El precio medio de la electricidad en España fue el cuarto más barato de la UE en el 2022

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Con el tope al gas, la cotización media del megavatio se situó en los 169 euros, frente a los 275 que pagaron los franceses

28 feb 2023 . Actualizado a las 18:09 h.

El carbón, el gas y el petróleo siguieron tiñendo de gris el cielo europeo en el 2022. Según ha revelado este martes la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER), los Veintisiete tuvieron que recurrir en masa a los combustibles fósiles para reemplazar con rapidez el gas ruso y suplir la intermitencia en el suministro nuclear, que descendió un 15,8 %, e hidráulico, que sufrió un recorte del 16 % debido a la sequía. 

Según los datos del organismo, Europa generó casi un 4,27 % más de electricidad con fuentes emisoras de CO2, pasando de los 902 teravatios hora (TWh) del 2021 a los casi 941 TWh del pasado año. Y eso se notó en los precios, a pesar de que la demanda cayó un 4,6 %. 

Con el gas fijando el precio al resto de fuentes de energía en las subastas diarias, la factura final se disparó en todo el Continente. No obstante, en algunos países como España y Portugal se logró mantener a raya la subida gracias a la introducción del tope ibérico al precio del gas utilizado en la generación. 

Precios

Tanto es así que la cotización media en el mercado mayorista fue el cuarto más bajo de la UE (169 euros/MWh), solo por detrás de Suecia (152 euros/MWh), Finlandia (153 euros/MWh) y Polonia (166 euros/MWh). 

Los precios contrastan con los que se pagaron en países donde no se intervinieron -España y Portugal pudieron hacerlo porque se encuentran casi desconectados de la red europea, así que Bruselas consideró que la medida no provocaría distorsiones en el mercado-. En la región norte de Italia se pagaron de media 306 euros. En Alemania la cuantía fue de 235 y en Francia de hasta 275 euros, a pesar de importar un pequeño porcentaje de electricidad desde España, aprovechando los precios subvencionados. 

Y si la factura no fue mayor para los ciudadanos europeos es porque el invierno fue relativamente suave en cuanto a temperaturas y porque tanto la eólica como la solar aumentaron su generación en un 9,4 y un 25 % respectivamente. 

En España la tendencia fue distinta. El país aumentó un 26 % la producción de energía con combustibles fósiles, principalmente con gas. Sin embargo, redujo ligeramente la producción de eólica y se desplomó hasta un 33 % la hidráulica. Solo la solar aumentó su cuota, con un 23 % más de generación. 

¿Cómo avanza la transición energética? Por el momento, Europa necesita seguir quemando combustibles fósiles para calentar hogares y mantener la actividad de sus fábricas. No obstante, ha aumentado la capacidad instalada de renovables y ha reducido la nuclear y el carbón, con el desmantelamiento de reactores y plantas. 

Tanto en Europa como en España ha sido la energía fotovoltaica la que ha cobrado un mayor impulso. Mientras la UE trata de agilizar los trámites para desplegar con celeridad más parques eólicos, los Gobiernos siguen desembolsando ayudas para la instalación de paneles en edificios, fábricas y grandes superficies de terreno.