Quién es Ángel Boza, el miembro de la Manada al que le han rebajado la condena

La Voz REDACCIÓN

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Ángel Boza, uno de los miembros de la Manada
Ángel Boza, uno de los miembros de la Manada Jesús Prieto

Es el más joven del grupo, los Sanfermines eran su prueba de iniciación y fue el primero en besar a la víctima. Tiene antecedentes por robo con fuerza y contra la seguridad vial

13 sep 2023 . Actualizado a las 21:34 h.

Los Sanfermines del 2016 estaban llamados a ser su ritual de iniciación para entrar en la Manada. También para ingresar en prisión. Ángel Boza (Sevilla, 1991), conocido como el «cachorro», es el miembro más joven del grupo condenado por la violación grupal a una joven de 18 años. Le cayeron 15 años de cárcel que ahora el Tribunal Superior de Justicia de Navarra ha rebajado a 14 años en aplicación de la Ley Orgánica 10/2022, de Garantía Integral de la Libertad Sexual, más conocida como la ley de «solo sí es sí». Pese a haber guardado el perfil más bajo, cuenta con un historial de antecedentes entre los que se incluye robo con fuerza y delitos contra la seguridad vial.

Boza, como José Ángel Prenda, era integrante de los Biris, ultras del Sevilla FC. Al ser el nuevo del grupo, llegó a Pamplona con el objetivo de pasar una especie de prueba de iniciación para poder ser uno más de la Manada. Así, fue el encargado de atraer a la víctima con una conversación que se inició en la plaza del Castillo. También fue el primero que la besó y quien la introdujo en el portal donde se produjo la violación. «Ángel Boza, quien le había dado la mano para besarse, tiró de ella hacia él, cogiéndole de la otra mano Alfonso Jesús Cabezuelo; ambos la apremiaron a entrar en el portal», recoge la sentencia dictada en el 2019.

El mismo documento condenaba a todos los integrantes de la Manada a 9 años de prisión por «un delito continuado de abuso sexual». Tres de los implicados, incluido Ángel Boza, quedaron absueltos del delito contra la intimidad que del que se los acusaba, al no haber participado en la grabación de los vídeos de la violación. Sin embargo, esta sentencia fue revocada por el Tribunal Supremo, al entender que se trataba de una violación múltiple —y no abuso, como se interpretó en un primer momento— y Boza fue finalmente condenado a 15 años de prisión, la pena más baja de entre todos los miembros, ya que se les sumó otra condena por haber abusado de otra joven en las fiestas de Pozoblanco (Córdoba) en mayo del 2016.

 Antecedentes por robo

Si bien a Ángel Boza solo se le atribuye una condena grave, la de la violación grupal de los Sanfermines del 2016, contaba con un historial de antecedentes de robo con fuerza y contra la seguridad vial, algunos cometidos tras el caso de la Manada. Cabe recordar que, pese a que los acusados entraron en prisión el 7 de julio del 2016, fueron puestos en libertad provisional el 24 de junio del 2018. Durante esa estancia en la cárcel de Pamplona se sacó el graduado escolar y, poco antes de salir, participó en una paliza a un preso que acababa de ingresar.

No habían pasado ni dos meses cuando, en agosto del 2018 el acusado protagonizó el robo de unas gafas de sol en un centro comercial de Sevilla. Cuando iba a abandonar el lugar en coche, el vigilante intentó detenerlo, pero lo único que consiguió fue ser golpeado por el espejo retrovisor al esquivar el vehículo para no ser atropellado. Ángel Boza fue acusado de delitos leves de hurto y de lesiones y condenado al pago de dos multas de 540 euros cada una, así como una indemnización de 234,32 euros al vigilante herido.

Lo cierto es que Ángel Boza ya había participado en un robo similar apenas dos día antes de cometer la violación grupal de los Sanfermines. Junto a otros dos miembros de la Manada, robó cinco gafas de sol en una óptica de San Sebastián el 5 de julio del 2016, dos días antes de la violación. Los implicados fueron condenados a pagar 270 euros de multa por un delito de hurto.

Finalmente, tras dictarse sentencia firme, los cinco integrantes de la Manada ingresaron en la prisión sevillana de Mairena de Alcor el 21 de junio del 2019. En agosto del mismo año, Ángel Boza fue trasladado al centro penitenciario de Albolote, en Granada.