El jurado popular encuentra culpable a Francisco Javier Almeida como autor del asesinato y abuso sexual del menor de Lardero

La Voz REDACCIÓN

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Francisco Javier Almeida, considerado el presunto autor del asesinato y agresión sexual al niño de nueve años Álex, cuando jugaba en un parque de Lardero, en La Rioja
Francisco Javier Almeida, considerado el presunto autor del asesinato y agresión sexual al niño de nueve años Álex, cuando jugaba en un parque de Lardero, en La Rioja RAQUEL MANZANARES | EFE

La familia, la acusación popular y la familia piden que sea condenado a prisión permanente

30 mar 2023 . Actualizado a las 21:31 h.

El jurado popular declaró ayer a Francisco Javier Almeida culpable por unanimidad de agredir sexualmente, primero, y asesinar, después, al pequeño Álex, de 9 años, que no tuvo ninguna posibilidad de defenderse. Además, destacó la extrema violencia con la que actuó el acusado. Así lo manifestó ayer, a las 19.30 horas, el portavoz del tribunal ciudadano durante la lectura del veredicto en el Palacio de Justicia de La Rioja, donde se desarrolló el juicio durante siete sesiones.

Los nueve miembros del jurado llevaban desde el miércoles a mediodía aislados para deliberar.

El portavoz dio lectura al criterio del jurado que, además, incluye que no procede suspensión de la condena y que no se incluya en la sentencia la posibilidad de que el acusado sea indultado.

El jurado ha alcanzado todos los acuerdos por unanimidad y considera a Almeida culpable de todos los hechos por los que ha sido juzgado. Así, considera probado que el acusado cometió un delito sexual haciendo uso extremo de su fuerza y que dio muerte al niño intencionadamente sin que este tuviera ninguna posibilidad de defenderse, y que le causó la muerte con el fin de ocultar la agresión.

Detallan como probado que Almeida se situó ese día en un banco del parque de Lardero y se llevó a Álex hasta su portal, que el acusado subió por el ascensor y su víctima por las escaleras y que lo llevó hasta el interior de su domicilio. Asimismo, concluyen que el menor estaba con vida durante la agresión sexual.

También consideran probado que el fallecimiento se produjo con extrema violencia, ya que una vez inconsciente el niño, Almeida siguió con su agresión con el único fin de causarle la muerte. El asesino salió de su domicilio con el fin de ocultar el cuerpo de su víctima al sentirse acorralado. En ningún momento trató de pedir ayuda y su intención era deshacerse de él, pero fue sorprendido por un vecino y la policía.

Incide también el veredicto en que Almeida no había ingerido alcohol y que en ningún momento reconoció su intención de agredirlo ni matarlo por lo que ocultó hechos relevantes.

Una vez conocido el veredicto del jurado, ahora será el juez quien dicte sentencia e imponga la condena.

Peticiones de penas

El fiscal ha mantenido la pena de prisión permanente revisable más 15 años por el delito de agresión sexual. La acusación particular y popular han mantenido la pena de prisión permanente revisable y 15 años por el delito de agresión sexual.

Así, han sumado la condena a la libertad vigilada por 10 años, prohibición de residir en La Rioja, prohibición de comunicarse y aproximarse a mil metros de los progenitores y el hermano de Álex por 10 años una vez cumplida la condena de prisión permanente revisable. También ha solicitado el pago de responsabilidad civil de un millón de euros a cada progenitor y el de las costas procesales.

La defensa señaló que «una vez ha sido condenado, debe cumplirse la ley y no tenemos nada que decir en cuanto a las penas».

El juicio contra Francisco Javier Almeida, de 55 años, arrancó el pasado día 20 y desde entonces pasaron por la sala de vistas agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local que intervinieron en la noche del crimen, el 28 de octubre del 2021, vecinos de la zona, médicos forenses que practicaron la autopsia al pequeño y psiquiatras que examinaron el estado mental del acusado, quien, según certificaron, no sufre alteración psicopatológica alguna.

Durante su alegato final, Almeida alegó que había sentido «cierta fantasía» cuando Álex subió a su casa para ver un agapornis que el procesado tenía. A partir de ese momento, se habrían desencadenado los hechos.