Macron encara cuatro años de mandato con el país en pie de guerra

Asunción Serena PARÍS / E. LA VOZ

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Manifestantes con carteles contra Macron, en una protesta en París el pasado jueves
Manifestantes con carteles contra Macron, en una protesta en París el pasado jueves SARAH MEYSSONNIER | REUTERS

El presidente francés ofrece este lunes un discurso con el que aspira a retomar la iniciativa en plena polémica por la reforma de las pensiones

16 abr 2023 . Actualizado a las 09:40 h.

Tras el veredicto del Consejo Constitucional, favorable a la reforma de las pensiones, especialmente el respaldo al denigrado aumento de la edad de jubilación a los 64 años, Emmanuel Macron busca una puerta de salida para impulsar su acción política de cara a los cuatro años que le quedan todavía como presidente de la República.

El presidente francés ha decidido pronunciar un discurso este lunes para presentar las líneas maestras de su agenda política de futuro e intentar así recuperar la confianza de los franceses, que cada vez tienen peor opinión de él (un 69 % tienen una opinión desfavorable).

Macron ha invitado a la patronal y a los sindicatos a ir al palacio del Elíseo el próximo martes, para afrontar un nuevo ciclo con un nuevo tono, ya que esta vez «la puerta del Elíseo permanecerá abierta, sin condiciones para el diálogo». Pero los sindicatos habían pedido con insistencia ese encuentro antes de que la ley sobre las pensiones fuera promulgada y ahora rechazan esta propuesta.

Sobre la mesa de Emmanuel Macron figuran otras grandes reformas en torno al trabajo, la inmigración o la energía nuclear. Y cuenta con su determinación para sacarlas adelante. Ni las manifestaciones de la calle, ni las protestas de la oposición, que le acusa de altivo y provocador —«piensa que es Júpiter y que no tiene que rendir cuentas a nadie», dijo ayer el líder socialista Olivier Faure—, nada de eso parece hacer mella en su voluntad de mantener su agenda. «No rendirse, ese es mi lema», dijo el viernes durante una visita a las obras de la catedral de Notre-Dame.

El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, encargado de defender la reforma de las pensiones, deberá presentar antes del verano un proyecto de ley laboral con medidas sobre el empleo de las personas mayores o las condiciones de trabajo. El objetivo de Macron es que la presentación rápida de este nuevo texto permita calmar los ánimos, exacerbados por tres meses de protestas contra el aumento de la edad de jubilación, y que los debates se centren en torno a «cómo trabajar mejor», que es una de las cuestiones que están ganando terreno entre las preocupaciones de los franceses. 

Semana laboral de cuatro días

Esta ley podría recoger, entre otras medidas, la instauración de la semana laboral de 36 horas en cuatro días, dar mayor importancia a los acuerdos de las empresas o prohibir los planes de despidos centrados en los veteranos.

Otro de los grandes temas que quiere impulsar Macron es una nueva ley de inmigración. En principio, debía estar ya en marcha desde el 28 de marzo, pero a la vista del descontento social provocado por la reforma de las pensiones, ha considerado que el tema es demasiado explosivo y ha decidido dividirlo en varios textos diferentes: por un lado, un proyecto de ley con las medidas donde puede haber mayor grado de consenso, como el mejor tratamiento de las demandas de asilo; y por otro, deja a la iniciativa parlamentaria los temas más controvertidos, como la regularización de inmigrantes irregulares que trabajan en sectores con dificultades para contratar.

Este lunes, Macron dará más detalles sobre sus planes de futuro, pero todo el mundo se pregunta cómo será su presidencia durante los próximos cuatro años. La mayoría de franceses no digieren su forma de sacar adelante la reforma de las pensiones, que también es contestada por gran parte de la Asamblea, incluso por algunos diputados de la mayoría presidencial.

Esta crisis social solo favorece a Marine Le Pen que, según los sondeos, ganaría ampliamente a Macron (55 % a 45 %) si las presidenciales se celebrasen hoy.