El niño Oliver será operado este lunes para extirparle el resto del tumor cerebral

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El niño Oliver junto a su padre, tras las dos operaciones a las que fue sometido en 2022
El niño Oliver junto a su padre, tras las dos operaciones a las que fue sometido en 2022 Telecinco

El pequeño malagueño, de dos años y medio, fue intervenido en dos ocasiones en Barcelona para tratar tanto el cáncer como la hidrocefalia que padecía, después de que en México, su país de residencia, le dieran 15 días de vida

27 feb 2023 . Actualizado a las 19:05 h.

Al niño Oliver le detectaron un tumor cerebral con dos años y medio. Fue en octubre del pasado año, cuando sus padres lo llevaron a un hospital de México, su país de residencia, donde también le diagnosticaron hidrocefalia. Al pequeño le dieron entre 15 días y un mes de vida. Por suerte y gracias a una donación anónima, la familia pudo volar a Barcelona, donde Oliver fue operado con éxito en dos ocasiones. El equipo médico del Hospital de Sant Joan de Déu logró extirpar más del 90 % del tumor cerebral a principios de noviembre. Este lunes, el menor malagueño vuelve de nuevo al quirófano para extirpar lo que queda.

Los padres del niño, que residen en México, lo llevaron al hospital en ese país el pasado 13 de octubre al notar que le costaba andar, estaba apático, débil y había perdido el apetito. Allí le realizaron varias pruebas diagnósticas que concluyeron que Oliver tenía un tumor cerebral en la fosa posterior y también hidrocefalia, es decir, acumulación de una cantidad excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro.

El estado de Oliver empeoró notablemente en cuestión de días, hasta el punto de que dejó de comer, hablar y caminar, por lo que le extrajeron de urgencia el líquido que presionaba su cerebro y le hacía perder funciones cognitivas. Sin embargo, el hospital mexicano en el que estaba ingresado Oliver no se atrevía a extirparle el tumor y le daba «entre quince días y un mes de esperanza de vida». Al conocer su caso, el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona se puso en contacto con la familia y se ofreció a valorar a Oliver y a realizar la operación.

Dos intervenciones

Oliver y su familia llegaron a Barcelona desde Cancún el pasado 26 de octubre a bordo de un avión medicalizado cuyo coste, de unos 200.000 euros, financió un millonario anónimo. Dos días después, los neurocirujanos del Hospital de Sant Joan de Déu culminaron con éxito la primera intervención quirúrgica para tratar la hidrocefalia que sufría. La operación sirvió para implantarle una «una válvula de derivación ventricular peritoneal», para drenar el líquido acumulado en el cerebro y reducir la tensión intracraneal. «Todo ha salido bien, está recuperándose y cuando pase el efecto de la anestesia irá a la habitación», celebraba entonces el padre del niño malagueño, Alejandro Romero.

La segunda intervención llegó una semana después, el 2 de noviembre. El equipo formado por 15 profesionales logró extirparle el 90 % del tumor cerebral, del tamaño de una mandarina, en una operación que se desarrolló «según lo previsto» y que duró 10 horas. «Después del pronóstico que teníamos, Oliver está genial, como si no lo hubieran operado», expresaba entonces su padre, Alejandro.

El jefe del Servicio de Neurocirugía, José Hinojosa, explicó que la particularidad del caso del menor era el «enorme volumen» del tumor, de 7,5 centímetros de diámetro, que invadía extensamente el tronco del encéfalo, además de la extrema fragilidad con la que llegó al centro y el riesgo de colapso sistémico. Tras el éxito de esta segunda intervención, Oliver siguió un tratamiento de quimioterapia y radiación con protones para tratar el cáncer. Este lunes, espera poder decirle adiós a una enfermedad que padecen unos 1.200 niños en España.