Hablan los pacientes que dejaron de fumar con Todacitan: «Era o yo o el tabaco»

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

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Pedro Aguado y Sonia Blázquez dejaron de fumar recientemente tomando Todacitan
Pedro Aguado y Sonia Blázquez dejaron de fumar recientemente tomando Todacitan

Los neumólogos reclaman financiación pública para todos los tratamientos para abandonar el hábito

03 abr 2024 . Actualizado a las 12:47 h.

La industria farmacéutica ha logrado poner en el mercado medicamentos efectivos para dejar de fumar. Sus usuarios hablan maravillas de ellos y los médicos especialistas también, pero al mismo tiempo reclaman que se financien todas las alternativas que existen actualmente, algo que en España no se está haciendo, y esto limita el éxito de las personas que se deciden a abandonar este hábito, uno de los más nocivos para la salud.

El coordinador del área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), Carlos Rábade, detalla las alternativas que hay disponibles, las que no y cuáles son las mejores formas de utilizarlas. Y el presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), Andrés Zamorano, da cuenta de la buena acogida que está teniendo el último fármaco, el único para el que hay en estos momentos financiación pública.

Sustitutivos con nicotina

Chicles, parches, comprimidos y espray bucal. La terapia sustitutiva con nicotina (TSN) «es un tratamiento que ha demostrado eficacia, ha demostrado seguridad, y existe una larga experiencia con él en España, pero tiene el problema de que no está financiado», dice Rábade, neumólogo en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago desde hace más de tres lustros. Los parches, chicles y comprimidos o el espray bucal, que se diferencia básicamente en el tiempo de liberación de la nicotina, «está demostrado que funcionan, más si están acompañados de un asesoramiento psicológico», añade el profesional, para quien «la eficacia de todo tratamiento farmacológico mejora cuando está acompañado de una intervención de un profesional sanitario. No es llegar a una farmacia y decir: “Dame algo para dejar de fumar”». 

Vareniclina

Las nitrosaminas que han retirado a Champix del mercado. Champix, el medicamento de Pfizer que tiene como principio activo al vareniclina, fue retirado por la Agencia Europea de Medicamentos en julio del año pasado por su contenido en nitrosaminas, unas sustancias cancerígenas. Aunque, según dice Rábade, el tabaco tiene 400 veces más nitrosaminas que el medicamento, la farmacéutica lo está reformulando para poder ponerlo de nuevo a la venta próximamente.

Citisina

Zyntabac y Todacitan. La citisina es un «agonista de los receptores nicotínicos que por un lado controla el síndrome de abstinencia y por otro disminuye esa recompensa positiva que puede tener el fumador por el tabaco», detalla el neumólogo. La única presentación disponible y con financiación pública en España es Todacitan, ya que Zyntabac ha dejado de estar disponible, sin que los especialistas tengan muy claro el motivo.

Pedro Aguado: «Antes de desayunar lo mismo ya llevaba tres o cuatro cigarrillos: era o yo o el tabaco» 

El día a día de Pedro Aguado Negro no podía estar más limitado. El tabaco se lo condicionaba todo, con lo que ahora mismo, gracias al Todacitan y Andrés Zamorano, el médico que le asiste, empieza una vida diferente. «Llevo cuarenta años o más fumando tieso. Empecé con los Bisontes, que ahora creo que ni existen, seguí con el Winston y luego me pasé al Fortuna. Son muchos años, y además fumaba muchísimo. A mí un cartón no me llegaba para la semana», detalla este toledano de 61 años.

Las consecuencias de ese vicio se fueron traduciendo en limitaciones muy graves. «No cogía posición en la cama. Igual me tiraba media hora sentado con tos sin poder dormir», relata Pedro, que incide en de qué manera los pitillos alteraban sus ritmos. «Si me despertaba para ir al baño a las cinco de la mañana, ya estaba liado con el cigarrillo. Antes de desayunar, lo mismo, llevaba ya tres o cuatro. Y viendo el fútbol o los toros ya ni te cuento. Era o yo o el tabaco», sentencia Aguado, a quien su médico ya le había propuesto iniciar tratamiento hace unos tres años y no quiso. «Le dije: “No me recetes las pastillas, que no me veo, no lo tengo claro”. Porque las pastillas son fundamentales, lo son todo, pero la cabeza también. Tienes que estar muy mentalizado, y también te hacen unos test que son muy importantes», resume.

Una vez iniciado el tratamiento, empiezan los cambios a todos los niveles. «Te acuerdas [del tabaco], no vayas a pensar, pero no sientes esa ansiedad y eres capaz de controlarte. Antes para mí era imposible no fumarme uno después de cenar, por ejemplo», resume Pedro, que, como otras muchas personas enganchadas al tabaco, era incapaz de irse tranquilo a casa sin una cajetilla a su alcance. De hecho, no le entraba en la cabeza cómo su hermano podía olvidarse el paquete todo el día por ahí. Ahora, él mismo celebra pequeñas victorias como «que la casa no huela a tabaco todo el día».

Sonia Blázquez: «No me esperaba para nada este resultado, me he librado del Ventolin y no voy a volver» 

Sonia Blázquez Morcuende es muy gráfica a la hora explicar su relación con el tabaco: «Empecé a los 13 años y tengo 52, así que imagínate». Además, no fumaba precisamente poco, algo así como «un paquete y medio diarios». Por eso, para ella dejar de fumar ha supuesto un cambio tan drástico. «No me lo pide el cuerpo, no tengo esa ansiedad. De hecho, ahora veo a la gente fumar y no tengo que irme de ese sitio», relata la mujer, que ha cumplido a rajatabla el tratamiento de 25 días con el fármaco Todacitan y no puede estar más contenta con el resultado.

El pasado 1 de mayo era el día señalado para decir adiós a los cigarrillos, y lo ha cumplido sin mayores problemas, con lo que hasta la fecha solo tiene buenas palabras para esta terapia, que no es ni mucho menos la primera a la que recurre. Ya había probado con el Zyntabac y con otros medios, pero nunca llegó a dejarlo del todo y menos durante tanto tiempo, porque, como mínimo, fumaba un pitillo al día.

El cambio en la vida diaria ha sido más que significativo, tal y como relata. «Yo vivo en un chalé y duermo en la planta baja. Cada vez que tenía que subir a por ropa o algo me asfixiaba. Tenía que usar Ventolin y otros inhaladores como mínimo dos veces al día. Ahora me he librado de eso y tengo muy claro que no voy a volver», detalla Sonia, que acoge casi con entusiasmo los efectos secundarios. «No me esperaba para nada este resultado. En lo que más lo he notado ha sido en los olores y el gusto, tengo mucho más apetito y puedo darme una alegría con el dulce. Prefiero engordar unos kilitos, que luego ya me los quitaré con ejercicio, con dieta o como sea», concluye Sonia, que empezó con seis pastillas al día separadas entre ellas dos horas y fue reduciendo la dosis paulatinamente, tal como está indicado en este tratamiento, hasta completar los 25 días. Una vez transcurridos, dijo adiós al tabaco y confía en que sea para siempre.