Ortega libera y manda al exilio a más de 200 presos políticos nicaragüenses

Héctor Estepa RÍO DE JANEIRO / E. LA VOZ

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KEVIN LAMARQUE | REUTERS

Antes de expulsarlos a Estados Unidos por «traición a la patria», les despoja de la nacionalidad y los inhabilita para cargo público

10 feb 2023 . Actualizado a las 09:05 h.

Liberación y destierro. La Nicaragua de Daniel Ortega liberó de prisión, de forma sorpresiva, a 222 presos políticos, deportándolos acto seguido en un vuelo exprés a Estados Unidos. Parte importante de los excarcelados han pasado más de 600 días en las celdas del régimen nicaragüense.

Entre ellos se encontraban los candidatos presidenciales arrestados antes de la campaña a las elecciones del 2021, consideradas una farsa por la mayoría de organismos latinoamericanos y sin reconocimiento internacional, además de líderes estudiantiles, activistas conservadores y progresistas, campesinos, periodistas y empresarios.

«Este es un nuevo momento para el futuro de nuestro país, esperemos que logremos tener una Nicaragua para todos», dijo Berta Valle, esposa del excandidato presidencial Félix Maradiaga, cuando conoció la noticia. Decenas de familiares de presos políticos exiliados en EE.UU. se personaron, con las banderas blanquiazules de Nicaragua, en el aeropuerto de Dulles, cerca de Washington, para dar anoche la bienvenida a los suyos. El Gobierno de Joe Biden ofrecerá asistencia legal y médica al grupo de excarcelados. Entre los liberados están Cristiana Chamorro, la aspirante a la Presidencia y que tenía mayor probabilidad de derrotar al actual mandatario, así como los líderes estudiantiles Lesther Alemán y Max Jérez y cinco sacerdotes.

Daniel Ortega, considerado un dictador por la oposición, gobierna con mano de hierro el país junto a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

Antes de liberar a los presos y deportarlos por «traición a la patria», la Justicia nicaragüense, controlada por el Gobierno, decretó la inhabilitación perpetua para ejercer cargo público de las personas que se montaron en el avión, y el Legislativo, de abrumadora mayoría oficialista, inició los trámites necesarios para despojar a esas personas de la nacionalidad nicaragüense.

Al menos dos personas que habían sido incluidas en la lista de liberados habrían rechazado el destierro a EE.UU. y, por tanto, continuarían en prisión. Los medios nicaragüenses especulaban que una sería la comandante sandinista Dora María Téllez, excompañera de armas de Ortega en los años 70, ministra de Salud en los 80, y después furibunda crítica del orteguismo.

Se desconocía también el paradero del obispo Rolando Álvarez, uno de los mayores críticos de Ortega, que estaba detenido en su casa cuando se dieron las excarcelaciones. El canal 100% noticias reportó, con fuentes eclesiásticas, que había sido trasladado a la temida prisión de El Chipote. «Que sean libres, yo pago la condena de ellos», habría dicho antes de ser sacado de su domicilio.