El naufragio de migrantes en Calabria causa conmoción y polémica en Italia

valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

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Un grupo de migrantes supervivientes del naufragio, sentados frente a personal policial y de emergencia
Un grupo de migrantes supervivientes del naufragio, sentados frente a personal policial y de emergencia EUROPAPRESS

Para la ONU, hacen falta rutas «ordenadas y legales» para los desplazados

28 feb 2023 . Actualizado a las 10:16 h.

La opinión pública italiana sigue conmocionada por la tragedia que se produjo en la noche del sábado al domingo en aguas del mar Jónico, frente a la costa de Calabria (sur). Una embarcación de madera procedente de Turquía, con cerca de 200 inmigrantes a bordo, se hundió a unos cientos de metros de la costa del país transalpino. Hubo unos 80 supervivientes y, entre las más de 60 víctimas constatadas de momento, hay muchos menores, incluidos niños de pocos meses.

El naufragio puso en aprietos al Gobierno de derechas de Giorgia Meloni, que llegó al poder prometiendo poner fin a toda inmigración ilegal. La primera ministra expresó su «profunda tristeza» por el suceso y aseguró que «el Ejecutivo se compromete a prevenir las salidas [de migrantes] y con ellas estas tragedias».

Las palabras de Meloni no calmaron a la oposición. La nueva secretaria del Partido Demócrata, Elly Schlein, dijo que la tragedia «pesa sobre las conciencias de quienes obstaculizan los rescates», en referencia al nuevo decreto sobre migraciones aprobado pocos días antes del naufragio, que restringe la actividad de rescate de migrantes por los buques de las oenegés en el Mediterráneo.

Causaron especial indignación las palabras del ministro del Interior, Matteo Piantedosi, que dijo anoche desde Calabria: «La desesperación nunca puede justificar unas condiciones de viaje que ponen en peligro la vida de los propios hijos». Piantedosi es hombre de confianza de Meloni, y, sobre todo, de Matteo Salvini, líder de uno de los principales socios de Gobierno, la Liga. En las redes y en la política ya hay quien opina que el ministro del Interior debería dimitir.

Sin embargo, tanto la izquierda como la derecha critican también a la Unión Europea, acusando a Bruselas de dejar sobre los hombros de Italia gran parte del peso de la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo. Incluso el presidente de la República, Sergio Mattarella, convencido europeísta desde siempre, llegó a definir como «indispensable» que la UE «asuma por fin la responsabilidad concreta de gobernar el fenómeno migratorio [...] comprometiéndose directamente en las políticas migratorias».

Reacción de Guterres

La noticia de la tragedia dio la vuelta al mundo. El domingo, el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó que mientras «las bandas criminales controlen las rutas migratorias, seguirá muriendo gente», y añadió que son «necesarias rutas seguras, ordenadas y legales para migrantes y refugiados».

Desde Roma, Riccardo Noury, portavoz de Amnistía Internacional Italia, dijo a La Voz: «Las personas no mueren por partir. Mueren porque el mar ha sido vaciado de cuerpos y organizaciones de rescate, y porque no hay rutas legales y seguras, así que no tienen más remedio que recurrir a viajes peligrosos y a menudo mortales».