La guerra empaña la cumbre de la reconciliación luso-brasileña

Brais Suárez
Brais Suárez OPORTO, E. LA VOZ

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El presidente Rebelo de Sousa recibió a Lula da Silva.
El presidente Rebelo de Sousa recibió a Lula da Silva. ANTONIO PEDRO SANTOS | EFE

Lula da Silva revierte los desplantes provocados por Bolsonaro

23 abr 2023 . Actualizado a las 11:03 h.

Entre los seguidores que esperaban al presidente brasileño su llegada al palacio de Belém (Lisboa), se coló este sábado alguna bandera ucraniana, rápidamente retirada por la policía portuguesa. Una clara recriminación a Lula da Silva por sus declaraciones en su reciente visita a Pekín, criticando la entrega de armas a Kiev. Aunque el encuentro del brasileño y su esposa con el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, se servía con una dosis de polémica, la invasión rusa llevó lo que debía ser un homenaje a la reconciliación entre Basilia y Lisboa a una discusión geopolítica de mayor gravedad.

Lula se reunió con un colectivo de ucranianos y condenó la invasión, pero insistió en su postura de buscar una solución sin armas al conflicto. «Es mejor encontrar una salida alrededor de una mesa que intentar encontrarla en el campo de batalla». Propone hacerlo a través de una serie de países neutrales, entre los que ve a Emiratos Árabes, China, la India, Turquía o la Unión Europea.

Acuerdos de cooperación

La discusión geopolítica entre ambos presidentes precedió la cumbre bilateral, en la que estuvieron presentes numerosos ministros para firmar más de una decena de acuerdos de cooperación. Entre ellos, destaca el compromiso conjunto en la lucha contra el cambio climático y la apuesta por las renovables, además de la necesidad de estrechar lazos económicos. Lo más esperado era en materia de ciudadanía, y se aumentaron las facilidades sanitarias y, lo más relevante, se posibilita convalidar los títulos de educación primaria y secundaria.

Las comunidades de cada país en el otro son inmensas, y de ahí que Rebelo de Sousa haya reclamado durante los últimos años la importancia de mejorar sus condiciones de vida. El presidente luso sufrió varios desplantes por parte de Jair Bolsonaro, quien canceló algunos encuentros a última hora y que no llegó a visitar oficialmente Portugal. De hecho, hacía una década que un presidente brasileño no realizaba una visita de Estado a Lisboa y siete años que estos dos países, que se consideran «hermanos», no celebraban una cumbre bilateral, a pesar de tener carácter anual. La sintonía entre Lula da Silva con António Costa y Marcelo Rebelo de Sousa es clara, como lo es su afinidad hacia Portugal; sin embargo, no deja de ver como socio menor a Lisboa, que ya recriminó a Brasil su escasa participación en la Comunidade dos Países de Língua Portuguesa. En cualquier caso, «la relación con Portugal va a mejorar mucho», prometió el brasileño.

Como mar de fondo estuvo omnipresente el acuerdo comercial que la Unión Europea y el Mercosur tratan de cerrar desde hace cinco años. Precisamente, ese será el tema clave de la visita de Lula a Madrid, teniendo en cuenta que Brasil y España acogerán la presidencia temporal del Mercosur y de la UE, respectivamente, en el segundo semestre del año.