Tamames acusa a Sánchez de no respetar la separación de poderes y el presidente le responsabiliza de blanquear a Vox

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Santiago Abascal ofrece a Feijoo formar una alternativa a un Gobierno caducado

21 mar 2023 . Actualizado a las 23:45 h.

El Congreso fue escenario este martes de la moción de censura más extraña de la democracia, con un candidato que no pertenece al partido que la promueve y que, en lugar de intervenir desde la tribuna, lo hizo desde un escaño, exponiendo algo más parecido a un informe sobre la situación de España que a un programa de Gobierno. Y extraña también porque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de Vox, Santiago Abascal, centraron buena parte de sus intervenciones no para criticarse entre ellos, sino para cuestionar al PP como primer partido de la oposición. Sánchez afeó a Tamames el blanquear a Vox aceptando defender su moción de censura.

Abascal abrió la sesión con un discurso muy crítico con el Gobierno. «No ha dejado a un solo español vivo tranquilo», dijo, presentando la moción de censura impulsada por su partido en un tono apocalíptico sobre la situación de España, que justifica, a su juicio, la convocatoria de elecciones. Abascal se dirigió al presidente del Gobierno, pero también al líder ausente de la oposición, Alberto Núñez Feijoo, al que ofreció entenderse para articular una «alternativa» a un Gobierno que consideró «caducado». «La primera obligación de un político es la sinceridad y no es posible acercarse al mismo tiempo al PSOE y a Vox», advirtió Abascal al líder del PP. «Borrón y cuenta nueva», ofreció a los populares para olvidar disputas anteriores. 

Advirtió a Sánchez de haber dejado un «legado terrible» por el que «pasará a la historia». Criticó la permisividad en la entrada de ciudadanos extranjeros y advirtió de que el Gobierno tiene «responsabilidad directa» en todos los crímenes que cometan quienes han entrado en España de manera ilegal.

También culpó al Gobierno de haber aprobado una ley para beneficiar a violadores y pederastas y advirtió de que «cuando uno de esos monstruos lo repita serán responsables por haberlo aprobado». Y añadió que «algunos de los violadores que han puesto en libertad, cuando vuelvan a violar pedirán ser encarcelados en cárceles para mujeres para seguir violando».

«Han destruido la libertad de oportunidades de los niños y jóvenes con sus políticas educativas», «han endeudado a generaciones de españoles para que sus delirios de autócrata no se vieran rebajados» le dijo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

 «Robo cruel»

Responsabilizó también al Ejecutivo de cometer un «robo cruel» por «aprovechar la inflación para aumentar los impuestos a los españoles». Reprochó a Sánchez no haber explicado el cambio de opinión sobre el Sáhara y le acusó de haber «asaltado el Constitucional para asegurarse de que no le vuelvan a sacar las vergüenzas».

«Sobran los motivos para la moción de censura», dijo, porque este Gobierno «ha traído ruina, ha pisoteado derechos y libertades y se ha regodeado en el odio y destrucción de la reconciliación que habían alcanzado los españoles». «Ha robado un legado de concordia del que disfrutaba pero no le pertenecía», añadió.

Y dirigiéndose al PP, le advirtió de que cuando acabe la moción de censura solo habrá dos opciones: «consentir con la continuidad del señor Sánchez o apoyar esta moción para que unas elecciones pongan fin a esta legislatura del esperpento».

Réplica de Sánchez

Sánchez replicó a Santiago Abascal acusándole de presentarse como «telonero» de Ramón Tamames y de «montar un numerito» y dilapidar el dinero del contribuyente con esta moción de censura. «A nadie debe extrañarle que usted se esconda tras un candidato de circunstancia, porque usted se escaquea de hacer la mili, o vive de un chiringuito para llevarse una paguita del PP de 82.000 euros al año», le espetó al líder de Vox, recordando su paso por el PP.

«Es la moción de alguien que se disfraza de profeta, que proclama la emergencia nacional y se toma cien días para montar esta moción de censura estrambótica», dijo Sánchez.

