Los populares dicen que el presidente en funciones falta a sus deberes políticos la misma semana que le pidieron hablar con Feijoo sobre la investidura
03 ago 2023 . Actualizado a las 10:54 h.El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, aterrizó hace dos días en Marruecos para pasar su segunda semana de vacaciones en «un viaje privado» que, según la Moncloa, se ha costeado «íntegramente de forma personal». El destino elegido por el líder de los socialistas despertó animadversión entre las filas del Partido Popular. Su vicesecretario de organización, Miguel Tellado, consideró «esperpéntico» el desplazamiento del jefe del Ejecutivo.
Todo porque el presidente dejó aparcadas las negociaciones con sus socios en la pasada legislatura para intentar ser investido presidente y, por otra parte, la que respecta a los populares, porque esta semana fue la propuesta por el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, para discutir su investidura como ganador de las elecciones por muy remota que fuera la posibilidad y que hoy ya parece imposible.
«Se ha ido del país desatendiendo sus obligaciones como presidente en funciones», refirió Tellado en una entrevista en Onda Cero en la que, además, señaló que su «huida» hacia delante «no le hace un feo a Feijoo, sino a la mitad de la población de nuestro país».
A Tellado se le unió la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, que dijo en redes que «solo Sánchez se va tranquilo de vacaciones» con los «datos de empleo revelados ayer» por el Ministerio de Trabajo. Ya el lunes, la parlamentaria riojana censuró tras la carta que mandó Feijoo al líder socialista que «si Sánchez hubiese recibido la carta de Bildu, ERC o Junts le habría faltado tiempo para ponerse a su disposición». «Mientras Sánchez se va de vacaciones pagadas por todos los españoles, en el PP seguiremos trabajando por un Gobierno estable y moderado», citó a través de redes sociales.
Caso Pegasus sin cerrar
Pedro Sánchez no es el primer presidente en ir de vacaciones a Marruecos. Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero ya lo hicieron. Pero desde el 2011, año en que el segundo pasó la Nochevieja en Tánger estando en funciones, ningún jefe de Gobierno ha repetido destino.
Sin embargo, el actual presidente en funciones acudió a la ciudad de Marrakech en un momento delicado en cuanto a la percepción de sus socios sobre las relaciones entre España y Marruecos, ya que el caso del espionaje con el software Pegasus por parte de Rabat a Sánchez, así como a los ministros de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y de Defensa, Margarita Robles, aún no está cerrado.
El pasado mes de mayo, la comisión del Parlamento Europeo que se encargó de analizar el espionaje ilegal con Pegasus reclamó a nuestro país una investigación «completa, justa y exhaustiva» para clarificar el uso de dicho programa por parte de las autoridades españolas por supuestamente espiar a dirigentes independentistas catalanes con él y a Marruecos por hacer lo propio con el tridente de miembros del Ejecutivo español. No se dio ningún avance al respecto.
No es un caso fácil de meter en un cajón, porque en marzo del 2022, Sánchez se ganó el rechazo de la totalidad del Congreso —salvo del PSOE— por virar en la postura española respecto al Sáhara tras conocerse el espionaje marroquí. Y este se dio después de que decidiera acoger al líder del Polisario, Brahim Gali, y, posteriormente, desalojar del cargo a su exministra de Exteriores, Arantxa González Laya. Ello a petición de Marruecos.
El descontento también llegó a Unidas Podemos, ERC, EH Bildu y el resto de sus socios habituales, con los que tiene que negociar ahora su investidura.