El PSOE se queda solo para rechazar la implicación de Marruecos en el Catargate

Ricard G. Samaranch RABAT / E. LA VOZ

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Votación en el pleno del Parlamento Europeo.
Votación en el pleno del Parlamento Europeo. PARLAMENTO EUROPEOFRED MARVAUX | EUROPAPRESS

La Eurocámara aprobó el jueves una dura resolución de condena a la represión de la disidencia del reino alauí

19 ene 2023 . Actualizado a las 21:43 h.

El escándalo de corrupción en el Parlamento Europeo, en el que están presuntamente implicados Catar y Marruecos por el soborno a varios diputados, incluida la cesada vicepresidenta Eva Kaili, ya ha pasado factura a la imagen en Bruselas de la monarquía alauí. Por primera vez, la Eurocámara aprobó el jueves una dura resolución de condena a la represión de la disidencia, con una mención expresa a la situación en la región del Rif, y al uso del programa de espionaje cibernético Pegasus. Además, exige la liberación de los periodistas críticos encarcelados, como Omar Radi.

La resolución contó con el voto a favor de una amplia mayoría de 356 diputados, mientras 32 se opusieron al texto y 43 optaron por la abstención. Entre los diputados que votaron en contra, se cuentan 17 representantes del PSOE, varios pertenecientes a la extrema derecha y no adscritos. Iratxe García, jefa de la delegación socialista, fue la excepción al votar a favor de una resolución que había sido pactada entre los principales grupos políticos del Parlamento, incluido el socialdemócrata.

Aunque la diplomacia marroquí ha movilizado todas sus palancas en Bruselas para impedir la aprobación de la resolución, o al menos suavizar su contenido, no ha podido evitar el golpe. Sin embargo, sus presiones sí han probablemente afectado al posicionamiento del PSOE, sobre todo teniendo en cuenta que a principios de febrero está previsto que se celebre una reunión de alto nivel entre Madrid y Rabat, la primera tras el fin de la crisis diplomática entre ambos países tras el giro del presidente Pedro Sánchez en la cuestión del Sáhara Occidental. Después de más de cuatro décadas de neutralidad, el Gobierno abrazó las tesis marroquíes basadas en la concesión de una autonomía al territorio en disputa.

El texto expresa una «profunda preocupación por las acusaciones de que las autoridades marroquíes han corrompido a diputados en el Parlamento Europeo». En un primer momento, el escándalo fue bautizado como Catargate, pero las filtraciones hechas a la prensa belga sugieren que la trama podría haber sido creada por Marruecos, y Catar se habría aprovechado después.