Las lluvias torrenciales provocan decenas de incidencias en cinco comunidades

Manuel Costoya
M. C. Cereijo REDACCIÓN

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Varias personas cruzan una calle inundada en Benicasim, en Castellón
Varias personas cruzan una calle inundada en Benicasim, en Castellón Domenech Castelló | EFE

Inundaciones, rescates y caída de ramas en Castellón y en Murcia

26 may 2023 . Actualizado a las 22:54 h.

El acrónimo Dana está dejando de ser un concepto técnico utilizado por meteorólogos para extenderse al gran público. Esta semana se han vivido en España dos de estas depresiones aisladas en niveles altos, fenómenos caracterizados por intensas y persistentes lluvias que se concentran en un corto período de tiempo. Cinco comunidades, Valencia, Murcia, Extremadura, Andalucía y Castilla-León estuvieron ayer en alerta naranja por este acontecimiento meteorológico que se saldó con decenas de incidencias causadas por las fuertes lluvias caídas, de más de cien litros por metro cuadrado.

La nueva dana de esta semana provocó una fuerte y súbita riada en la localidad murciana de Molina de Segura, que atrapó en sus vehículos a numerosos conductores y generó escenas de pánico por la temeridad de algunos ciudadanos al intentar cruzar los aluviones. Los bomberos tuvieron que rescatar a 15 personas en la localidad y sus alrededores, algunas de ellas en helicóptero tras ser arrastrados sus coches por las escorrentías.

Una de las imágenes de la jornada fue la de una madre con el carro de hijo intentando cruzar por una calle totalmente anegada por el agua, que bajaba a gran velocidad. La mujer perdió el control, el carro vuelca y solo la intervención de un vecino, que agarró al niño que estaba en el interior, evitó lo que pudo ser un tragedia.

En esta misma localidad, también se pudo ver como decenas de coches fueron arrastrados por la riada en los pocos más de treinta minutos en los en los que se registraron las lluvias torrenciales. Los servicios de rescate tuvieron que emplearse a fondo para rescatar a personas incluso en helicóptero, como ocurrió en Campotéjar, donde el conductor de un coche ya casi volcado en mitad del caudal desbordado de la Cañada del Morcillo, junto al polígono industrial la Estrella, fue extraído por el aparato colgado de un cable.

Cientos de viviendas y locales quedaron anegados, al igual que los campos de cultivo circundantes, por lo que queda evaluar los daños y las pérdidas en una zona donde la agricultura tiene un peso muy relevante.

Récord de precipitaciones

Pero el episodio más complicado de lluvias se vivió ayer en la provincia de Castellón, que pulverizó sus récords pluviométricos al convertir el presente mes en el mayo más lluvioso desde que existen registros en la zona, por encima de los más húmedos hasta ahora.

Así, en Castellón capital, las precipitaciones caídas durante unas pocas horas de la madrugada del viernes dejaron más agua que cualquier otro mes de mayo. Según los datos de AEMET en algunos barrios habían caído más de 171 litros por metro cuadrado y obligaban a la Policía Local y al Servicio de Prevención y Salvamento a realizar más de un centenar de servicios.

Peor ha sido la situación en Benicasim cuyo Ayuntamiento ha tenido que suspender las actividades escolares por la tromba de agua, además de insistir en las advertencias a los ciudadanos para que eviten desplazamientos innecesarios por el municipio, donde se llegaron a acumular 220 litros por metro cuadrado.

En la Comunidad de Madrid, las zonas más afectadas fueron el Alto del León, Alpedrete, el puerto de Navacerrada, Colmenar, Valdemorillo y Torrelodones y, además de la lluvia, AEMET midió rachas de viento de hasta 109 kilómetros por hora en áreas como La Pinilla. No obstante, la situación en la capital fue hasta más tranquila de lo esperado según Emergencias Madrid, que tuvo que intervenir, en la mayoría de los casos, por filtraciones de agua en viviendas y ramas de árboles caídas.

En Aragón, los responsables municipales de Pomar de Cinca (Huesca) evaluaban ayer los daños causados por la crecida del barranco de la Clamor, cauce que atraviesa el pueblo y que, tras desbordarse, inundaron varias viviendas y algunas de las infraestructuras de esta población. Las autoridades locales consideraron lo ocurrido como un «desastre anunciado» debido a la falta de labores de limpieza del barranco.