Los demócratas se defienden ante el riesgo de un posible «impeachment» contra Joe Biden

Miguel palacio NUEVA YORK / E.LA VOZ

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Joe Biden, en Maryland.
Joe Biden, en Maryland. JONATHAN ERNST | REUTERS

«Llevan un año investigando al presidente y no han encontrado pruebas»

16 sep 2023 . Actualizado a las 09:17 h.

Desde la Casa Blanca, ante el posible impeachment (juicio político) contra el presidente Joe Biden y la reciente imputación de su hijo, Hunter Biden, han intensificado los esfuerzos comunicativos para contrarrestar la narrativa republicana. La portavoz de Washington, Karine Jean-Pierre, destacaba el miércoles que «los republicanos en el Congreso han pasado todo un año investigando al presidente y no han encontrado ninguna prueba, ninguna, de que haya hecho nada malo». Por otro lado, Jean-Pierre subrayó el papel que las presiones de los republicanos más ultras podrían estar teniendo sobre las decisiones del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. «La única razón por la que McCarthy está llevando a cabo está pirueta política es que Marjorie Taylor Greene [congresista por Georgia y uno de los miembros más radicales del grupo republicano] ha amenazado con cerrar la Administración», dijo Jean-Pierre sobre los conservadores.

McCarthy, que en un primer momento declaró que no abriría una investigación formal sin el beneplácito de la cámara que preside, habría cambiado de opinión ante las presiones de los ultraderechistas. Un grupo del que formarían parte integrantes del Caucus de la Libertad, como el congresista por Florida Matt Gaetz, o la propia Taylor Greene. Este grupo se ha mostrado a menudo descontento con el liderazgo de McCarthy, al que acusan de demasiado moderado.

El objetivo de los republicanos

A un año y medio de las elecciones y con su candidato más fuerte —Donald Trump— imputado en cuatro causas criminales, lo que busca el Partido Republicano es capitalizar una serie de alegaciones sin demostrar un supuesto trato de favor de Joe Biden hacia su hijo Hunter Biden.

Según McCarthy, el juicio político que demandan nace de una «cultura de la corrupción» relacionada con Hunter Biden y sus negocios en el extranjero. Afirman los republicanos que el presidente extendió a su hijo un trato de favor, beneficios fiscales incluidos. Unas acusaciones sobre las que todavía no han aportado evidencia alguna y que el Departamento de Justicia descartó flagrantemente el jueves a la hora de imputar a Hunter Biden en Delaware por posesión ilegal de armas.

Donald Trump, por su lado, llevaba pidiendo la apertura de un juicio político contra Biden desde julio. Un proceso que en los últimos días habría defendido ante varios congresistas republicanos, incluida Taylor Greene, con la que Trump cenó el domingo, horas antes de que la política pidiese que la investigación formal contra Biden se abriese de inmediato.

Este grupo, alineado con el expresidente, se estaría beneficiando de la relativa debilidad de McCarthy al frente de una Cámara en la que necesita sus votos. A cambio de no cesarle, a McCarthy le exigen contraprestaciones como el lanzamiento unilateral de la investigación contra Biden. Al mismo tiempo, instrumentalizan la actividad de la Cámara de Representantes a través de sus poderes presupuestarios, que el jueves habrían usado para hacer inviable una intentona de McCarthy de evitar el cierre de la Administración a finales del mes de septiembre. Un riesgo real que los republicanos estarían usando para lanzar una investigación contra el presidente sin ninguna evidencia que la motive.