrá que pactar con Vox en algunas autonomías y seguramente también en las próximas generales», señala Martínez. «Este movimiento pretende ganar a indecisos virando hacia una imagen moderada, si bien habrá que ver si el discurso irá centrándose conforme Vox apriete la marcha, ya que como vemos en Castilla y León, Vox pretenderá incomodar al PP con cada vez mayores exigencias ultraconservadoras», asegura.

Según Barrera, «el PP quiere seguir dejando que la corriente favorable de las encuestas le lleve a victorias parciales de calado pero tiene el ‘problema' de Vox a su derecha; quiere fomentar el voto útil del centro-derecha y de la derecha, a la vez que incorporar el del centro o incluso centro-izquierda moderado, y el gran problema ahí es el del refrán ‘quien mucho abarca poco aprieta'». «No es fácil hacer campañas jugando a varias bandas, es buena estrategia no hablar de Vox para no meterse en berenjenales, pero el tema se lo van a sacar su rivales sí o sí», concluye. 

VOX Y UNIDAS PODEMOS

Cuanto peor mejor/unidad. «Vox juega más claramente al ‘cuanto peor mejor': cuanto peor sea la imagen que proyectan PSOE y UP con sus acciones de gobierno, podrán utilizar con más eficacia su estilo más estridente que conecta con su electorado», afirma Barrera. En cuanto a UP, «la incógnita es la unidad en sus filas, que son bastante heterogéneas, aún más en los ámbitos autonómicos y municipales, donde pueden tener que luchar también con otras fuerzas afines por el mismo espacio político». «Una tendencia hacia el bipartidismo podría perjudicar sus opciones», apunta Fumanal.