El jefe del Ejecutivo se esforzó en situar en todo momento al PP y a Vox como aliados. Dio la razón a Abascal al decir que el PP «siempre llega tarde», pero le indicó que ellos llegan aún más tarde al reconocimiento de los derechos de los españoles. Reprochó a Vox que se oponga a la existencia del salario mínimo profesional y al ingreso mínimo vital que llaman «la paguita».

Sánchez hizo una alusión al caso Mediador afirmando que «es grotesco que pongan el grito en el cielo por un garbanzo negro cuando llevan años chapoteando en la olla de la corrupción». «Usted mismo, señor Abascal, estuvo cerca. ¿Se acuerda del chiringuito de la Comunidad de Madrid con el presidente de Ignacio González?», le dijo al líder de Vox.

«El país que usted defiende fiscaliza a las mujeres que tienen embarazos no deseados», quiere una sociedad homófoba que no reconozca el matrimonio igualitario y que solo reconoce un modelo de familia, indicó.

«Ahora se esconde porque nadie le imagina a usted como presidente del Gobierno», le dijo a Abascal sobre la elección de Ramón Tamames como candidato,

Pero fue en el ataque al PP donde Sánchez se esmeró. «Esos que mañana se van a abstener son tan responsables como ustedes del inmenso daño que hacen a España con esta moción de censura», dijo en referencia al PP. «Lo que van a hacer los diputados populares con esa abstención es un pago en diferido, un anticipo de caja pasando de un decente no a una indecente abstención», dijo, recordando la anterior moción de censura. «Tengan cuidado porque más pronto que tarde la ultraderecha volverá a exigirles un segundo pago en diferido para saldar las cuentas», les dijo a los populares, a los que terminó advirtiendo de que «cuando llegue ese momento, acuérdense de este debate».

Tamames cambia el registro

Llegó entonces el turno de Tamames y el ambiente cambió por completo. El veterano político y economista utilizó un tono mucho más sosegado, aunque no exento de duras críticas al Gobierno. «Muchos saludos a todos», comenzó,  dejando claro ya que el tono de su intervención sería muy distinto al del resto. Habló de la necesidad de una «reconciliación nacional» recordando su pasado en la lucha antifranquista. Aseguró que la Transición española fue una lección a Europa y el mundo y planteó su intervención como una «reprobación para el Gobierno del señor Sánchez». Tamames incluyó en su discurso algunas de las reivindicaciones de Vox, y trató de soslayar aquellas en las que no coincide.

Criticó que se hable del «candado del 78» por parte de algunos ministros y defendió «la patria común de todos los españoles» del artículo 2 de la Constitución. Explicó Tamames que fue la manifestación de la plaza de Cibeles en la que 200.000 personas se congregaron «por España, la libertad y la Constitución» lo que le llevó a plantearse la opción de defender esta moción de censura. «Eso me indignó como a tantos», sostuvo, como le indigna que la Generalitat se niegue con el beneplácito de su Gobierno, a que haya un 25 % de educación en español en las aulas.

«La memoria democrática falta a la verdad y está por el partidismo», sostuvo Tamames, que aseguró que en la Guerra Civil «se cometieron atrocidades en los dos bandos», añadiendo que la Segunda República no fue tan «angelical» como se quiere presentar ahora. «Eso no se cuenta en esta nueva historia de España y muchos jóvenes piensan que ganó la guerra la propia república», afirmó», asegurando que «la memoria histórica ha significado un paso atrás y la memoria democrática todavía mas».

Criticó la sobrerrepresentación electoral del separatismo y aseguró que «la autodeterminación no existe, porque ya la discutimos en el debate parlamentario». «Su Gobierno no respeta la separación de poderes», le dijo Tamames a Sánchez, porque pretende hacerse «con el control del poder de la Justicia desde el poder ejecutivo». «Es lo propio de un Gobierno Frankenstein», añadió. Criticó los pactos del Gobierno con los independentistas catalanes y con EH Bildu. «Hay que aliarse con otros partidos», sostuvo.

