Ferrovial convence al fondo soberano de Noruega para que apoye su traslado a los Países Bajos

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

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Rafael del Pino, presidente de Ferrovial
Rafael del Pino, presidente de Ferrovial FERROVIAL

La empresa celebra este jueves una junta histórica bajo la presión del Gobierno

13 abr 2023 . Actualizado a las 09:50 h.

Ferrovial celebra este jueves una junta histórica. Probablemente la más tensa de la larga historia del grupo, cuyos accionistas deben decidir este jueves si la firma hace las maletas y traslada su sede social a Ámsterdam o finalmente se queda en suelo español.

A pesar de que los responsables de la empresa creen pisar terreno firme tras los últimos movimientos de algunos de los accionistas, se prevé que la tensión reine en la junta de este jueves, que arrancará pasado el mediodía. Todas las miradas están puestas en el voto de los integrantes del núcleo duro de la compañía, que tienen en su mano sacar adelante la polémica operación de traslado. Y algunos han variado el sentido de su voto en las últimas horas. Como Norges Bank, el fondo soberano de Noruega, que este mismo miércoles rectificaba su decisión de posicionarse en contra de la mudanza a los Países Bajos y finalmente votará este jueves a favor.

Al menos eso era lo que este miércoles se podía leer en su página web, en la que figuraba un voto favorable en todos y cada uno de los puntos de la orden del día de la junta, incluido el número diez, que es precisamente el que trata la fusión transfronteriza de Ferrovial con su filial neerlandesa.

En el mercado circulaban diferentes versiones sobre qué podía haber detrás de este viraje de los nórdicos. Algunos apuntaban a que a los despachos de Norges Bank habrían llegado en las últimas horas nuevos análisis referentes a la fusión. Otros apuntaban directamente a conversaciones con el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino. Antes, el fondo justificaba su negativa alegando que este tipo de operaciones «deberían maximizar los rendimientos de los accionistas» y tener en cuenta que «todos reciben un trato equitativo». En cambio, ahora que se inclinan por apoyar el cambio, no detallan las razones de su posición.

Tras el giro nórdico, el único que públicamente se ha decantado por el no al traslado ha sido Leopoldo del Pino, hermano del presidente de Ferrovial, que posee el 4,1 % del capital. Pero su voto negativo (e incluso aunque se sumen a su no otros accionistas) no implica una paralización de la operación. Para que esta se pueda hacer efectiva, además de mostrar este jueves su negativa, los accionistas deben acogerse al llamado derecho de separación, una opción que tienen de vender sus acciones a la empresa al no estar de acuerdo con el cambio de la sede social.

Y es aquí donde pueden surgir los problemas para Ferrovial. Porque la compañía fijó en 500 millones de euros el tope que estaría dispuesto a pagar a esos accionistas que se opongan. Esto equivaldría a un 2,53 % del capital. Si más de este porcentaje de inversores ejerce ese derecho de separación, el traslado podría quedar en agua de borrajas. Sin embargo, este miércoles había algunas fuentes que aseguraban que la constructora se guarda un as en la manga: la posibilidad de modificar ese límite de 500 millones en caso de que fuera necesario. Fijándose en la letra pequeña del orden del día o los anexos, no figura en ningún momento que ese tope se inamovible.

Todo ello puede acabar alargando el calendario. Porque para ejercer este derecho de separación, los accionistas deben votar primero negativamente en la junta y, en un plazo de un mes, presentar la documentación requerida. Ante estas circunstancias, es posible que el culebrón de Ferrovial se extienda hasta bien entrado el mes de mayo.

Sigue la presión del Ejecutivo

Mientras, el Gobierno aprovechaba este miércoles para quemar sus últimos cartuchos. Tras el largo y polémico intercambio epistolar que han mantenido Ferrovial y el Ejecutivo, era el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, el encargado de soltar la traca final. Lo hacía asegurando que los accionistas de la empresa «tienen todo el derecho a conocer la verdad» y a tomar una decisión «informada» en la junta. Insistía así en que no hay ningún obstáculo que impida al grupo cotizar en EE.UU. (la principal razón que desde Ferrovial esgrimen para hacer la mudanza) desde España. Eso, a pesar de que el propio secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, no se mostraba este miércoles tan categórico. Porque reconocía que si surgen necesidades de ajustes normativos o de mercados estarían dispuestos a «reaccionar con rapidez».