Tamames se refirió al caso Mediador y el «Tito Berni y sus colegas», criticando que se haya negado una comisión de investigación sobre este asunto «tratando de encubrir algo que ha sucedido en sede parlamentaria», con gente que tenían en sus despachos sus oficinas de transacciones ilegales.

Aversión a los empresarios

En lo económico, criticó las subidas del salario mínimo y añadió que «ojalá pudiéramos tener el salario mínimo de Inditex de 1.500 euros al mes, pero no es posible porque España no da para eso». Cuestionó también que se gasten 2.500 millones de euros en becas para un millón de estudiantes. Algo que calificó como una forme de «comprar votos». Y, en general, dijo que hay un «desmadre generalizado del gasto público pensando en situaciones electorales más que en la creación de riqueza». Afirmó también que «el desarrollo industrial de España tiene su primer enemigo en el Gobierno por la auténtica aversión a los empresarios».

Aludió Tamames al caso de Ferrovial y advirtió de que puede haber más casos de deslocalización industrial. En materia de Sanidad, criticó que se aspire al «monopolio de la sanidad pública» cuando puede haber convenios con la Sanidad privada, que es «lo que se estila hoy». «Se critica a la sanidad privada como si fueran los criminales de la política», sostuvo.

En política exterior criticó el bandazo respecto a Marruecos y el Sáhara y critico que Gibraltar sea la única colonia europea, algo «que no podemos aguantar».

Pidió a los partidos constitucionalistas que cumplan con un mínimo para toda la nación, una ley electoral sin sobrerrepresentación de los mas separatistas, una vigilancia de la corrupción y un pacto «para hacer posible que el país recupere una cierta concordia entre la mayoría de españoles». «Tienen los problemas españoles solución? Si, contestó para finalizar. «Pero sería menester no perder de vista cuando se jodió España», añadió, parafraseando a Zabalita en Conversación en la en La Catedral, de Mario Vargas Llosa

Sánchez, más contenido con Tamames

En su respuesta a Tamames, Sánchez estuvo más contenido que con Abascal. Criticó al exdirigente del PCE que haya aceptado la oferta de Vox porque son, según dijo, los «herederos de Blas Piñar». «No ha sido la mejor idea que ha tenido en su vida», le dijo, expresando su respeto por su trayectoria anterior. Aseguró que Vox «no es un partido más» sino que «es otra cosa».

Sin embargo, Sánchez se mostró muy crítico con las recetas económicas que planteó Tamames, al que alineó junto a las tesis neoliberales que, según dijo, aplicó Mariano Rajoy, reduciendo el gasto público en Educación y Sanidad, poniendo copagos farmacéuticos echando «a miles de sanitarios a la calle».

Criticó a Tamames por hablar de una autocracia, en donde están prohibidos los sindicatos y los medios de comunicación independientes. En una autocracia, sostuvo, no toma la palabra en el Parlamento ningún partido porque solo existe el régimen y no puede haber mociones de censura como la que se debate este martes. 

Negó, como había sostenido Tamames, que la Guerra Civil comenzara con la revolución de 1934 y defendió que los protagonistas del bando nacional de la contienda no reciban homenajes públicos. «Incluso en tiempos inciertos avanzar es mucho más seguro que retroceder a una España que nunca debió existir y que ya no existe», concluyó Sánchez.

En su réplica, Tamames cuestionó lo largo del discurso de Sánchez y también que hablara de cosas sobre las que no se le había preguntado. Le criticó también por haber anulado el delito de sedición y rebajar el de malversación, y aseguró que eso sí merecería una moción de censura porque eso no se ha hecho ni en Polonia ni en Hungría. Si usted sale a la calle, «nadie sabe quién es Blas Piñar», dijo, y añadió que uno de los responsables de la Guerra Civil fue el socialista Largo Caballero.